miércoles, 27 de abril de 2022

LUNANA: A YAK IN THE CLASSROOM: CRÍTICA DE CINE

Lunana: A Yak In The Classroom, está escrita y dirigida por Pawo Choyning Dorji. “Un canto a la vida, a la naturaleza y la docencia.

Ugyen Dorji (Sherab Dorji) es un joven profesor que no se siente motivado para dar clases, su sueño es viajar a Australia y convertirse en cantante, pero sus superiores le bronquean, haciéndole saber que aún le queda un año para finalizar el contrato y como “castigo”, lo envían a la escuela más remota del mundo, a una aldea glacial del Himalaya llamada Lunana. Cuando Ugyen llega al pequeño pueblo descubre que no hay electricidad, que la escuela carece de todo lo elemental, incluso del encerado y que las ventanas no tienen cristales, siendo protegidas con láminas de papel. En un principio piensa en regresar, pero a medida de que pasan los días, se va encariñando con los niños, en particular  con Pem Zam (Pem Zam) una niña encantadora, con el recibimiento de los lugareños y de una joven que canta a los dioses una hermosa canción y por la que sentirá cierta atracción, Saldon (Kelden Lhamo Gurung)

El fotógrafo y director, Pawo Choyning Dorji, estudió en la Escuela Internacional  Kodaikanal en la India, en la Escuela Secundaria superior Yangchenphug en Thimphu, la Universidad de Lawrence en los Estados Unidos donde se graduó con una licenciatura en Gobierno y Relaciones Internacionales en 2007 y finalmente completó sus estudios con una calificación en Filosofía Budista en el Instituto Budista Sarah en 2009. Ha trabajado como fotógrafo y descubrió el cine al conocer al maestro budista y cineasta Khyentse Norbu en 2006, con quien trabajó como asistente de dirección en la película “Vara: A blessing” 2013 y como productor en “Hema Hema” 2016. El ya pasado 2020, debutó en la dirección con “Lunana A Yak In The Classroom”

Lunana, se podría dividir en dos partes, por un lado la más visual con aire de documental, durante ese viaje a pie que el nuevo maestro debe emprender junto a los  guías hasta llegar al pueblo, mostrándonos la belleza del entorno,  la comunión de la naturaleza con los dioses en los que siguen creyendo o de los cantos tradicionales, mientras realizan las diferentes tareas. Un largo y fatigoso ascenso que les va acercando al cielo y a una paz absoluta, que en las ciudades resulta impensable, con el tráfico, el ir y venir o la polución. Espacios que aún no han sido viciados por la mano del hombre y cuyos nativos siguen conservando la verdadera esencia del ser y de la vida. La segunda parte, transcurrirá a partir de la llegada de Ugyen al pueblo, descubriendo que con lo más básico e incluso con menos de lo primordial, sus habitantes son felices, razón que transformará por completo al joven, percatándose de que no por más comodidades, se es más feliz, aunque no renuncie ni al confort ni a los sueños, mientras es consciente de la importancia de la docencia, para los más jóvenes. La falta del material esencial para enseñarles, agudizará su imaginación mientras pide ayuda al exterior. 

Dorji debuta con un delicado filme naturalista, tan sencillo que nos atrapa entre los contrastes que esa naturaleza otorga al lugar y a quienes en ella vive en un marco incomparable de paz y armonía. En los cambios que sufrirá el joven, quien experimentará  su viaje personal, descubriendo otra realidad muy distinta a su vida anterior. El amor, la amistad, la complicidad, el valorar  una sonrisa o una mano que te ayuda a no caer o levantarte. La aceptación por parte de la comunidad al recibir como obsequio un Yak, que además de poseer una fuerte conexión espiritual, le aportará leche para alimentarse y excrementos para mantener activa la cocina y el calor en ese hogar sin ventanas. Lunana  es uno de esos pequeños paraísos que todavía quedan en este planeta, en el cual la felicidad no radica en tener el último móvil, pues allí no hay cobertura. La verdadera felicidad se siente, se vive y se comparte.

El filme cuenta con interpretaciones que destilan naturalidad y sencillez, logrando envolvernos en su mundo de ensueño, pues la mayoría de ellos son pastores locales que nunca han salido de su aldea, de esa realidad bucólica maravillosamente plasmada en la fotografía de Jigme Tenzing a quien acompaña la sutil banda sonora de Yi Chen Chiang y Duu-Chih Tu. Todo en esta película se confabula para que el espectador se sienta mecido a lo largo del metraje y salga de la sala, con un grato estado de bienestar.

Mi nota es: 8,5

ESTRENO EN ESPAÑA: 29 de julio.

REPARTO: Sherab Dorji, Pem Zam, Gurung Ugyen, Tshering Dorji, Kelden Lhamo, Norbu Lhendup y Sonam Tashi Choden.

PRODUCTORA: Dangphu Dingphu: A 3 Pigs Production

DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: A Contracorriente Films. 

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