Doriam Sojo nos presenta una nueva obra en su espacio
escénico, el Burdel a escena. Un espacio donde no me cansaré de decir que las
obras se perciben más cercanas, más intensas y “Santísima Trinidad” no iba a
ser menos, sino todo lo contrario, a mi juicio, mucho más emotiva a descubrir y
dejar al desnudo los sentimientos.
Santísima Trinidad nos muestra el equilibrio de una
familia elegida, como tantos vamos labrando a lo largo de la vida, aunque en
esta ocasión una familia un tanto
peculiar, en un triángulo donde en ocasiones sus cimientos se tambalean por las
dudas, los miedos, los celos… pero que se mantiene por el miedo a la soledad,
al abandono, que es lo que les hará permanecer juntos y a la vez…
El texto escrito en clave de tragicomedia hace al espectador
por momento activo en la acción, emocionarse, reírse, meditar sobre lo que en
esa sala está sucediendo y cuando en privado dividen al público en dos
habitaciones y cada uno cuenta el porqué de sus reacciones. Como el propio
Doriam dice: “Hacemos teatro sin olvidarnos de lo más importante, jugar y hacer
jugar al espectador”
Sus tres actores están soberbios. Alexandra
Torres ya me había sorprendido con su naturalidad en “Casting para mayores
de 18 años”. Héctor Gutiérrez me sigue demostrando su capacidad
de registros interpretativos y versatilidad, como en su día lo haría en “Creep”
y “Hýaina” y por último y no por ello menos importante, el descubrimiento, para
mí de Antonio Nieves, al que a
partir de ahora le voy a seguir muy de cerca. Los tres son cómplices en la obra
y los tres se creen lo que están presentando en escena, pues por momentos
abandonan la interpretación, para volcar
toda la verdad que encierran esos personajes, una verdad que por momentos
duele, en otros te hacen reflexionar y los instantes en que te dejan respirar
con una sonrisa, que se intenta contener para no romper el nudo de la acción.
Empecé nombrando al director y finalizo con él. Su
dramaturgia y dirección está perfectamente equilibrada en toda la obra. El
texto no pierde en ningún momento intensidad, pero por el contrario sí sabe
cuándo relajar al espectador para no ahogarle.
Muy recomendable para los amantes del teatro
contemporáneo.
La obra se representa todos los lunes en función de
20:30horas y 22:00 Horas.
Gracias por tan maravillosa critica. Un abrazo amigo
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