martes, 15 de abril de 2014

UN TIEMPO PARA MEDITAR, SUFRIR Y LUCHAR


                         CAPÍTULO XVII
                ANTES DE LO ESPERADO.

            El cuarto día de estancia en el hospital y tras la visita del especialista, nos comunican que posiblemente el domingo o el lunes nos darían el alta. Sinceramente, ante aquellas palabas me sentí bastante vulnerable. No me veía con fuerzas para  en un par de días abandonar las instalaciones, y valerme por mí mismo. Me sentía débil, dolorido y aún tenía los tubos de drenaje. No dije nada, para qué, dejaría que llegara el momento y ver la evolución.

Lo que estaba aprendiendo en aquellos días, o debería decir, en aquellos meses, era que no debía precipitarme, no debía pensar más allá del presente que estaba viviendo. Muchos eran los amigos que me estaban dando ese consejo y que a mí me estaba costando asimilar. Siempre he pensado en pasado, presente y futuro como si todo estuviera unido en uno mismo, y es cierto, como algunas veces dicen algunos de mis personajes de ficción: "Cada instante tiene su momento". Por lo tanto, dejaría que pasaran las horas y comprobar como mi cuerpo evolucionaba, aunque en aquellos instantes me sintiera tan perdido.

Sería ese mismo día, cuando me quitaron el primer tubo de drenaje y cortaran el segundo de la maleta, aún sin quitármelo del costado, cuando percibí un estado de evolución positivo. Sí, el poder levantarme con libertad de la cama, caminar por los pasillos, sentarme sin la contrariedad de los dichosos tubos… Todo confirió a mi mente un estado de bienestar y con libertad de moverme, aunque me marease por no poder comer lo que deseaba, pues mi estómago, como ayer os conté, me estaba jugando una mala pasada. El domingo me quitaron el último tuvo de drenaje y una nueva puerta de fortaleza se alzó. Sí, estaba preparado para salir el lunes si así lo requerían.  Ese mismo domingo me bajaron a rayos para hacerme unas placas de tórax y el lunes, pasadas las 10 de la mañana, mi especialista me comunica que tengo el alta, que me puedo ir después de comer. ¿Comer? Soñaba con esa palabra. Deseaba volver a comer como lo hacía siempre. Le comuniqué a mi especialista el problema estomacal que tenía y me dijo que si en unos días no se me pasaba, me realizarían alguna prueba, que tal vez, en algún instante, se hubiera provocado una hernia de hiato. Lo que me faltaba. Tras la noticia, llamé a mi amiga Rosa y le dije que en cualquier momento podía irme, y así fue, en cuanto ella salió de su trabajo, allí estaba yo, con la maleta, con las cosillas que me habían regalado y con el deseo de abandonar la habitación, y es que en realidad, como en casa, no se está en ningún lado, aunque se esté solo prácticamente todo el día.

Atrás quedaban todos los recuerdos, los del primer día, impaciente para que la operación se realizara y salir de ella. Los instantes vividos en la UCI donde una paz especial me hizo sentir relajado y protegido.  Los momentos duros de dolores que no los podía controlar y tampoco quería abusar de calmantes. Las distintas situaciones experimentadas con las visitas, aunque en alguna de las ocasiones no pude atender por estar decaído. El recuerdo de la familia de Marcelo. Caminando por aquel pasillo, una sonrisa se reflejó en mi rostro y di las gracias a todas y cada una de las personas que me habían estado atendiendo en aquellos días. Habían sido días duros, algunos instantes muy duros, pero ya habían pasado, ahora quedaba recuperarme poco a poco y con mucha paciencia, como todo el mundo me sugería.

Sí, un par de días antes no me creía en posición de salir del hospital, y ahora, ahora estaba deseando ver la luz, sentir el viento en mi rostro y acomodarme de nuevo en mi hogar.

lunes, 14 de abril de 2014

NUBETIA PRESENTA SU PRIMER SINGLE "VIP BITCH"


Hace ya un tiempo pregunté a Nubetía por qué no regresaba a los escenarios,  cuando cada día surgían nuevos transformistas. Su contestación fue porque no era el momento oportuno, pero que si en alguna ocasión regresaba, sería para entrar por la puerta grande.

Hace unos meses Nubetía volvió a peinar su peluca, sacó su maletín de maquillaje, desempolvó sus vestidos y nos dijo que regresaba.

Ahora nos ofrece su primer single, que seguramente será el primero de muchos éxitos que nos irá ofreciendo Nubetía. Este trabajo se pone a la venta en todas las plataformas digitales “VIP BITCH” estrenándose el 13 de Mayo

VIP BITCH, está producido por Jake Boncutiu. La promoción fotográfica está realizada por el prestigioso fotógrafo Salva Musté.
Esperamos verte pronto en los escenarios.
Single Snipet: https://www.youtube.com/watch?v=TD0A7NO0fxQ&feature=youtu.be 

 

UN TIEMPO PARA MEDITAR, SUFRIR Y LUCHAR CAPÍTULO XVI


                   CAPÍTULO XVI

         Y MI ESTÓMAGO DIJO: NO

Sí, mi estómago se reveló, posiblemente ante tanta medicación distribuida por vena, como en pastillas. Y es que para mantener a una persona sin dolores, con una operación como la mía, hace falta de muchos calmantes, sobre todo, a mi juicio, para paliar el dolor de los tubos que van introducidos entre las costillas y que sirven de drenaje. Son una verdadera tortura, que no deseo a nadie. Además también hay que pensar en los antibióticos. En fin, que mi estómago, que es un poco delicado, dijo un día NO.

Ya os he comentado que una noche, tras haber pasado un día muy malo, lancé todo lo que había digerido por la boca; pues bien, al día siguiente, cuando intenté meter algo en el estómago, resultó como una bomba de relojería. No era una molestia, no. Ardía literalmente, os lo aseguro. Era como si se encendiera dentro de mí una estufa de leña.

Yo que soy de buen comer y aquellos días atrás lo había demostrado no dejando nada en la bandeja, ahora pasaba ante mí la comida y sin poder catarla, tan sólo un yogur y un caldo. Y este acontecimiento, no esperado, sí que me desesperó. Podía soportar los dolores, podía aguantar los mareos, el caminar con dificultad, el agotarme más de lo esperado… Pero no poder comer, aquello significaba debilidad y cuando uno está enfermo, precisa de todas sus fuerzas. Me dijeron que si pasaba unos días así, me realizarían algunas pruebas, y entonces me dije a mí mismo, no, esa prueba no la quiero pasar precisamente ahora: La endoscopia. Y puede parecer ridículo que me negara y cerrara mentalmente a tal prueba, pero os aseguro, que tras todo lo pasado los meses anteriores y durante el proceso de después de la operación, no me quedaban ganas, fuerzas, ni motivación para subirme a una camilla y dejarme introducir otro tubo por la boca con todo lo que aquello suponía. Soy muy buen enfermo, siempre me lo han dicho, pero amigos, hasta los buenos enfermos nos podemos volver por unos instantes rebeldes cuando creemos estar bajo mínimos. Claro está, que luego, cuando llega el momento, de una forma sorprendente, nuestra mente se pone firme y nos demuestra que podemos un poco más.

Hace dos días he conseguido volver a comer, de momento poco a poco. He sido paciente, y con mis yogures, los magníficos caldos y comidas especiales que me han ofrecido: Rosa, Sofía y Andrés. Los productos nutritivos que me trajo Raúl, y el deseo siempre de mejorar, de recuperarme, de volver a estar bien.

Y es que siempre lo he dicho, cualquier tipo de enfermedad nos hace caer, pues pocas veces o ninguna estamos preparados para ello; pero somos nosotros, con nuestra entereza y fortaleza, aunque en esos momentos no las sintamos, quienes podemos crear en nuestro interior el mayor fármaco para curarnos: El optimismo, la paciencia, las ganas de luchar, el deseo de dejar atrás todo lo que nos está pasando. Los antibióticos, calmantes, etc, son nuestros aliados. Los médicos nuestros consejeros, pero nosotros, nosotros amigos, somos los guerreros que debemos luchar para que nuestro cuerpo siempre esté sano, o ayudarlo a sanar, cuando no lo está.

Así que si alguien lee este texto, está pensando que no, que él no tiene fuerzas, o ya ha perdido las esperanzas, que interiorice en él y verá que siempre está esa luz, esa chispa de energía que le espera para sacar fuerzas y seguir adelante. Yo lo he vivido, yo lo he sentido, yo lo he experimentado, por tanto tú, también puedes.

domingo, 13 de abril de 2014

UN TIEMPO PARA MEDITAR, SUFRIR Y LUCHAR CAPÍTULO XV


                       CAPÍTULO XV
                         LOS AMIGOS          

Me habréis oído hablar muchas veces de la gran importancia de los amigos y de que ellos van formando parte de la nueva familia, en la sociedad que nos toca vivir. Y es que en ocasiones, la familia de sangre, por las circunstancias que sean, no está cerca de nosotros o la hemos ido perdiendo en el camino.

Siempre dicen que los amigos de verdad están cuando uno los necesita, y aunque este dicho sea muy cierto, yo nunca he precisado de una circunstancia determinada para saber que cuento con un gran grupo de amigos y amistades, que forman parte de mi vida.

Los pormenores que han rodeado esta operación han sido muchos y muy variados, y desde el primer momento, al igual que he compartido con todos mis amigos mis alegrías, también me vi en la necesidad de hacerlo, con lo que me estaba desolando, El apoyo desde el primer instante fue absoluto, 
El día antes de operarme lancé una nota en Facebook anunciando que estaría alejado del medio por unos días debido a mi intervención, la respuesta fue masiva, tanto en ese post, como en privados, Whasap, llamadas, etc. Y la asistencia al hospital fue diaria: a cualquier hora tenía amigos visitándome y ofreciéndome todo su apoyo. Al igual que está sucediendo en casa, desde que me dieron el alta.

Desde estas palabras, si algunos leen estos textos, quiero pedirles también disculpas si en algún momento no estaba en mi mejor estado, pues pasé horas e incluso algún día, bastante chungo; y aunque las visitas me llenaban de vida y energía, el simple hecho de hablar, suponía todo un reto, y un agotamiento absoluto.

Tengo que dar las gracias a amigos como Cristóbal o Raúl que estuvieron esperando pacientes a que saliera de la operación. Amigos que aún sin conocer, pero con un gran trato por Facebook me ofrecieron su protección como fue, entre otros, Carmela Gila. A mis amigos escritores: Isabel Montes y su mujer, a Diego Manuel Bejar, Joakin C., Rubén Besametonto, Mónica y Raquel, o Paz Quintero y su chica, entre otros. Andrés Burguera, que se pasó unas horas antes de emprender su viaje a San Paulo.  Enric, Miguel, Carlos Corbacho y familia, Magdalena, Gemma Pindado, compañeras de mi anterior trabajo. Ray, (el director de la serie Radiografías de Espanta)… En fin, espero que nadie se ofenda si no ve su nombre, pero habéis sido muchos y a todos os agradezco esos instantes que compartisteis conmigo.

Sí, mi familia de sangre se encontraba lejos y la mayoría tenían otras responsabilidades que atender, pero mi otra gran familia, a la que llevo en mi corazón, siempre estuvo allí presente, demostrándome, apoyándome y con sus palabras decirme que contara con ellos para todo. No quiero olvidarme de dos grandes amigas: Rosa y Sofía, que a la vuelta a casa, me han estado ayudando en todo: Acudir a las curas, proporcionarme alimentos que pudiera digerir, pues el estómago no me admitía más que líquidos y algunos purés, y pendientes durante muchas horas del día. Gracias chicas.

Gracias en definitiva a todos. No sabéis lo que se agradece una palabra, una mirada, una sonrisa, un abrazo, un beso y el aliento del calor que desprende la amistad de verdad. Gracias por estar ahí todos y por todos aquellos que desde la lejanía no pudieron estar físicamente, pero día a día por las redes sociales preguntaban sobre mi evolución. Mil gracias, os llevo, como bien sabéis, siempre en mi corazón.

sábado, 12 de abril de 2014

UN TIEMPO PARA MEDITAR, SUFRIR Y LUCHAR CAPÍTULO XIV


CAPÍTULO XIV     
       MI COMPAÑERO DE HABITACIÓN

             Creo que a nadie le gusta pasar unos días en un hospital, por muy bien atendido que uno esté y sepa que es necesario para ser curado, pero si hay que pasar por ese trance, todos buscamos que esa estancia sea lo más agradable posible, y siempre, entre otras cuestiones,  pensamos en nuestro compañero de habitación. Porque la estancia en un hospital se limita al espacio reducido que comprende ese habitáculo con dos camas.

            Pero Marcelo resultó ser un tipo interesante, bastante silencioso, con un toque de “gruñón” que me hacía sonreír, muy futbolero y con una familia… Una familia, que por lo que pude detectar en esos días, era increíble, unida, respetuosa, tranquila, hogareña... Desde las hijas, el hijo, la mujer e incluso el yerno y los nietos, que por cierto, un niño y una niña encantadores y tranquilos. Sí, me encantó conocerlos a todos ellos. Además me ayudaron en determinados momentos en que estuve solo, y se preocupaban en los instantes de bajón que tenía, en algunas de aquellas tardes.

            La mujer de Marcelo me trataba casi como un hijo, me decía que no debía hablar mucho, que eso me fatigaba y no era bueno para mi recuperación y más para pasar una noche tranquila; como ella sabía que a mí me encantaba atender a todas mis visitas y lo de hablar no lo podía controlar, me llegó a proponer que si me veía fatigado, podría decirles a mis visitas que intentaran no agotarme, que no era bueno que hablase mucho. Acepté sonriendo. Un momento tenso y desagradable en el que me vi arropado por aquella mujer, fue una noche, cuando ya habíamos cenado. Había pasado un día malo, muy mareado, con el estómago revuelto y nauseas. Fue en el instante en que acomodé la cama para disponernos a ver un poco la tele antes de dormir, cuando de repente sentí que algo se movía dentro de mí y en un segundo arrojé por la boca todo lo que llevaba en el interior. Os podéis imaginar cómo quedó la cama. Automáticamente ella, al ver que además yo estaba desorientado, se acercó, me trajo una toalla y la palangana y me estuvo tranquilizando y limpiando hasta que llegaron las enfermeras. Aquel momento y la forma en que me estuvo cuidando, no lo olvidaré jamás.

            Otro momento que recuerdo, aunque esta vez con una sonrisa, fue el día que a Marcelo y a mí nos quitaron las sondas y que debíamos de orinar en las bacinillas, que ese día no lo habíamos hecho. Nos "amenazaron" que si no orinábamos determinada cantidad, nos volverían a poner la sonda. A Marcelo y a mí no nos gustó esa idea, así que comenzamos a beber agua como locos. Como estábamos en cama, fue su hijo quien iba y venía trayendo agua en nuestros botellines y animándonos a que orinásemos. Él mismos nos retiraba las bacinillas e introducía el contenido en los botes correspondientes. Sin duda, otro día para no olvidar, y cómo aquel joven con total sencillez y sonriendo, no sólo atendió a su padre, sino a mí, animándonos y diciendo quien iba ganando. “Marcelo, no nos vuelven a poner la sonda” le comenté en un momento determinado. “Desde luego que a mí no” fue su respuesta entre un esbozo de sonrisa.

            Sí, todos resultaron encantadores, extraordinarios, divertidos cuando lo creyeron oportuno, conversadores cuando la situación lo requiso, respetuosos en todas las ocasiones, y familiares, hasta el punto que creí necesario dedicarles estas palabras, aunque seguramente son pocas, por todo lo que ellos se merecen. Mil gracias por ser como sois y deseo lo mejor para vosotros y toda vuestra familia.

viernes, 11 de abril de 2014

ENTREVISTA: DAVID SILVESTRE VALOR: ESCRITOR


Hoy entrevistamos a un nuevo escritor, su nombre: David Silvestre Valor, nació en Alcoy (Alicante) en 1983 y en la actualidad reside en Alicante.

J.S. David, como sabrás por mis entrevistas, las primeras preguntas siempre son de índole personal, para que los lectores te puedan conocer un poco más. ¿Cómo se considera David?

D.S. Me considero una buena persona, agradable, echado para adelante y apasionado con aquello que me motiva. Los defectos os dejo que los averigüéis vosotros – Sonrisas.

J.S. ¿Qué es lo que más añora de su infancia, si es que añoras algo?

D.S. No suelo mirar al pasado a menudo, pero de mi infancia destacaría la inocencia y la falta de preocupaciones, así como los momentos en casa en compañía de mis padres y de mi hermano.

J.S. Como joven que aún eres. ¿Cómo ves la sociedad tal y como hoy en día la vivimos?

D.S. Percibo una sociedad global, más abierta y crítica, conectada especialmente gracias  a las redes sociales, pero que desgraciadamente muestra signos de desesperanza y desmotivación.

J.S. ¿Qué representa la familia en tu vida?

D.S. He tenido la suerte de contar siempre con el apoyo de mis padres y ambos constituyen un pilar fundamental en mi vida.

J.S. ¿Qué lugar ocupa la amistad en el vivir cotidiano de David?

D.S. Generalmente mantengo un contacto “virtual” con mis amistades. En otras ocasiones, principalmente los fines de semana, pasamos buenos momentos de copas por el ambiente alicantino, asistiendo a conciertos, etc.

J.S. ¿Y el amor?

D.S. Sin ninguna duda, el amor ocupa el puesto de honor. Tuve la suerte de encontrarlo hace casi diez años e intuyo que por él lo dejaría todo.

J.S. Has estado trabajando en el Reino Unido durante dos años ¿Qué te llevó a dicho país?

D.S. Trabajé en ese país como camarero de hotel con la idea de mejorar mi inglés, aunque mi motivación oculta era salir de Alcoy, mi ciudad, y descubrir mundo. Reino Unido me permitió vivir con naturalidad mi orientación sexual y la docencia de su idioma se ha convertido en mi actual profesión, así que no puedo estar más agradecido con la experiencia.

J.S. Eres licenciado en ADE (Administración y Dirección de Empresas) y durante varios años has estado trabajando como Auditor para una empresa internacional ¿Qué nos puedes contar de dicha experiencia?

D.S. Aquella experiencia simbolizó para mí el verdadero paso a la edad adulta. Todas mis expectativas profesionales se derrumbaron con aquel primer contacto serio con el mundo laboral. El elevado estrés y la desmotivación que sentía me llevaron a dejar, de forma bastante precipitada, aquel trabajo fijo cuando la crisis ya se intuía en el horizonte.

J.S. Abandonas este trabajo por considerarlo estresante y  porque tú verdadera pasión son los idiomas. Preparas las oposiciones a profesor de Inglés para Instituto de secundaria, profesión que desempeñas en la actualidad ¿Qué te aporta la enseñanza?

D.S. Preparar la oposición para profesor ha sido una de las mejores decisiones de mi vida. Me llena de satisfacción estar con los chavales en el instituto y transmitirles no solo conocimientos de la lengua inglesa, sino valores y experiencias para ayudarles en su presente y en su posterior vida adulta. Considero que éste sí es el trabajo de mi vida.

J.S. Como hablábamos, eres un apasionado de los idiomas. ¿Qué otros idiomas estudias en la actualidad y por qué?

D.S. Este año cursaré 7º de francés en la EOI de Alicante. Desde siempre me ha gustado su acento. El año pasado comencé además mis estudios de árabe, idioma que siempre me ha llamado la atención, puesto que su dificultad me supone un reto y porque sus hablantes me parecen atractivos por norma general - Risas - Asimismo, conocer dicha lengua me aproxima a los países árabes. Sinceramente, me siento español, pero también europeo e incluso mundial. Aprender idiomas me ayuda a concebir el mundo desde más arriba, de manera más agregada.

J.S. La música es una de tus aficiones. En tu infancia  estudiaste solfeo y clarinete ¿Qué te llevó a abandonar el mundo de la música?

D.S. La carrera para llegar a ser un músico profesional se me antojaba demasiado larga. Continué componiendo música (podéis descubrir mis pinitos a la edad de 18 años en este link de YouTube y partiros de la risa:
http://www.youtube.com/watch?v=vmQmCkoNTWE —mi inglés ha mejorado mucho desde entonces, ¡que conste!) y hoy en día me gusta mezclar canciones en mis ratos libres y, sobre todo, disfrutar de la música como oyente.

J.S. Recientemente, y como muchos autores, has auto publicado tu primera novela “Agregados a la otra realidad” con Amazon ¿Por qué la auto publicación? 

D.S.  Cuando finalicé y revisé mi manuscrito, lo envié ilusionado a varias editoriales (las principales de temática LGTB y alguna más), pero apenas obtuve respuesta por su parte, o fueron negativas, por lo que opté por autopublicarme. Estoy muy contento con el resultado. He controlado todo el proceso de la publicación aunque, lógicamente, la promoción es más compleja. De hecho, me he encontrado con algunas librerías y publicaciones LGTB que no están por la labor de hacer hueco a autores que se autoeditan, lo cual es una pena. Afortunadamente, Internet sin censura es el instrumento más democrático que existe en este siglo, y nos permite hacer llegar nuestra voz libremente a todas partes.

J.S. La novela va planteando diversas situaciones, todas relacionadas con lo social y emotivo ¿Qué deseabas transmitir a los lectores con dichas historias?

D.S. Mi deseo era transmitir diversas emociones que me atormentaban a través de las vivencias de los personajes. El miedo y cómo enfrentarse a él, la búsqueda del amor verdadero huyendo de los convencionalismos, los mecanismos de supervivencia de una pareja al cabo de varios años de relación o la decepción que suponen las altas expectativas depositadas en el mundo profesional son algunos de los temas que he desarrollado en este libro.

J.S. Agregados a otra realidad, presenta a tres jóvenes veinteañeros que buscan vías de escape a la realidad que se les presenta diariamente en una ciudad como Alicante (España) ¿Piensas que en una ciudad pequeña es más difícil ser uno mismo?

D.S. En Alicante contamos con una escena gay más que aceptable, con pubs y locales donde movernos libremente. Sus playas acogen numerosos turistas y, al menos desde mi experiencia, respiro un aire de libertad en la ciudad. Sin ir más lejos, recientemente celebramos por sus calles el tercer Orgullo Gay. Seguramente en ciudades de menor tamaño (como Alcoy, mi ciudad natal) es más difícil vivir la orientación sexual y, en general, ser uno mismo, pero poco a poco, confío que esta situación cambie a mejor

J.S. Los personajes se funden en el mundo de la noche, donde los excesos de alcohol están presentes en muchos momentos. ¿Sigue siendo el alcohol una vía de escape en los jóvenes para evadirse de los problemas que les rodean?

D.S. El alcohol y cualquier otra adicción —la droga, el sexo, Internet o el trabajo— están a la vuelta de la esquina tentándonos, a jóvenes y no tan jóvenes, especialmente en los malos momentos. Una buena educación emocional y el entorno cercano ayudan a evitar que nos atrapen. La otra realidad que nos creemos para evadirnos de los problemas no tiene porqué ser siempre nociva.

J.S. En la novela está presente la infidelidad pactada, como tú la llamas, o como otros matizan: pareja abierta. ¿Cuál es tú opinión sobre las parejas que toman esta decisión? ¿Crees que es beneficioso para consolidar una relación de futuro?

D.S. Suscribo las palabras del personaje de Miguel en la novela: «Una pareja es un conjunto de dos personas que mantienen alguna relación entre sí y, por tanto, es obvio pensar que esta relación debiera ser definida únicamente por sus dos componentes.» Lo que decidan hacer dos personas en su intimidad es cosa suya. No es más que otra posibilidad a considerar libremente. Y parafraseando a Luz Casal: “Y que el amor es un misterio y que importa solo a dos” (Besaré el suelo).

J.S. Las redes sociales, otro de los temas claves en tu novela. Mucha gente está enganchada a ellas, como se puede comprobar en el día a día. Vayas en el metro, en el autobús, caminando o incluso sentados en terrazas; una gran mayoría está pegada al móvil o al ordenador en su casa durante muchas horas. ¿Crees que se está haciendo un uso adecuado de ellas?

D.S. La novela es en parte un homenaje a los medios que tenemos para comunicarnos y cada capítulo es iniciado con un ejemplo característico: desde los más tradicionales —la carta o un mensaje escrito en un papel— hasta los más contemporáneos —Twitter, Facebook o Whatsapp.
Efectivamente observo un cierto abuso de las redes sociales. Yo mismo me considero bastante enganchado. Más que disfrutar del momento, nos centramos en dar constancia de todos nuestros actos, ansiando esa notificación o comentario en Facebook, ese esperado me gusta”. De ello me hago eco en la novela.

J.S. Vivimos en una época que el tener un trabajo se ha convertido en todo un lujo. El conservarlo ha llevado a muchas personas al estrés continuo, a traicionar a sus compañeros de trabajo o incluso a trabajar por una miseria con tal de no perder su puesto o conseguir uno… ¿Crees que se está deshumanizando la sociedad?

D.S. Mi visión de la sociedad es bastante positiva a la vez que realista. Tengo claro que desgraciadamente el dinero nos mueve y corrompe, pero algo positivo hay que sacar de la crisis: estamos aprendiendo a vivir con menos. Contemplar un arco iris o un amanecer, intercambiar un beso o disfrutar de una bella canción, siempre serán placeres al alcance de todos. 

J.S. Me comentabas que la historia cuenta con momentos autobiográficos y de vivencias de personas cercanas a ti. ¿Te identificas con alguno de los personajes o como sucede en algunas ocasiones, hay un poco de ti en todos ellos?

D.S. Creo que efectivamente hay un poco de mí en todos ellos. Sin particularizar en ninguno de ellos para evitar desvelar detalles, diré que me seduce su espíritu de lucha y superación, así como su búsqueda del amor verdadero huyendo de los convencionalismos que en absoluto garantizan la felicidad. Me identifico con la decepción que pueden provocar las altas expectativas depositadas en el mundo profesional y con la necesidad de establecer mecanismos de control y supervivencia al cabo de varios años de mantener una relación, sea amistosa u amorosa.

J.S. No desvelaremos más de la novela, pues considero que es una historia más que interesante para ser leída. ¿Cuáles son los nuevos proyectos de David?

D.S. En primer lugar, el nuevo curso escolar que comienza constituye mi máxima prioridad.
Espero continuar con los idiomas y la formación docente —tengo pensado realizar un máster. En el ámbito literario, mi idea es continuar promocionando #Agregados a la otra realidad, a la vez que tomo notas e ideas en mi Word para un futuro proyecto, que no empezaría hasta el próximo verano. En todo proceso de escritura, se necesita estar muy absorto y, por supuesto, sentir la necesidad de querer expresar algo. Ahora mismo digamos que me encuentro en un período de estabilidad, sin conflictos internos destacados.

J.S. Y va la última pregunta antes de dejar un resumen de cómo se puede adquirir tu obra. ¿Qué te hubiera gustado que te preguntara que no he hecho?

D.S. Creo que ha sido una entrevista muy completa y solo me queda agradecerte que me des la oportunidad de presentaros mi proyecto y desear que os entretenga y haga reflexionar a partes iguales. Os espero #agregados a otra realidad. – Sonrisas.

Agregados a otra realidad, se puede adquirir en formato: Libro de papel y  E-Book en:

Amazón (Createspace), a través de su blog:

 http://agregadosalaotrarealidad.blogspot.com.es/ donde os la enviará dedicada y también a través de la editorial: Lulu.

 

UN TIEMPO PARA MEDITAR, SUFRIR Y LUCHAR CAPÍTULO XIII


    CAPÍTULO XIII
                LA HABITACIÓN.

            Salir por las puertas de la UCI, me provocó varias sensaciones. La primera de frío, pues aun estando arropado por la sábana, por aquellos pasillos hacía fresquito. La segunda la de escuchar sonidos y palabras, que habían estado ausentes durante todo la noche en aquella sala y la tercera la de volver a la realidad, pues en la UCI, aunque no lo os lo he contado, entre los ratos que estuve despierto y por la atmósfera que se vivía allí dentro, por supuesto, teniendo en cuenta también la anestesia y otros fármacos que me mantenían libre de dolores y en un estado de bienestar total, podría semejarse a la salida del vientre materno (Calentito, arropado, cuidado) a la vida tal cual. Tardé unos segundos en reaccionar, pero claro, como todo animal de costumbres, enseguida nos adaptamos a lo malo, también.

Comprobé, cuando la cama la instalaron en el ascensor, que estaba en la tercera plata y mi lugar de destino sería la quinta. Llegamos a ella y por aquel largo pasillo, donde el día anterior había estado viendo caminar y pasear a pacientes y acompañantes de los mismos, empecé a ver sus rostros. Rostros que me observaban y seguramente pensaban “Otro más operado” “Pues no tiene mala cara” Última curva y dentro de la habitación. Estaba completamente vacía. Colocaron mi cama al lado del ventanal y tras despedirse el camillero, me quedé allí. Miré hacia el lado donde debería estar la otra cama, y me extrañó que no hubiera nadie, pues el día anterior, sí bien sabía que estaba ocupada, porque una señora entró, me saludó, sacó algo del armario y se fue, aún la cama faltaba en su espacio. No me dio tiempo a pensar mucho, un pequeño ejército de enfermeras entró. Me saludaron y comenzaron con todo el ritual: tomarme la tensión, la temperatura, mirar los aparatos que tenía detrás de mi cama por si alguno necesitara ser usado, comprobaron la percha de metal donde reposaban las bosas de: Suero y otros productos. Comprobaron las sábanas y tras ver que estaban cambiadas, se despidieron. Entró un enfermero y le solicité agua, me sonrió y me dijo que sí, pero que a sorbos muy pequeños. Pasado todo este tiempo, escuché el sonido de unas ruedas y una camilla se acercó a la puerta introduciéndose en el interior. Corrieron la cortina que separaba ambas camas, pues el ritual que habían llevado conmigo, seguramente lo ejecutarían con él. Luego sabría su nombre: Marcelo.

Aquella habitación, como si se tratara de mi casa, donde uno se siente más protegido, serviría aquel primer día para dormir, comer, dormir, comer, dormir… Sé que en aquel primer día recibí visitas, pero sinceramente,  ahora no recuerdo quienes fueron. Al caer la noche y tras la cena, di las buenas noches y me dormí.

No, no he omitido por dejadez hablar de mi compañero de habitación, es que tanto él, como su familia, merecen un capítulo completo.

jueves, 10 de abril de 2014

UN TIEMPO PARA MEDITAR, SUFRIR Y LUCHAR CAPITULO XII


                 CAPITULO XII

        LAS HORAS EN LA  UCI

            Como nos sucede a todos los que somos operados, sí recordamos el momento en que entramos en el quirófano, pero jamás cuando salimos, pues lo hacemos aún en el estado de dormidos, bajo la anestesia.

            La sala a la que normalmente te trasladan tras la intervención, es la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos) Y sí, afirmo, confirmo y doy fe, que llevan a gala el nombre de la sala.

            El cuidado ya no es perfecto, sino exquisito. Lo primero que recuerdo, mientras despertaba, era el total silencio, la casi ausencia de luz y gente alrededor de mí. Me preguntaron el nombre y tras decírselo, comenzaron a hablarme entre susurros. Me comentaron que todo había salido bien y que me encontraba en cuidados intensivos. Recuerdo que pregunté si pasaría allí la noche y una voz femenina me respondió que sí, que en realidad ya era tarde, que había sido una de las últimas intervenciones del día. Una chica me ayudó a incorporarme. Sentí que me mareaba, y tras avisar, descargué el vómito. Estaban preparados para ello, eso estaba claro. En esos instantes escuché palabras relajantes, mientras pedía disculpas: “Tranquilo, tranquilo, estás soltando la anestesia” “No te preocupes, tú sólo expulsa, nosotros nos encargamos del resto”… Tras esos  breves minutos, percibí el alivio total. Ataron una venda elástica al final de la cama y me la acercaron a las manos: “Intenta incorporarte tú sólo”, obedecí y con la ayuda de una mano en la espalda quedé sentado, asistido siempre por los laterales para sujetarme. Me asearon, me secaron, me cambiaron la ropa de toda la cama y me quedé de nuevo tumbado y feliz.

            Al cabo de unos minutos una chica se acercó: “Javier, fuera hay unos familiares que llevan toda la tarde esperando. ¿Quieres ver a alguno de ellos un par de minutos?” Sí. La sonreí. Sabía que familiares directos no estaban, pues todos viven en Cantabria y les había dicho que no se preocuparan, que estaría bien atendido por los grandes amigos con los que cuento en Madrid. Y en efecto, durante aquella tarde muchos se habían acercado hasta el hospital. Algunos por sus trabajos se tuvieron que ir, como mi compañero de piso, Cristóbal, que había pedido incluso unas horas a su jefe para estar el mayor tiempo posible cerca de la zona de operación. Ya pasaban de las 12 de la noche, cuando por aquel pasillo, semi oscuro, vi caminar a Raúl. Llegó hasta mí, la enfermera le dijo que tenía unos minutos y tras mirar a mi amigo, le pedí que me diera la mano. Él me comentó que el cirujano les había hablado de la operación y que estaba muy satisfecho. Que todo estaba bien. Hablamos algo más, que no recuerdo,  y se fue.

            Mientras le veía irse, sentía junto a él la presencia de tantos y tantos amigos que a través de las redes sociales, correos, Whasap, llamadas telefónicas que Raúl me había dicho estaba recibiendo en mi móvil… Presentía la energía de esa buena gente, que buscaba que me recuperase pronto. Y sé, al día de hoy, que todos esos grandes deseos de personas a las considero mi familia particular, que son los amigos, hicieron que aquel día estuviera cargado de energía y vida, y que a día de hoy, sigo recibiendo sus mensajes, visitas a casa, etc. Gracias a todos por formar parte de mi vida, así como a los familiares que se ha puesto en contacto, y me preguntan casi a diario, como estoy. Os quiero.

            Para terminar sobre mis horas en la UCI, decir simplemente que cuando a las 10 de la mañana del día 26 me llevaban de la sala hacia la habitación, una sola palabra, repetitivamente, brotaba de mi garganta: GRACIAS. Durante toda la noche la atención fue perfecta. Presentía como estaban alrededor de mi persona, mirando monitores, observando las bolsas con los diversos productos que entraban a través de la vía en la mano, a mi organismo, el aseo de la mañana, la primera cura. Todo con la máxima delicadeza, la máxima precisión, la máxima simpatía. Y donde desde el primero al último, te hacían sentir bien y arropado por su trabajo y conocimientos.

            Mi más sincero agradecimiento a todo el personal de la UCI. En vuestro anonimato, pues nosotros no somos capaces de recordar vuestros rostros, debido a los momentos que estamos viviendo, nos entregáis lo mejor. Os llevo en mi corazón.

 

miércoles, 9 de abril de 2014

UN TIEMPO PARA MEDITAR, SUFRIR Y LUCHAR (CAPÍTULO XI)


                     CAPITULO XI

  LA OPERACIÓN

          Sí, se terminaron los capítulos que tenía programados y en el deseo que cuando llegara el momento, estuviera en disposición de continuar con la historia, pero no ha sido así. La operación ha resultado ser más dura de lo que yo pensé y sobre todo los dolores… Pero vayamos por partes. Nos habíamos quedado en el día 24, la víspera de ingreso para la operación.

El día 25 se despertó fresquito pero muy luminoso y allá me encaminé, a la Fundación Jiménez Díaz, muy pronto, pues debía estar sobre las 8 de la mañana en admisión. Emprendí la aventura con una pequeña maleta que contenía ropa interior, una bata, unas zapatillas y un neceser.  Sí, me fui sólo, no desee molestar a nadie. ¿Para qué? En aquella primera mañana simplemente acudiría a admisión, me acompañarían a la habitación y luego la espera hasta ser intervino. No tenía razón de ser que nadie perdiese el tiempo en algo que no era necesario.

La espera fue lo peor. Me habían informado que me relajara y que sobre las 12 del medio día me bajarían a quirófano, luego sobre las 9:30 de la mañana un nuevo comunicado me alentaba a que sería sobre las 11 de la mañana la intervención. Pues no, ni a las 11, ni a las 12 y es que ese día debían de tener mucho trabajo, sería aproximadamente a las 16:30 cuando me trasladan a la zona de preparación a la operación y tras los preparativos (Poner vías, sueros, otros productos desconocidos para mí. Coger la arteria para el proceso de la intervención (control respiratorio y cardiaco). Ponerme una epidural para que tras la operación, pudieran administrarme determinado calmante, tomarme la tensión…) me quedé allí hasta que, creo que serían las 17:30 horas, me introdujeron en quirófano y… De esa aventura nada puedo contar, pues al poco de que mi cuerpo tocara la mesa de operaciones, me saludaran los dos cirujanos y el personal,  y tras decirme el anestesista: “Piensa en algo alegre” me quedé completamente dormido. La  visión que más recuerdo de aquellos instantes, es la de los gorros de la mayoría de quienes estarían en aquella sala durante la intervención: Eran de colores, de rayas, de topos. Sinceramente alegraban la vista, en un lugar tan frio como es un quirófano.

Como ya os había comentado, la operación tuvo una duración de unas cuatro horas y en ese tiempo los cirujanos no tuvieron ninguna duda: Existía un enfisema y un nódulo, el cual no había podido ser analizado previamente, por la zona en que se encontraba; así que determinaron por eliminar la parte superior del pulmón. Una tercera parte del total, y de esa forma dejar completamente limpia toda la zona y el pulmón en cuestión. El único “temor” que les quedaba, era si al realizar tal intervención y siendo la parte superior del pulmón, pudiera tener alguna “fuga aérea”, algo muy habitual, por lo que mis tubos de drenaje estaban deparados dos maletas, una para cada tubo y uno de ellos midiendo la posible fuga o no del pulmón intervenido.

Mañana os contaré los momentos vividos en la UCI, pero ya desde aquí, y aunque mañana me repita, no me cansaré de felicitar a todo el equipo de la Unidad de Cuidados Intensivos. Personal, no, no quiero llamarles personal, sino personas encantadoras y trabajadoras infatigables. Mil gracias a todo ese maravilloso equipo, al igual que al que participó en quirófano.

 

viernes, 28 de marzo de 2014

UN TIEMPO PARA MEDITAR, SUFRIR Y LUCHAR (CAPÍTULO X)

                                   CAPÍTULO X
                     VISPERA DE LA OPERACIÓN     
 
         Hoy es día 24 de Marzo de 2014, cuando escribo estas letras,  y estoy a unas horas de ser ingresado e intervenido, y no puedo negar que una cierta desazón recorre todo mi cuerpo.

Por un lado estoy tranquilo, sé que estoy en las mejores manos y en un centro hospitalario, como es la Fundación Jiménez Díaz, en la que tengo toda mi confianza. Pero por otra parte, una cierta intranquilidad me mantiene alerta. Y es que cuando en estos días, mis amigos y familiares me preguntan como estoy, les digo a todos lo mismo: Bien, pero… Soy humano y no puedo evitar esa sensación de incertidumbre que supone someterse a una intervención de varias horas, a un quirófano y a una anestesia general.

Sí, soy humano y es la primera vez, creo, que expongo con tanta libertad, públicamente, y a través de las letras, lo vulnerable que puedo ser en determinadas cuestiones, aunque luego, como buen géminis, que los astros me ofrecieron ser al nacer, busco y saco la forma de equilibrar esa situación. La realidad frente a la ficción, o como prefiero decir: la realidad junto a la ficción, y que durante toda mi existencia ha conseguido que mantenga un equilibrio, cuando las situaciones se han puesto difíciles o tensas, y marcando en parte, mi carácter.

Soy humano y además un soñador, y en esa ensoñación que siempre he mantenido viva en mí ser, he creído, entre otras tantas cosas, en el poder de los elementos, en su fuerte energía que es la que nos mantiene erguidos sobre la gran espalda de este pequeño planeta. Y a ellos, hoy día 24 quiero invocar: a la energía que emana mi gran y amado astro sol, al aliento del viento, a la fuerza del mar y la nobleza de la tierra; que en realidad, de ellos se compone nuestro cuerpo físico. Y no me olvido  de Dios, el creador, el maestro, para que me acompañe en esas horas hasta despertar de la anestesia, y que ese despertar, sea plácido y agradable. Aunque vosotros, cuando leáis estas palabras, ya será día 28.

Mi amigo Novel siempre me ha dicho que soy un superviviente y que en mis luchas, siempre he salido victorioso y que esta vez no va a ser menos. Y así será.

No sé si mañana habrá entrada, porque ésta es la última que dejo programada, espero que sí, que el hospital tenga Wifi y desde la cama os pueda comunicar como ha ido todo, aunque tal vez lo sepáis antes, si algún amigo lo difunde por redes como Facebook.

Mientras tanto, sed felices y recordad que la fuerza está en nuestro interior, lo más importante es lograr sacarla a flote, y todos podemos. Yo lo haré, os lo prometo. Abrazos para toda la gente buena del planeta.

ENTREVISTA A: ASANZA: MÚSICO Y COMPOSITOR


Hoy entrevisto a un joven músico. Mi primera impresión cuando lo vi fue de un chico hiperactivo y no me confundí, él mismo se define así. Ha vivido en Londres, es compositor, ha pertenecido a tres agrupaciones musicales, tiene un disco y ahora un single que está pegando muy fuerte. Lo podéis encontrar en muchas salas y sobre todo en primera fila en las sesiones de “Que trabaje Rita” ¿Adivináis a quién me puedo estar refiriendo?

J.S. Buenas tardes AsanZa, espero que te sientas cómodo con mis preguntas y si alguna no te gusta, pasamos de página y vamos a por otra. Las primeras que hago suelen ser de carácter personal, pero nunca íntimas. ¿Qué parte de tu vida ocupa la familia?

Asanza.- Un lugar muy importante en mi vida, ojalá pudiera tener más tiempo, pero con la agenda siempre hasta arriba me cuesta mucho verles y estar con ellos. Aunque siempre están en mi mente y estoy pendiente. Aprovecho esta entrevista  para que sepan, que los quiero, ¡son lo más grande!

J.S. La amistad, uno de mis puntos débiles. Por lo que he podido ver, desde que te conozco y coincidimos en diversas fiestas y locales, siempre estás rodeado de gente ¿Qué valor le das a la amistad?

Asanza.- Soy un ser extremadamente sociable y necesito relacionarme, conocer gente y como tú dices, siempre estar rodeado. Amigos de verdad cuento con unos cuantos y muy buenos. Intento ser un buen amigo. Y ellos pueden contar conmigo para lo que necesiten y tienen la confianza de hablar de lo que sea. Soy una persona súper transparente que no oculta nada y la amistad para mi es fundamental y un gran apoyo.

J.S.  Y si ya me conoces un poco, por mis primeras preguntas, sabrás que pregunto sobre la familia, la amistad  y… Sí, el amor. ¿Asanza está enamorado en estos momentos? Porque del pasado ya hablaremos más adelante.

Asanza.- Me temo que, desgraciadamente, sigo enamorado del tipo por el cual escribí la canción #loquepiensas, y me he dado cuenta durante estos días al tener que grabarla y ponerme en situación. Supongo que no será un sentimiento real, puesto que han pasado años y debo tenerlo muy idealizado, o puede que no y si siga realmente enamorado de él. Que de hecho creo que así es, suerte que él no lo sabe.

J.S.- Precisamente el single que ahora tienes en el mercado y está pegando tan fuerte, habla del drama amoroso que te llevó a abandonar España y refugiarte en Londres. ¿Por qué Londres y no simplemente cambiar de ciudad en España, si es que deseabas alejarte de esa persona?

Asanza.- Es evidente que quería escapar. Y por muchos motivos, que  no le recomiendo a nadie que lo haga si no disponen de los medios tal como hice yo, a lo loco (mucho menos a día de hoy tal y como están las cosas) yo no me arrepiento en absoluto. Y además me forcé a hablar en inglés que siempre es un plus. Y Londres porque es la ciudad más importante de Europa, no me iba a ir a "Guadiana del Caudillo", con todos mis respetos (Risas)

J.S. Por lo que he escuchado a muchos amigos artistas, Londres, si tienes algo que ofrecer, enseguida abre las puertas para que presentes lo que sabes hacer. ¿Es cierto? y  ¿Qué supuso para tu profesión vivir allí?

Asanza.- Allí empezó todo, mi primer sueldo como cantante profesional, mi primer grupo, mi primer público. Son artísticamente tan abiertos de mente allí, que lo agradecí mucho a la hora de lanzarme a crear y crear.

J.S. Allí formarás parte de un grupo musical, en el cual interviene Karl Burton ¿Era tu primera formación grupal?

Asanza.- Sí, fue mi primera vez (Aunque ya había grabado alguna maquetilla cutre en solitario)

J.S.  Un buen día decides cogerte las maletas y regresar a España. ¿Por qué?

Asanza.- La tierra llama, por mi familia porque España es mi país y… ¿Dónde vas a estar mejor que en tu casa?

J.S. Me comentabas antes de empezar la entrevista, que cuando regresaste a España, recibiste mucha atención, pero que el público castellano es tan bueno cuando están de buenas, como duro cuando están de malas. Explícanos un poco esta sensación.

Asanza.- Somos muy críticos en España (y criticones) y si vienes de Londres con un público tan agradecido pues cuesta, aunque también es cierto que he ido mejorando mi técnica con el paso de los años y en eso ando en estos momentos, y seguiré. Y.... el aplauso de aquí es el mejor de mundo. Cuando un español aplaude, lo hace de verdad.

J.S.- Tu primer y único disco hasta el momento, se titula “7”  ¿Qué recoge este álbum?

Asanza.- Fue “disco” cuando habría estado mejor siendo una maqueta, pero me quedo con canciones buenísimas que bien arregladas podrían ser geniales.

J.S. Al principio de la entrevista, comentaba que me resultaste un chico hiperactivo y tú mismo confiesas que eres sumamente nervioso, que siempre tienes que estar haciendo algo. ¿Cómo canalizas toda esa energía?

Asanza.- Me mantengo ocupado (a veces demasiado) y siempre tengo planes. Trato de canalizar mi energía en lo que me gusta, centrarme y organizarme. Soy mucho más feliz desde que he descubierto que tener una agenda donde apuntar las cosas funciona. La vida es más sencilla desde entonces. Y ahora que he vuelto al Gym, estoy más relajado ya que dejo todo el exceso de energía allí y me lo paso genial.

J.S.  No todo el mundo puede vivir, desgraciadamente, de lo que le gusta, como en tu caso la música. ¿Es por ello qué te dedicas también a la composición y a las  RRPP?

Asanza.- El hacer una canción sin el apoyo de una discográfica es muy difícil y se necesitan recursos para poder llevarlo adelante, que consigo ingresando por otros lados. Me encanta componer música y trabajar de RRPP ya ni te cuento que como te digo soy alguien muy sociable y que mejor trabajo que ser RRPP.

J.S. Ahora tienes en el mercado, y pegando fuerte un tema musical titulado “Lo que piensas” ¿Crees que el amor cuando resulta intenso es difícil de olvidar aunque pase el tiempo?

Asanza.- ¡Claro! El amor es una experiencia inolvidable ya sea para bien o para mal, pero siempre una experiencia de la cual se aprende y algunos hasta evolucionan. El amor es el arma más poderosa que tenemos y mueve el mundo. A todos nos mueve el amor. Es la respuesta definitiva. Que cada uno ame un poco más lo que hace.

J.S. “Desearía saber lo que piensas” son las últimas palabras del video-clip. Creo que esa es la gran pregunta que nos hacemos todos, cuando algo va mal en la pareja. ¿Por qué crees que en la mayoría de las ocasiones no la hacemos en el momento preciso?

Asanza.- Yo creo que de hecho, es lo primero que preguntamos.... desde el "que buscas". Y si no lo haces es por inseguridad, lo cual para estar en pareja no viene muy bien, nada bien. No se habrían inventado poderes mágicos relacionados con eso, o el poder de leer la mente, o incluso la máquina de la tortura si no fuera una ilusión del humano saber: LO QUE PIENSAS.
 
J.S.  El single va acompañado por un video-clip dirigido Héctor Betancort Edicionn, Producción: WilliamLuque, que además participa en la letra y música, y donde la Postproducción corre a cargo de Héctor Betancort y Fidel Bustamante, entre otros muchos. Sin duda te has juntado con un gran equipo. Háblanos un poco de este video y el trabajo con todos estos profesionales.

Asanza.- William me dijo el otro día: "Soy lo mejor que te ha pasado en la vida" Podría llevar razón. Sin Héctor la canción no habría sonado tan bien jamás y Fidel es maravilloso, mucho. Aunque faltan muchos; Roberto Blázquez (coreógrafo, que se lo está currando mucho, y lo sabe), Ángel C. Feijóo (@angelcoffee) que se encargó de que en el vídeo presentación del single no se descuidase ningún detalle, eso se lo agradezco mucho. Y montón de amigos que me ayudan diariamente escuchando mis proyectos e intentando siempre llevarlos al siguiente nivel.

J.S.  Eres requerido para numerosos eventos, en los últimos que te he podido ver son: La elección del chico Bakala.org. Elección de Mr. RentBoy 2014 y la Gala de los Premios Besametonto 2014 ¿Qué sientes en el escenario y cuáles son las impresiones que recibes por parte de quienes te escuchan en directo?

Asanza.- Pues me encanta actuar en directo, me llena de adrenalina ver como la gente disfruta de mi trabajo y se sienten identificados con la letra de mi canción. Llamarme más.... llamarme más ¡guapos y guapas!

J.S. Un deseo para el 2014 que tenga Asanza.

Asanza.- Pues que todo siga yendo como hasta ahora y si se puede mejorar, bienvenido sea.

J.S. Y llegamos a la última pregunta. ¿Qué proyectos te traes ahora mismo entre manos?

Asanza.- Aún queda mucho por explotar de mi último single #loquepiensas, y tengo pensado algo súper guay para el remix de este temazo que ahora van a pinchar en todas las discotecas, ¡lo más!

 

jueves, 27 de marzo de 2014

UN TIEMPO PARA MEDITAR, SUFRIR Y LUCHAR ( CAPÍTULO IX )


             CAPÍTULO IX
      A TODOS LOS AMIGOS
 
Aunque tal vez ya esté  bien para escribir y con el deseo de conexión en la habitación, quiero ofreceros este nuevo capítulo, porque se lo quiero dedicar a todos mis amigos y conocidos.
            Desde que comencé esta historia por el blog, muchos han sido los que en privado, sobre todo por Facebook, me han enviado todo tipo de mensajes. Algunos compartiendo sus enfermedades, hablándome de cómo lo pasaron y lo superaron, dándome fuerzas con ello. Otros deseándome lo mejor y que todo va a salir bien, porque no va a ser nada. Bueno, algo sí es, pero esperemos que lo menos posible. Uno en concreto me decía que no debía hacer pública mi enfermedad y hablar sobre ella, porque es algo que consideraba privado y personal; en parte estoy de acuerdo con él, pero jamás he mentido u ocultado nada en mi vida, y para nada me avergüenzo ni creo que sea íntimo el estar enfermo. Y si he compartido siempre mis alegrías, esta vez me veía en la necesidad de compartir estos momentos, me he sentido más aliviado, como si de una terapia se hubiera tratado, y tal vez es lo que ha sido. También he creído saber el límite, sin llegar a lo explícito, y por supuesto sé que es lo que para mí valoro como íntimo y personal.
 
           Quiero dar las gracias a todos esos amigos que han sabido medir muy bien los tiempos en que me preguntaban como estaba, para no hacerme pensar demasiado. La prudencia ha sido su cualidad, y me han hecho sonreír muchas veces con el tacto con que han tocado el tema.

           Dar las gracias a todos los que os habéis ofrecido para acompañarme al hospital, a pasar conmigo alguna noche o en vuestros ratos libres, haciéndome compañía. Gracias, porque siempre digo que los hospitales son los lugares que nadie quiere visitar ni siquiera unos minutos, sean como paciente o acompañante. A mí, sinceramente no me gustan nada de nada, aunque sé positivamente que son esos espacios donde se descubren nuestros males y se curan.

Dar las gracias a todos los que habéis leído y seguramente seguiréis leyendo en los días sucesivos, pues iré a modo de diario, relatando algunos pasajes, de estados de emociones, de ánimos en las nuevas esperas…
           Me decía un amigo: Creo que has sido un pionero al ponerte frente del teclado y de forma pública lanzar lo que te está ocurriendo, con entradas positivas, valientes, rigurosas y con determinados consejos. Tal vez sea todo lo que él me ha comentado en uno de sus mensajes, pero para mí, vuelvo a repetirlo: ha sido la necesidad de compartir con todos vosotros, a los que considero amigos y a muchos cercanos a la familia, esa familia que uno se labra con el paso del tiempo y que nada tiene que ver con la de sangre.
           
         Me despido una noche más, y  mientras tanto, un día, una tarde, una noche más, dependiendo de la hora en que lo leáis, os deseo todo lo mejor en la vida. Abrazos para toda la gente buena del planeta.

miércoles, 26 de marzo de 2014

UN TIEMPO PARA MEDITAR, SUFRIR Y LUCHAR (CAPÍTULO VIII)


                   CAPITULO VIII

             Hoy es día 26. El quirófano ha quedado atrás y en mis deseos, que también la UCI. En estos momentos espero estar en planta, en la habitación. No sé si con algún tipo de sonda o no, eso no me lo han dicho y tampoco he querido preguntar tanto. Ellos hacen su trabajo y uno, como buen enfermo que es, obedece.
     
            Lo de buen enfermo no va de broma, creo que es muy importante facilitar las cosas a los doctores, enfermeras y personal. Siempre he pensado que si el paciente  está concienciado con su dolencia y que la atención recibida es para su bien, la recuperación también es más rápida.
 
             Hasta ayer me he limitado a contaros que me ha sucedido, como han ido avanzando los acontecimientos y en la situación que me he visto envuelto, sin desearlo. Como nadie desea el estar enfermo, pero somos humanos y es lo que nos toca, tarde o temprano.

            Pero en todo este proceso, como es natural, me he sentido perdido y desconcertado en más de una ocasión. He percibido como mis fuerzas flaqueaban hasta el punto de no desear hacer nada y como ha ocurrido, pasarme días enteros encerrado en casa, algo nada frecuente en mí. He advertido como en mi mente, mi mundo se tambaleaba como un castillo de naipes azotado por el viento, a punto de derrumbarse algunas veces. He aguantado el llanto con cada noticia emitida por los especialistas y tras salir de la consulta, en mi soledad, pues así estaba en esos instantes, introducirme en un cuarto de baño y dejar que fluyeran las lágrimas cálidas y saladas. La impotencia se ha intentado cebar conmigo, cuando creía no poder seguir con más pruebas, pero he sacado el coraje una y otra vez, incluso bajo los síntomas de la gripe. Me he preguntado mil veces el porqué, ¿Por qué dos operaciones? ¿No es bastante sufrimiento pasar una vez por el quirófano, que tener que hacerlo en dos ocasiones? Pero en fin, siempre lo he dicho y no será ahora cuando me retracte de ello: Todo tiene un porque, nada sucede porque sí y hay que ser paciente, pues el destino también se toma su tiempo.

            ¿Una nueva prueba en el camino de mi vida, de mi destino, de mi existencia? Pues la aceptaré resignado. Rogaré a los vientos me favorezcan, y que el  sendero se presente generoso e iluminado por mi gran y querido astro sol.

            Una nueva prueba, como tantas que se me han presentado a lo largo de los años desde que el planeta supo de mí presencia y yo de la suya, y que también acepté. Ahora espero y anhelo que al final de ésta, al llegar a la meta, sonría de felicidad, por haberlo logrado una vez más, y que la recompensa con la que el destino me aguarda, me sorprenda gratamente.

            Este escrito, al igual que el de ayer, está programado y espero que el hospital tenga Wifi disponible para los pacientes, y que tenga ganas de escribir para continuar con mi relato, en días sucesivos.

            Un fuerte abrazo para todos. Sed todos felices.