Por mucho que el tabaco pretenda engañar a nuestro organismo, él es
mucho más sabio, pero por supuesto lo tenemos que saber escuchar. Nuestro
cuerpo nos habla constantemente, cuando está bien y cuando está mal. Nos da
toques de atención con detalles que creemos son naturales y no lo son, y así
nos muestra los primeros síntomas cuando el tabaco ya forma parte de nuestra
vida diaria. Entre esos síntomas están: Carrasperas, resfriados y catarros.
Todos sabemos que el tabaco afecta a nuestros bronquios y además
reseca nuestra garganta. Por tal motivo las carrasperas son frecuentes, aunque
una vez que uno se acostumbra, pasan a formar parte también de lo cotidiano.
En ocasiones me preguntaba por qué cogía tantos resfriados y
catarros. Mi doctora me respondía que al fumar las defensas en mi organismo disminuyen,
además del daño que provocaba a mis bronquios y sistema respiratorio, en
definitiva, era más propenso a coger cualquier virus que estaba alrededor de mi
espacio. Aunque siempre he confiado en mí doctora, cuando me soltaba estas
verdades, no me las creía. Pensaba, sí, tal vez tenga razón y algunas de mis
defensas no me acompañan. No era cierto y lo sabía, cuando mis análisis de
sangre siempre estaban perfectos. Incluso en pleno verano siempre tenía el
pañuelo en la nariz, y cuando llegaba el frío, comenzaban los catarros y las
gripes unos detrás de otros. Dos o tres catarros no me los quitaba nadie entre
los meses de otoño e invierno, acompañados siempre de fuertes refriados, y de
vez en cuando la gripe completa con dolores musculares incluidos.
Señoras y señores, este invierno sólo he tenido una gripe, entre
finales de diciembre y primeros de enero, momento en que decidí dejar de fumar.
Pero no nos precipitemos, todo a su tiempo. Ahora no toso, no me resfrío y la
carraspera ha disminuido muchísimo. Mi doctora me dice que es normal, pero que
en poco tiempo cesará.
¿Sabe usted amigo fumador lo bien que me siento ahora? Sí, respiro
como hacía años no hacía y no estoy pensando en que un catarro de improviso me
arruine una salida con los amigos, el cine o el teatro. Ahora mi organismo se
está limpiando y lo percibo día a día. Pero ya me vuelvo a adelantar.
Recordad,
cuando al despertaros tosáis, empecéis a tener carrasperas, los resfriados y
las gripes sean más frecuentes, no penséis que es normal, que habéis cogido frío y
tantas escusas que el tabaco os va a imponer en vuestro cerebro. NO, no es
normal, no es natural, lo que sucede es que vuestro organismo y sobre todo
vuestros bronquios os están dando los primeros toques de advertencia.
Es entonces cuando aún os podéis librar con mayor facilidad del dichoso veneno. Concienciarse y decir: Me estoy matando quemando un cilindro con miles de toxinas que mis dedos llevan a mi boca por rutina y sin ofrecerme ningún placer real, que no me está aportando nada beneficioso y sí por el contrario un futuro lleno de problemas. Como iremos viendo.
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