En abril de este año, la
agencia EFE ofrecía la siguiente noticia: Una mujer acude a una comisaría para
que la policía comprueba si su cocaína, es de buena calidad.
La ficción supera a la
realidad o esto tal vez nunca ocurriría ni en la ficción.
Dicha mujer que tiene 46
años y su nombre no se ha desvelado, lo único que se sabe es que vive en
Toulouse, Francia.
Un buen día del mes de
abril de este año se presentó en una comisaría de la citada ciudad al sur de
Francia, y ante el asombro de los policías vació sus bolsillos sobre el
mostrador: Un cuchillo y dos bolsas de cocaína. Miró a los policías y les dijo:
Quiero saber si esta cocaína es de
calidad.
La señora en cuestión, es
una conocida de la brigada de estupefacientes y la cachearon encontrando además
otra bolsa de “crack”. Los agentes la detuvieron y le preguntaron el motivo de
por qué les mostraba la droga de esa manera. Ella muy tranquila contestó: “No quiero que la gente muera de
sobredosis” A la pregunta de dónde
la había adquirido, respondió que por internet y que lo único que buscaba era
saber si era de buena calidad. Al final y tras un interrogatorio, entró en
contradicciones como que la droga en realidad la había adquirido en Toulouse.
Al no haber sido
detenida, sino que ella había ido voluntariamente a la comisaría, fue puesta en
libertad a la espera de que sea llamada por la justicia.
¿Una apuesta con algún
camello? ¿Iba ciega hasta las patas y buscó burlarse de los agentes? ¿Qué le
pasó realmente por la cabeza a la buena señora para hacer tal acto? Sean las
respuestas que sean, el caso es que la realidad verdaderamente supera a la
ficción, pues si algo así veo en una película, me sentiría estafado por parte
del guionista.