Algunos de vosotros ya habéis leído:
Tras las puertas del corazón. Hoy para celebrar el acontecimiento del Orgullo
Gay, en su 43 aniversario, os incluyo esa parte de la novela donde hablo de lo
sucedido aquellos días.
Espero sea de vuestro agrado.
En el verano
del 69 dos grandes acontecimientos tuvieron lugar en Estados Unidos, además de
la continuación de la guerra, que cada vez, resultaba más cruel y difícil de
aceptar. ¿Por qué aún no se ponía freno a dicha masacre?
El primero de
aquellos sucesos, conmovió al colectivo gay y muchos no gays de Manhattan.
Fueron los disturbios ocurridos en un local de Christopher Street en el
Greenwich Village. Para situarte geográficamente, esta área residencial se
encuentra al oeste de Manhattan rodeado por la calle Broadway
y el río Hodson. El local se
llamaba Stonewall Inn, o debería decir se llama, pues el local fue incluido en
el año 99 en el Registro Nacional de Lugares Históricos de Estados Unidos por
su importancia en la historia del movimiento gay y lésbico y lo sucedido en
aquellos días.
La policía
irrumpió el 28 de Junio de forma violenta. Los enfrentamientos duraron tres
largos días. En aquellas
fechas, concretamente el día 22 de Junio, moría Judy Garland en el baño, debido
a una sobredosis de barbitúricos. Los gays,
lesbianas, transexuales, bisexuales... celebraron un multitudinario
funeral, ya que para el colectivo, era un icono y, se piensa, que este motivo
fue uno de los detonantes de no
resistirse pacíficamente, como hasta la fecha había ocurrido.
Fuimos
enviados para recoger la noticia y fotografiar el acontecimiento. La verdad, no
nos esperábamos que aquella contienda fuera a durar tres días de violentos
enfrentamientos. Todo comenzó cuando la policía irrumpió en el local para una redada
indiscriminada como ya había ocurrido en otras ocasiones. Pero ésta vez, los
homosexuales, cansados de los maltratos y desprecios por parte de la policía,
tratándoles como criminales o ladrones, no se aminoraron; sino por el
contrario, les hicieron frente. Los policías
al verse rodeados y ante el asombro de la reacción de los asistentes, hasta la
fecha no violentos, avisaron para que les enviasen refuerzos, llenándose la
zona de patrullas, pero a su vez los gays también se multiplicaron en número
no esperado.
La batalla, en
algunos momentos, resultó encarnizada. Cuerpos mal heridos, ensangrentados,
gritos e insultos, cabezas golpeadas en el asfalto por policías, que seguramente
no sabían por qué estaban haciendo aquello, pero lo hacían. Sonidos de
ambulancias, entrando y saliendo por las calles, mientras recogían a quienes no
tenían las fuerzas para seguir luchando por el dolor que les atenazaba. Las
luces, que iluminaban la noche, parecían
enturbiarse, y la luminosidad blanca, volverse gris. El ambiente era
insostenible, pero ninguno de los bandos parecía querer ceder. El orgullo
estaba muy alto entre los gays, hastiados, cansados y aburridos de ser tratados
como animales, que digo, ni a los animales se les trataba de esa forma en
aquellos tiempos. En sus ojos se leía el deseo de libertad y paz y
no mermaron sus fuerzas en el intento, aunque viesen a sus amigos con brazos
rotos, con cabezas abiertas, con sangre encharcando las calles. Gritaban en su
interior y lo expresaban con furia, el deseo de ser tratados como seres humanos
y no como enfermos, dementes o degenerados. Cuando los enfermos eran aquellos que
prohibían la libertad de quienes no causaban ningún daño, ningún disturbio,
ningún malestar. Simplemente, querían y deseaban vivir su sexualidad.
Simplemente deseaban amar a quienes ellos habían elegido para amar. ¿Qué mal
había en ello? Sólo el ofuscamiento de mentes retrogradas, sin miras, sin
visión más allá de sus narices; e incluso, entre ellos, los más deplorables,
los que ocultando su homosexualidad, vivían una doble vida. Por una parte, con
una familia, supuestamente maravillosa y por la otra, a escondidas, desahogando
su verdadera sexualidad. Luego, a la luz del día, resultaban ser los más
homófobos y castigadores, por no haber asumido ellos mismos su verdadero ser.
El que la naturaleza les había otorgado y ellos rechazado.
Cuando
aquellos enfrentamientos cesaron, la suma de heridos y arrestados era numerosa,
además de un muerto. Fue entonces cuando nació el “Gay Power” y desde ese mismo
año, cada 28 de junio, se conmemora en todo el mundo, el día del orgullo gay.
Como himno, la canción del Mago de Oz
“Over the rainbow” Interpretada por Judy Garland, donde habla, que más
allá del arco iris, los problemas
desaparecen y los sueños se convierten en realidad. Y yo añadiría, la realidad de que un día
todos seamos vistos de la misma forma, sin discriminaciones sexuales, de raza,
de pensamiento o de acción. Una realidad, donde el ser humano aprenda a convivir
entre todos, sin pensar que otros son inferiores o superiores a él. Pues todos
estamos hechos de la misma materia y girando en el mismo círculo de la vida, y
con ello, alcancemos en su momento ese arco iris, donde todos los colores
tienen cabida y donde todos, somos importantes para el equilibrio de la
sociedad y del planeta.
Los colores
nacieron de la vida y que cada uno de nosotros, elija la paleta de color que
desea en su trayectoria por el gran lienzo que formara su existencia.
Intentemos por tanto, crear un cuadro de luz y armonía, hasta el punto que
jamás un pintor pensara en realizar, sino que sea, la verdadera obra de nuestra
vida y esa obra, posea la fuerza suficiente para que la energía pura se revalorice
y la luz sea más intensa. Formemos por tanto, nuestro propio arco iris y que
éste, por su calidad de pureza, pase a formar parte del gran arco iris de la
creación.
Alejandro se
quedó en silencio, dio vuelta a su sillón dándome la espalda durante unos
minutos, donde sólo el humo del puro, rompía la monotonía que ante mis ojos se
presentaba. No me inmuté,
no hice el menor movimiento de apagar la grabadora, ni siquiera moví mis manos
de donde las tenía en aquel momento. El silencio se
apoderó de toda la estancia y sólo podía escuchar mi respiración, la cual en
aquel momento, deseaba silenciar...
Fragmento de la novela: Tras las puertas del corazón. Editada por: Odisea Editorial. Autor: Javier Sedano.
Un gran vídeo.
Fragmento de la novela: Tras las puertas del corazón. Editada por: Odisea Editorial. Autor: Javier Sedano.
Un gran vídeo.
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