lunes, 20 de mayo de 2019

LA CARGA: CRÍTICA DE CINE

La coproducción entre Serbia, Francia, Croacia, Irán y Qatar, La Carga, cuenta con guion y dirección de  Ognjen Glavonic.

Estamos en Serbia en 1999. Empieza a amanecer y en medio de la nada, en plena naturaleza, entre la oscuridad todavía presente; vemos como un  vehículo se va acercando lentamente, mientras el cielo es iluminado por los constantes bombardeos.

Conoceremos a Vlada (Leon Lucev) que tras perder su trabajo en una gran empresa, es contratado para conducir un camión, con la ruta entre Kosovo y Belgrado, transportando una mercancía desconocida para él y que tampoco quiere saber nada de su contenido. Lo que le importa es el dinero que llevará a casa.  Un accidente en medio de la carretera, le obligará a desviarse, tomando una ruta alternativa y en una de las paradas, aceptará la compañía de un joven de 19 años, Paja (Pavle Cemerikic) Un joven músico con el que conversará durante el viaje.

La Carga, la podríamos definir como una road Movie en medio de la guerra, de la soledad, del dolor, del hambre, de los recuerdos de tiempos mejores que ya no volverán, entre las nuevas familias que van surgiendo, las que ya están rotas e incluso las separadas en la distancia, y sobre todo, de la esperanza. De la esperanza de abrirse camino en medio de tanta tristeza y desolación, buscando un futuro incierto.

El serbio, Ognjen Glavonic, debuta con este filme argumental,  aunque en su filmografía cuenta con una obra dirigida de forma colectiva con otros realizadores, “October” 2011, y los documentales “Zivan Makes a Punk Festival” 2014, tomando como tema la organización de un festival de música Punk en un pueblo de Serbia y “Depth Two” 2016 ambientada en la guerra de los Balcanes. “La Carga” se adueña en parte de la historia presentada en “Depth Two” cuyo título original es “Dubina dva”

Estamos ante un filme austero pero con una gran carga emocional. Una historia aparentemente sencilla, pero con múltiples capas que nos hacen reflexionar a través del sonido del viento, los ruidos provocados por el camión o el eco de los aviones sobrevolando el espacio una y otra vez;  de las conversaciones que guardan demasiados recuerdos y sufrimiento, de la visión de un pueblo, un país destruido por la guerra, por esas malditas guerras que solo dejan pobreza y angustia a su paso;  de los momentos familiares que nos regala Vlada...

Una obra que agoniza en nuestras mentes desde el primer gran plano secuencia con cámara estática, viendo ese furgón en medio de la nada con las bombas de fondo iluminando el cielo como si fueran estrellas fantasmagóricas. Una agonía que se palma en la austeridad, la falta de banda sonora relevada por los sonidos ambientales y el frío que se puede palpar en la fotografía áspera que nos ofrece, Tatjana Krstevski, que cala en nuestra alma y duele.

La obra cuenta con la magnífica interpretación de León Lucev, convirtiéndose en el alma y el guía de la película entre sus largos silencios, sus cortas preguntas, sus miradas, sus movimientos pausados, la intensa conversación que mantiene con su hijo e incluso intuyendo lo que piensa, sobre todo en lo que puede contener la carga que transporta, que no veremos nunca, pero que con cuatro planos finales bien ejecutados por Glavonic y las expresiones de nuestro protagonista, nos hacemos una clara idea.

No es una película para un público mayoritario, pero sí interesante para ese espectador que busca un cine diferente, que le cuente historias y realidades de países lejanos al propio.

Mi nota es: 6,5

ESTRENO en ESPAÑA: 17 de mayo

REPARTO: Leon Lucev, Pavle Cemerikic, Tamara Krcunovic, Ivan Luvev y Igor Bencina

PRODUCTORA: Cinémadefacto// Kinorama// Non-Aligned Films// Three Gardens Films.

DISTRIBUIDORA en ESPAÑA: La Aventura Audiovisual.
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