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miércoles, 23 de octubre de 2013

HISTORIA DE LOS PREMIOS BESAMETONTO: CAPÍTULO III

EL GATO CHINO


Este objeto de decoración, que hemos visto tantas veces en los escaparates y en las estanterías de los comercios de chinos, se ha convertido en el símbolo de estos premios anuales. Muchos, como me sucediera a mí en su día, se preguntarán porqué el gato chino y no un diploma u otro elemento que sea original para el evento. La respuesta es sencilla.

Rubén buscaba una figura que tuviera el color dorado, como el Óscar de Hollywood, pero sin que ésta, que ya existe a la venta desde hace años, fuera el premio a entregar. Un buen día, caminando, con quien fuera una de sus parejas, Miguel, le comentó:

-          ¿Por qué no el gato de los chinos?

Rubén le miró extrañado y esperó que continuara.

-          El gato chino es dorado y además la tradición dice que a quien se lo regalas, le traerá suerte.

No se lo pensó dos veces, entraron en uno de estos comercios y tras observarlo sonriendo, comentó:

-          Creo que tienes razón. Resulta divertido y diferente.

Desde la primera edición, este pequeño minino dorado, que mueve una de sus patas constantemente, mientras tenga pilas, claro, reposa en vitrinas de muchas casas. De todos aquellos que en sus cuatro ediciones ya pasadas, han sido los elegidos, por el público y como última determinación, por él.

Algunas anécdotas que Rubén me ha comentado resultan muy divertidas, como ejemplos:

El primer año se concedió un gato de peluche al premio honorífico que recayó  Psicosis Gonsalez

El segundo año es cuando comienza a dar el mini gato, que es como el premio al finalista, y se dio por primera y única vez, un gato de color blanco, que fue a parar a las manos de Supremme de Luxe.

En la Cuarta Edición sobraban gatos, luego se dio cuenta que se le había olvidado dar el premio a un ganador. Con los sobrantes decidió otorgárselos a gente que había asistido a la fiesta.

Y como última anécdota, en esta cuarta edición, la mejor travesti, Pupi Poisson se llevó el gato más grande de la historia, no va con pilas, sino que es eléctrico.

La mujer de la tienda de los chinos, donde los adquiere, se acuerda de él cada vez que pasa por su establecimiento, esperando que cómo cada año, adquiera los números gatos que entrega en cada edición.

Y para finalizar me pregunto: ¿A cuántos de los galardonados les estará trayendo suerte?