lunes, 6 de octubre de 2014

CRÓNICA- CRÍTICA DE: EL AÑO DE DRÁCULA de KIM NEWMAN POR JOAKIN C. ROMAN.


TÍTULO: EL AÑO DE DRÁCULA
AUTOR: KIM NEWMAN
CRÓNICA - CRÍTICA POR:  JOAKIN  C. ROMÁN
Todos conocemos la mítica novela de Bram Stoker Drácula, de cómo el profesor Van Helsing, Jonathan Harker, Mina, Lucy y varios personajes más someten y acosan hasta dar muerte al pobre vampiro que quiere salir de los Cárpatos para visitar el (siempre) jubiloso Londres… Pero, ¿y si Van Helsing hubiese fracasado y el plan de conquista de Drácula hubiese sido un éxito? Es el año 1885, el conde Drácula ha triunfado, Van Helsing y sus protegidos fueron masacrados antes de poder vencerle. Ahora gobierna la Inglaterra Victoriana, convertida al vampirismo casi en su totalidad. El autor, Kim Newman, le da la vuelta completamente a la novela del famoso Stoker recreando un mundo victoriano donde se mezclan con soberbia el vampirismo con la burguesía, las sanguijuelas con la pobreza, además, mezcla personajes famosos, tanto reales como imaginarios, mientras se adentra en la niebla londinense para descubrir al asesino de vampiros Cuchillo de Plata, donde encontraremos a un personaje carismático, atrevido, impresionante y muy querido por aquellos que conocemos el universo de Warhammer Fantasy (ejércitos de miniaturas): la vampira Genevive, una vampiresa casi tan antigua como el conde, dispuesta a dar caza al Cazador nocturno y destruir el linaje maldito de Drácula.

El libro engancha al lector aficionado a la fantasía y el terror, pero también cautiva por su ritmo y sorpresas al no iniciado en estos temas. La mezcla de lugares, personajes históricos y personajes de la novela original de Stokes, hacen que el lector se recree en ellos como si los conociese de antemano, sorprendiéndose al alzar las cejas por la sorpresa la reconocer uno de ellos. Si vieron la fantástica película de Francis Ford Coppola, su mente volará por el Londres oscuro que consiguió recrear, y no podrán más  que ponerle el fantástico rostro de Gary Oldman al depravado conde.

Por Joakin C. Román.

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