LA PEOR PERSONA DEL MUNDO: CRÍTICA DE CINE

La coproducción entre Noruega, Francia y Dinamarca, La peor persona del mundo, está dirigida por Joachim Trier compartiendo guion con Eskil Vogt.

En el prólogo conoceremos a Julie (Renate Reinsve), que aun siendo una de las mejores alumnas, se siente decepcionada con ella misma. Pasa por una de esas crisis existenciales en donde se nos explica que decidió matricularse en medicina, porque era una de las carreras más difíciles de entrar y mientras estudiaba, descubrió que su verdadera pasión era el alma y no el cuerpo. Tras meditarlo y tomar las riendas de su vida, cambió a la especialidad de psicología, pero tampoco le satisfacía y finalmente se decantó por la fotografía. Una noche conocerá a Aksel (Anders Danielsen Lie), un dibujante de cómic y creador de Lince, que pronto le propone tener hijos, a lo que ella no está dispuesta. Está claro que la vida con Aksel no tiene futuro, pero, ¿Qué futuro es el que realmente quiere y le aguarda a Julie?

El director, Joachim Trier, estudió en el European Film College en Ebeltoft y en la Escuela Nacional de Cine y Televisión de Gran Bretaña. Rodó sus primeros cortometrajes entre los que encontramos “Pietà” 2000, “Still” 2001 y “Procter” 2002, debutando en el largometraje con “Reprise” 2006, “Oslo, 31 de agosto” 2011, “El amor es más fuerte que las bombas” 2015, “Thelma” 2017 y este año estrena en nuestras salas “La peor persona del mundo” 2021. También ha dirigido el documental “Den andre Munch” 2018.

En “La peor persona del mundo” asistimos a un filme dividido en 12 capítulos con su prólogo y epílogo, al igual que si de una novela se tratara, pero con la diferencia que aquí no tenemos que imaginarnos lo que el escritor nos desea transmitir, sino que las imágenes ya se nos ofrecen, a través de esos capítulos, con títulos incluidos: Prólogo, 1.- Los demás,  2.- Cuernos, 3.- Sexo oral en la era del #MeToo, 4.- Nuestra propia familia, 5.- Mal momento, 6.- La Meseta de Finnmark, 7.- Un nuevo capítulo, 8.- El circo narcisista de Julie, 9.- El lince se carga la Navidad, 10.- El malestar en la cultura, 11.- Positivo, 12.- Todo llega a su fin y Epílogo.

Un filme que invita a la reflexión y al debate sobre los  diferentes temas que se tratan e incluso, sobre algunas situaciones que rozan lo desagradable o extremo; porque si bien todo es lícito de exponer, algunas cosas, no precisan de ser recreadas y como muestra, la escena del tampón. ¿Era realmente necesaria? Creo, con sinceridad que es algo muy personal e íntimo de la mujer; pero lo que está claro en Trier, es que entre la ligera provocación e ironía, le gusta jugar con lo cotidiano mientras nos habla de los problemas más humanos y transcendentales, principalmente de la sociedad que le rodea y para ello, toma como compañera de viaje a Julie, una joven que a sus casi treinta años, no está segura de lo que quiere aunque sí, de aquello que no desea y de esta forma, nos va llevando por la comunidad noruega entre etapas y amoríos, que parecen no funcionar. 

Entre las conversaciones que los personajes mantienen, en las cuales siempre está ella, se entrevén las inseguridades, los miedos, las discusiones, la necesidad de ser escuchada y amada, el anhelo de formar parte del todo, la familia, las relaciones de pareja, el encontrar su sitio en la sociedad, la maternidad, el machismo y el feminismo. El feminismo tan presente a lo largo de la narración con instantes como en el que Julie formula a sus compañeros, durante una velada, que tiene la sensación de conocer todos los problemas que atraviesa el hombre, como la disfunción eréctil, la erección matutina o la eyaculación precoz y que por el contrario, los hombres saben muy poco sobre la menstruación, el orgasmo o el deseo femenino y no por tabú sino por falta de interés. 

Algo que también parece preocupar al director y que por unos instantes me sacó de la historia de esta joven entre sus idas y venidas, es su interés por el medio ambiente y la necesidad de tener un planeta más sostenible, por lo que nos ofrece, casi a modo documental, como el cambio climático perjudica a los pueblos indígenas, que los Inuit pasan hambre ante la falta de focas, que el deshielo echa a perder el pasto de los renos, que los aborígenes mueren de cáncer de piel, por el agujero de ozono; que las minas de Cobalto destruyen el Congo o el no entender la razón de que el bacalao noruego se transporte a China, para luego regresar al país de origen. 

Como podéis intuir, ante lo que os estoy exponiendo y mucho más que me reservo para que descubráis por vosotros mismos, no estamos ante un filme fácil, pero es que ni el guion ni Joachim, lo pretenden. Estamos ante una película crítica, principalmente con la sociedad que le rodea; buscando concienciar a la humanidad sobre la necesidad e importancia de la igualdad entre hombres y mujeres, a través de esa  lucha feminista, puntualizando en un tema tan en boga como es la maternidad y haciendo hincapié que solo ellas son las que dictaminan cuándo, cómo y con quién deben tener un hijo, si deciden tenerlo. 

Para mi gusto, el mejor tramo de la película se encuentra en la última media hora, poco antes de que dé lugar la conversación que Aksel y Julie, mantienen sentados en el jardín del hospital, hasta el final de la obra. Un filme que cabalga a lomos del romance, la comedia y el drama; destacando a una magnífica Renate Reinsve, quien será nuestra anfitriona y guía por su mundo interior y la sociedad que la rodea. Finalizo esta reseña comentando que el filme nos presenta una fotografía intimista y cercana en la mirada de Kasper Tuxen, quien da un gran protagonismo a los contraluces y los claroscuros, que dominan prácticamente todas las escenas. 

Mi nota es: 7

ESTRENO EN ESPAÑA: 11 de marzo.

REPARTO: Renate Reinsve, Anders Danielsen Lie, Herbert Nordrum, Silje Storstein, Maria Grazia Di Meo, Hans Olav Brenner, Marianne Krogh, Vidar Sandem, Sofia Schandy Bloch, Anna Dworak, Eia Skjønsberg, Thea Stabell, Mina Elise Friesl- Stavdal, August Wilhelm Méd Brenner, Lasse Gretland, Deniz Kaya, Karla Nitteberg Aspelin, Savannah Schei, Tumi Løvik Jakobson, Helene Bjørnebye y Karen Røise Kielland.

PRODUCTORA: Oslo Pictures// Snowglobe Films// arte France Cinéma.

DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: Elástica Films.