viernes, 24 de mayo de 2019

ALADDIN: CRÍTICA DE CINE

Guy Ritchie dirige la versión en imagen real de Aladdin, compartiendo guion con John August, tomando la historia escrita en 1992 por Ron Clements, Ted Elliot, John Musaker y Terry Rossio.

En alta mar vemos un gran velero y tras él uno más modesto, donde viaja una familia, compuesta por la madre, el padre y los dos hijos, un niño y una niña. El padre les relatará una historia que sucedió en la ciudad de Agrabah, una metrópoli rodeada por los Siete Desiertos en la cual conoceremos a un joven ladronzuelo de gran corazón, Aladdin (Mena Massoud) junto a su mono.
En una zona privilegiada de la gran ciudad se encuentra el castillo del sultán (Navid Negahban) que vive junto a su hija Jasmine (Naomi Scott). Jasmine tiene como mascota un tigre y cuenta con su leal sirvienta Dalia (Nasim Pedrad), pero en el reino también vive el ambicioso visir Jafar (Marwan Kenzari) quien obligará a Aladdin a entrar en la cueva de las Maravillas, donde solo una persona de corazón puro, puede penetrar. En su interior, entre los grandes tesoros, descubrirá la lámpara mágica, habitada por un genio (Will Smith), que concederá tres deseos a quien frote dicha lámpara.
El remake de Aladdin de 1992, ha contado con los guionistas John August y el propio director, conservando  la esencia y trama de la original y adaptándola a los nuevos tiempos, en materias como la lucha de la mujer por la igualdad a través de un magnífico tema cantado por Jasmine en medio de una elegante puesta en escena, o en el propio desenlace. Hay concienciación, diversión, mucha música, sonrisas y entretenimiento; pero también tiempo para pensar, porque aunque la animación te puede llevar a la reflexión, no es lo mismo que cuando ante tus ojos actúan personajes de carne y hueso.  Un punto fuerte  que el director Guy Ritchie, ha tenido en cuenta.

El director, productor y guionista británico, Guy Ritchie, se inició en el mundo del cine con el cortometraje “The Hard Case” 1995, su ópera prima, en el largometraje, llegaría tres años más tarde con la divertida y por méritos propios obra de culto “Lock and Stock”; otros títulos que nos podemos encontrar en su filmografía son: “Revolver” 2005, “RocknRolla” 2008,  “Sherlock Holmes” 2009 o “Rey Arturo: La leyenda de Excalibur” 2017, entre otras, hasta llegar a esta nueva versión del clásico de animación de la factoría Disney.
El filme cuenta con un extraordinario reparto. Un acertadísimo casting dirigido por Lucinda Syson, del cual hay que destacar a los cinco protagonistas principales, pues ellos son los pilares de toda la obra, desde los lugares que les corresponden en este cuento mágico, pero sin duda serán Mena Massoud y Naomi Scott, los que destacan por sus interpretaciones de Aladdin y Jasmine, respectivamente y no, no me olvido de Will Smith, que tras algunas críticas hacia su trabajo como El Genio, el papel le va que ni pintado y nunca mejor dicho que de azul. Está ingenioso, divertido, socarrón y hasta enamoradizo. Un genio aún más humano que el original de 1992, con momentos que te enternecen y otros que te harán lanzar  más de una carcajada.

Me he vuelto a sentir como un niño y en esta ocasión con más motivo, pues conociendo las canciones, las he podido canturrear para mis adentros mientras lo hacían sus protagonistas, emocionarme con las nuevas y esbozar esa sonrisa cómplice cuando Jasmine canta su tema “protesta” en el instante en que Jafar la intenta humillar,  tras tomar el poder. Todo un espectáculo envuelto en cuidadísimas coreografías.

Estaba expectante por ver en imágenes reales dos números musicales claves en la obra. El instante en que los enamorados van en la alfombra mágica y cantan “Un mundo ideal” y la entrada apoteósica de Aladdin como Príncipe Alí, en la ciudad. El resultado es simplemente impactante y deslumbrante.  La primera desborda romanticismo y la segunda resulta “excesiva”, maravillosamente exorbitante, y es que no podemos olvidar que  es Disney y una de las señas de identidad de la franquicia es el exceso, cuando puede permitirse tal lujo.

Hablando de lujo y excesos, quienes se lo han debido pasar como niños imaginando y creando este mundo de color y fantasía en Agrabah, en imágenes reales, han tenido que ser la directora artística y de decorados, Gemma Jackson y el diseñador de vestuario Michael Wilkinson, un esmerado trabajo, que Alan Stewart ha sabido reflejar a través de su vistosa y colorista fotografía, en una  rica variedad de planos. No puedo olvidarme de entre el extraordinario equipo técnico que configura esta obra, del montador jefe, pues la lucidez y fluidez que ofrece James Herbert V, es digna de mención, dotando al filme de un  impresionante ritmo.

Tras hablar del gran trabajo de dirección, las interpretaciones y todos los aspectos técnicos, dejo para el final la música. Aladdin además de diversión y entretenimiento es un buen musical, cuya partitura corre a cargo de Alan Menken y de los libretistas Benj Pasek y Justin Paul.

“Entra en la sala, siéntate cómodamente en la butaca y déjate llevar a un mundo de fantasía, donde tu niño interior, se fusione con la magia”
Mi nota es: 8,5
ESTRENO en ESPAÑA: 24 de mayo
REPARTO: Mena Massoud, Naomi Scott, Will Smith, Nasim Pedrad, Marwan Kenzari, Navid Negahban, Billy Magnussen, Numan Acar, Amir Boutrous, Joey Ansah, Bern Collado, Amer Chadha –Patel, Alan Tudyk (Voz del loro Iago), Cassie Clare, Shopie Carmen-Jones, Robby Haynes y Nikkita Chadha, entre su gran reparto.
PRODUCTORA: Walt Disney Pictures// Lin Pictures// Marc Platt Productions.
DISTRIBUIDORA en ESPAÑA: Walt Disney Studios Motion Pictures Spain.

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