El Tubo, está escrita y dirigida por Mathieu Turi. “Aunque desees morir, nunca te subas al coche de un desconocido”
Lisa (Gaia Weiss) es camarera. Se encuentra tumbada en medio de una carretera, con la intención de ser atropellada, pero cuando ve que un coche se aproxima, decide levantarse. El coche pasa de largo, regresa y desde la ventanilla el conductor, Adam (Peter Franzén), un vigilante de seguridad, le pregunta si está bien. Ella responde que sí. La invita a subir al coche, para acercarla al pueblo más cercano y tras rechazar varias veces la propuesta, acepta. Durante el trayecto, se presentan y comienzan a hablar de sus vidas, descubriendo que sus infancias han sido infelices. En un momento determinado, Adam, frena de golpe y Lisa se golpea en la cabeza, fundiendo la imagen a negro.
Lisa se despierta y aun aturdida, descubre que está en el interior de una tubería iluminada con luces de colores y que en uno de sus brazos, le han instalado un brazalete con un reloj, en el que se activa una cuenta atrás. Grita y al no recibir respuesta, decide rectar por la laberíntica estructura metálica, en cuyo interior le aguardan muchas sorpresas y ninguna agradable.
Mathieu Turi, estudió cine en la Escuela Superior de Producción Audiovisual en 2005. Ha trabajado como asistente de dirección para Quentin Tarantino en la película “Malditos Bastardos” 2009, con Guy Ritchie en “Sherlock Holmes: Juego de Sombras” o con Luc Besson en “Lucy” 2014. En la dirección debutó con los cortometrajes “Sons of Chaos” 2010 y “Broker” 2012 y en el largometraje con “Hostile” 2017. El pasado año estrenó la obra que ahora llega a nuestras pantallas, “El Tubo” 2020.
El filme nos recuerda y bebe de otras películas bien conocidas por los amantes del terror, como la premiada y aclamada por la crítica y público, “Cube” 1997 de Vincenzo Natali o la archifamosa saga de “Saw”, que inició James Wan en el 2004. Filmes en los cuales los personajes se ven privados de libertad, teniendo que carearse con pruebas de lo más insólitas y envueltas en el gore más explícito. En esta ocasión, Lisa, estará sola ante el peligro, sin saber cómo ha llegado a ese lugar y cuál el motivo de su encarcelamiento; pero lo que tiene claro, tras analizar con rapidez la situación, es que sea como sea, debe salir de ese endiablado lugar, si quiere seguir viva, pues la cuenta atrás, la lleva consigo en el dispositivo que le han colocado en una de las muñecas. Tendrá que sortear las infernales pruebas que le han preparado. Algunas de ellas, hay que reconocer que son de lo más crueles, con las que sin duda va a disfrutar ese espectador sediento de emociones fuertes.
Una película angustiosa, tensa, claustrofóbica y hasta traumática, narrada en una hora y media, con un excelente ritmo, en parte gracias al montaje de Joël Jacovella y por descontado, a la ágil dirección de Mathieu Turi, a quien no le ha temblado el pulso. Destacar también el cuidado y espectacular sonido a cargo de Alexandre Andrillon y Dominique Gaborieau o la extraordinaria fotografía de Alain Duplantier, como parte de ese magnífico equipo técnico del que se ha sabido rodear. Juntos han logrado crear una potente atmósfera que nos va envolviendo, asfixiando y bloqueando en la butaca, a medida que transcurre la acción, asegurando entretenimiento de principio a fin. Una obra no exenta de mensajes entorno a los miedos, los traumas o la culpa, esa culpa ante la muerte de su hija; que la mantiene muerta en vida, pues los recuerdos la atormentan como fantasmas, sin encontrar una salida hacia el futuro.
Y llegamos a ella, que se merecía estar la primera, pero he preferido reservarla como el colofón, pues ella, sin la menor duda, es el corazón, el alma y la vida de la película. Gaia Weiss, está maravillosa, bellísima y brutal en su interpretación de Lisa. El lenguaje corporal que nos ofrece, a falta de palabras y diálogos, es auténticamente brillante, mostrándonos con total claridad, los conflictos internos que la torturan, así como la garra, el coraje y el deseo de vivir. Salir de ese infierno que se fragua en el interior de su mente, entre los recovecos de un laberíntico cerebro en el cual se asientan y esconden, el dolor y la pérdida, sin olvidar ese infierno que también está experimentando su cuerpo físico, dentro del condenado tubo. Hay un momento y con ello no desvelo nada, que provoca felicidad y dolor a la vez. Ante los ojos de Lisa, dentro de una de las galerías por las que debe pasar, desfilan diversas imágenes en movimientos, plasmadas en las paredes, techo y suelo. Imágenes que se entrecruzan las unas con las otras, mostrando pasajes de su vida, hasta llegar a su mayor aflicción, el día de la muerte de su hija y cómo tuvo lugar. Y aquí lo dejo. Solo desearos suerte, si os internáis con ella en ese tubo, pues tal vez dentro de él, algunos recuerdos dormidos y no deseados, se activen en vuestras mentes.
Mi nota es: 8
ESTRENO en ESPAÑA: 3 de Septiembre.
REPARTO: Gaia Weiss, Peter Franzén, Romance Libert, Frédéric Franchitti, Corneliu Dragomirescu, Eva Niewdanski, Carl Laforêrt, Henri Benard, Fabien Houssaye y Olympe Turi.
PRODUCTORA: Fulltime Studio// Cinéfrance Studios// Equitime// WTFilms// OCS// Alba Films// SG Image 2018// Cinéaxe// Ynnis Interactive.
DISTRIBUIDORA en ESPAÑA: A CONTRACORRIENTE FILMS.
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