CAPÍTULO
XV
LOS AMIGOS
Me habréis oído hablar muchas veces de la gran
importancia de los amigos y de que ellos van formando parte de la nueva
familia, en la sociedad que nos toca vivir. Y es que en ocasiones, la familia
de sangre, por las circunstancias que sean, no está cerca de nosotros o la
hemos ido perdiendo en el camino.
Siempre dicen que los amigos de verdad están cuando uno
los necesita, y aunque este dicho sea muy cierto, yo nunca he precisado de una
circunstancia determinada para saber que cuento con un gran grupo de amigos y
amistades, que forman parte de mi vida.
Los pormenores que han rodeado esta operación han sido
muchos y muy variados, y desde el primer momento, al igual que he compartido
con todos mis amigos mis alegrías, también me vi en la necesidad de hacerlo,
con lo que me estaba desolando, El apoyo desde el primer instante fue absoluto,
El día antes de operarme lancé una nota en
Facebook anunciando que estaría alejado del medio por unos días debido a mi intervención,
la respuesta fue masiva, tanto en ese post, como en privados, Whasap, llamadas,
etc. Y la asistencia al hospital fue diaria: a cualquier hora tenía amigos
visitándome y ofreciéndome todo su apoyo. Al igual que está sucediendo en casa, desde que me dieron el alta.
Desde estas palabras, si algunos leen estos textos,
quiero pedirles también disculpas si en algún momento no estaba en mi mejor
estado, pues pasé horas e incluso algún día, bastante chungo; y aunque las
visitas me llenaban de vida y energía, el simple hecho de hablar, suponía todo
un reto, y un agotamiento absoluto.
Tengo que dar las gracias a amigos como Cristóbal o Raúl
que estuvieron esperando pacientes a que saliera de la operación. Amigos que aún
sin conocer, pero con un gran trato por Facebook me ofrecieron su protección
como fue, entre otros, Carmela Gila. A mis amigos escritores: Isabel Montes y su mujer, a
Diego Manuel Bejar, Joakin C., Rubén Besametonto, Mónica y Raquel, o Paz Quintero y su chica,
entre otros. Andrés Burguera, que se pasó unas horas antes de emprender su
viaje a San Paulo. Enric, Miguel, Carlos
Corbacho y familia, Magdalena, Gemma Pindado, compañeras de mi anterior trabajo. Ray, (el
director de la serie Radiografías de Espanta)… En fin, espero que nadie se
ofenda si no ve su nombre, pero habéis sido muchos y a todos os agradezco esos
instantes que compartisteis conmigo.
Sí, mi familia de sangre se encontraba lejos y la mayoría
tenían otras responsabilidades que atender, pero mi otra gran familia, a la que
llevo en mi corazón, siempre estuvo allí presente, demostrándome, apoyándome y
con sus palabras decirme que contara con ellos para todo. No quiero olvidarme de dos grandes amigas: Rosa y Sofía, que a la vuelta a casa, me han estado
ayudando en todo: Acudir a las curas, proporcionarme alimentos que pudiera digerir,
pues el estómago no me admitía más que líquidos y algunos purés, y pendientes
durante muchas horas del día. Gracias chicas.
Gracias en definitiva a todos. No sabéis lo que se
agradece una palabra, una mirada, una sonrisa, un abrazo, un beso y el aliento
del calor que desprende la amistad de verdad. Gracias por estar ahí todos y por
todos aquellos que desde la lejanía no pudieron estar físicamente, pero día a día
por las redes sociales preguntaban sobre mi evolución. Mil gracias, os llevo,
como bien sabéis, siempre en mi corazón.
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