viernes, 18 de junio de 2021

LOLA: CRÍTICA DE CINE

La coproducción entre Bélgica y Francia, Lola, está escrita y dirigida por Laurent Micheli.

Lola (Mya Bollaers), tiene 18 años, es transexual y vive en un centro de acogida, porque su padre Philip (Benoît Magimel) la echó de casa unos años atrás, a causa de su orientación sexual. Cuenta con un buen amigo, Samir (Sami Outalbali), está a la espera de su reasignación de sexo y recibe la noticia de que su madre, que iba a pagar la operación a escondidas de su marido, fallece. Acude al funeral a  la casa familiar y Philip la echa, mientras ambos mantienen un enfrentamiento dialéctico. Cabreada, rompe la luna del escaparate del negocio que regenta su padre y se lleva la urna con las cenizas de su madre. Philip al enterarse, la sigue y tras una nueva discusión, ambos se ven obligados a emprender un viaje en coche, para cumplir la última voluntad de la madre.

La transexualidad describe la condición de una persona cuyo sexo psicológico difiere del biológico. Cada vez son más los transexuales que optan por el cambio permanente al sexo con el que se identifican, requiriendo asistencia médica para ayudarles en el proceso, mediante tratamiento hormonal y quirúrgico. Siempre he pensado que solo ellos y ellas, saben realmente por lo que están pasando, hasta ver cumplido su sueño de identidad real y que nadie debería poner ningún obstáculo en ese doloroso, dramático, valiente e indispensable camino. 

Laurent Micheli, estudió en el Institut Supérieur des Arts de Bruselas, graduándose en el 2007. Sus primeros trabajos estuvieron relacionados con el teatro en producciones entre Bélgica y Francia durante un periodo de 10 años, pasando a la dirección teatral con la compañía Teatral Madame Véro. Sus primeros trabajos cinematográficos estuvieron relacionados con el cortometraje en obras como “Les Trublions” 2008 y “Ouasmok” 2010, saltando al largometraje con “Even Lovers Get the Blues” 2016, filme que produjo y dirigió y ahora nos llega “Lola” estrenada en el 2019.

Como bien sabéis, las Road Movies o películas de carretera, son historia que se desarrollan en cualquier medio de transporte por dichas vías y parece que este modelo cinematográfico, se está poniendo de moda, pues ya son un buen número de ellas, las que nos han visitado en la gran pantalla, en los últimos años. En esta ocasión y también como hemos vistos otras veces, el pretexto para resolver un conflicto entre los personajes o contarnos una historia determinada, es llevar las cenizas de un ser querido de un lugar a otro y arrojarlas en el espacio favorito del fallecido.

“Lola” nos habla de las situaciones dolorosas por las que atraviesa una joven que se siente en un cuerpo ajeno al que le corresponde. Una joven transexual de 18 años a quien desde el comienzo de la película, la vemos subida sobre su monopatín, como otra joven más, realizando sus piruetas y que al finalizar su entrenamiento de Skateboarding, se lo cuelga a la espalda junto a su mochila. Viste de forma informal y luce una larga melena rosa. Mantiene una buena relación con sus compañeros, pero ella necesita, no solo sentirte como una mujer, sino estar en el cuerpo de una de ellas. En el otro lado tenemos a Philip, un hombre que se siente derrotado y ahora perdido ante la muerte de su mujer. Desprecia a Lola por lo que representa, pues él deseaba tener un hijo y no un travelo, como le llama.  Será en las distancias cortas, en ese viaje que ambos, a regañadientes, emprenderán con las cenizas de la fallecida, cuando las corazas caigan y los corazones hablen, entre las miradas, silencios y pequeños gestos.

Para narrar este magnífico drama social, Laurent Micheli, se apoya en sus dos personajes principales, en las columnas vertebrales de su historia: Lola, la actriz transexual Mya Bollaers, que no precisa de las palabras para saber cuándo pasa de un estado emocional a otro, pues sus expresiones faciales e incluso corporales, hablan por sí solas; mientras transita entre las emociones y sentimientos que generan los instantes de resignación, rebeldía o comprensión. La necesidad de ser entendida, respetada y querida, entre miradas y sonrisas e incluso la ausencia de estas últimas. Magnífica interpretación con la que el espectador conecta de forma instantánea. Y Philip, encarnado por Benoît Magimel, ese hombre cortado por un patrón machista, egoísta y en cierta manera, dominante. Un personaje del que Magimel se apodera para transmitir al espectador su impotencia, sus repulsas y fracasos.  Un filme que busca concienciar sobre la identidad de la persona, en un viaje en el cual se irán quedando atrás los traumas, los miedos, el odio y hasta ese vacío existente en ellos. Dos personajes ricos en matices, cuyos puntos de vista difieren debido a las heridas del pasado, que aun siguen abiertas y a esos recuerdos que han grabado en sus mentes, según lo vivido o creer haber vivido; para ello Micheli, nos irá ofreciendo, a su debido momento, pequeños grandes detalles, que lo esclarecerán.

Un filme dirigido con soltura, tranquilidad y elegancia; atreviéndose y felicitándole por tocar un tema tan en boga en nuestros tiempos, de la forma en que lo hace. Además de las interpretaciones y la dirección,  destacaría la intimista fotografía de Olivier Boonjing, retratando a los personajes y su entorno más privado, entre el día y la noche, los colores y las luces, los interiores y también los exteriores, a través de un formato 4/3. Formato que comienza a hacerse cada vez más habitual en el cine independiente y personal, para que el espectador no se distraiga con lo banal que les puede rodear. Mencionar también la banda sonora de Raf Keunen

Una película muy necesaria y me atrevo a afirmar, de obligada visión.

Mi nota es: 7,5

ESTRENO en ESPAÑA: 18 de Junio.

REPARTO: Mya Bollaers, Benoît Magimel, Els Deceukelier, Sami Outalbali, Jérémy Zagba, Anemone Valcke, Adriana Da Fonseca, Delphine Bibet, Feliz Cannoorenberghe, Denis M´Punga, Mathias Sercu, Vincenzo De Jonghe, Anne-Marie Loop, Kris Swinnen, Robbie Cleiren, Rania Saddiki, Thao Maerten, Django Schrevens, Jérémy Gillet, Jules Galland, Maxime Clausse, Elise Havelange y François Brice.

PRODUCTORA: Lunanime// Wrong Men North.

DISTRIBUIDORA en ESPAÑA: Elamedia Estudios.

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