domingo, 23 de febrero de 2020

NUESTRAS MADRES: CRÍTICA DE CINE

La coproducción entre Bélgica, Guatemala y Francia, NUESTRAS MADRES, cuenta con dirección y guion de César Díaz.
 
Ernesto (Armando Espitia), es un antropólogo de la Fundación Forense que está trabajando en la exhumación de las personas desaparecidas durante la guerra civil que vivió el país, para que tras las pruebas oportunas, sus familiares les puedan dar digna sepultura. Ernesto vive con su madre viuda, Cristina (Emma Dib), una mujer que además de añorar a su marido muerto, sin saber dónde está enterrado, arrastra un trágico trauma, sufrido durante la guerra.
 
En el puesto de trabajo de Ernesto se presenta una mujer indígena, Nicolasa (Aurelia Caal) quien le pide que la ayude a desenterrar a su marido, para enterrarlo con los suyos, en el cementerio. Nicolasa contestará a todas las preguntas que le hace Ernesto, con el fin de recabar la máxima información, entre las preguntas; Nicolasa le muestra una fotografía del marido con unos guerrilleros y Ernesto cree reconocer entre ellos, a su padre.
 
La guerra civil en Guatemala se inició en 1960 y finalizó en  1996  durante la presidencia de Álvaro Arzú, con la firma del Acuerdo de Paz entre el Gobierno de Guatemala y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca. Una contienda que en sus 36 años de duración, se cobró un total de doscientos mil muertos, cuarenta y cinco mil desaparecidos y cerca de cien mil desplazados. En 2014 fueron exhumados 172 personas de fosas comunes y enterrados nuevamente por sus familiares, en el cementerio de Santa Avelina.
 
El guionista, editor y director, César Díaz, Estudió en la Universidad Libre de Bruselas y en la Universidad de Fémis de Francia (Guion).  Su ópera prima en  documental fue con  “Semillas de Ceniza” 2010 para continuar cuatro años más tarde con “Territorio liberado” 2014. En 2019 rueda su primer filme de ficción “Nuestras madres”
 
Un filme rodado con austeridad, cargado de sensibilidad, dolor y dignidad, presente en esas mujeres silenciosas con historia propia y cicatrices en el alma. Mujeres que después de lo vivido, solo buscaban tener a sus maridos en una tumba, cerca de los suyos, para poder ir a hablar con ellos. Mujeres que claman justicia, aunque ya nadie les pueda devolver a los muertos, mientras intentan dejar atrás los traumas de las violaciones y las torturas que sufrieron, en manos de los militares.
 
César Díaz dirige con delicadeza y sentimiento un profundo drama, en su debut cinematográfico, trayendo a la gran pantalla el pasaje más oscuro de la historia de su país. Un filme en donde la contención es su máxima aliada y la humanidad que desprende su narración, expresión y exposición, su punto álgido de atención. Un filme con un claro aroma a documental, género preferido por su director y palpable a través de la impecable fotografía de Virginie Surdej y del montaje a cargo de Damien Maestraggi, originando con ello, un potente metraje.
 
Se suele decir que los muertos descansan mientras los vivos arrastrarán el dolor, la indignación y los traumas por el resto de sus vidas y en esta ocasión, esas víctimas vivas, son las madres y esposas que quedaron viudas, algunas teniendo que buscar la forma de alimentar y educar a los hijos. Este filme, además de una denuncia a la sociedad política de su tiempo y de los juicios que se llevaron a cabo contra los dictadores, es un sentido homenaje a la mujer silenciosa que esperaba una sentencia justa. Destacaría las interpretaciones de Emma Dib, encarnando a la madre luchadora y valiente que se enfrenta al juicio de sus enemigos, y Aurelia Caal, como la mujer indígena en representación de esa parte del pueblo, que resultó más golpeado.
 
“Los muertos están muertos, aunque no sepamos dónde están”
 
Mi nota es: 7,5
 
ESTRENO en ESPAÑA: 21 de Febrero.
 
REPARTO: Armando Espitia, Emma Dib, Aurelia Caal, Julio Serrano Echeverría y Víctor Moreira.
 
PRODUCTORA: Need Productions// Perspective Films
 
DISTRIBUIDORA en ESPAÑA: Alfa Pictures

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