Israel Mendoza Torres, se licenció
en “Ciencias de la Comunicación” por la Universidad de Ecatepec, S.C. y Obtuvo
además el Certificado Técnico en “Informática-Administrativa” en el Colegio de
Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de México.
J.S.- Israel, antes de profundizar
un poco en tu mundo cultural, me gustaría hacerte algunas preguntas personales.
¿Cómo era Israel de niño?
I.M.- Muy estudioso. Aunque arraigado en su casa debido a que padecía asma,
-desde los 4 años hasta casi terminar la escuela secundaria, ya en adolescente-
por lo tanto, me era imposible salir a jugar como cualquier otro niño de mi
edad. A los ocho años de edad comencé a escribir mis vivencias en, lo que yo
creía, eran poemas. Jugaba con las hormigas; les hacía casitas con el material
que pudiera. Reía mucho. Tenía una risa muy peculiar. Escuchaba el programa de
radio “la tremenda corte” y eso me divertía mucho. Leía los libros que había en
casa.
J.S.- Como todos los niños, soñamos
que ser de mayores. ¿Cuáles eran esos sueños?
I.M.- Soñaba ser médico. Justo, como te comentaba anteriormente, era un niño
enfermizo. Entonces, pasaba casi todo el tiempo en hospitales. Los médicos me
regalaban papelería para que en casa jugara a que era médico. Tenía la plena
convicción de querer ayudar a los demás niños si era médico pediatra. Con el
paso del tiempo descubrí mi nerviosísimo hacia la sangre, a que me inyectaran,
a ver agujas y comprendí que, por más que quisiera ayudarlos, no podría de esa
manera.
J.S.- Familia, amistad, amor. Tres palabras
que suelen surgir en mis entrevistas. ¿En qué orden las clasificarías de más
importante a menos y por qué?
I.M.- Familia. Porque tengo la mejor familia del mundo. Sé que todo mundo lo
dice. Pero es real. Ellos han sido la raíz de lo que soy hoy por hoy. Sobre
todo, mis padres. Amistad.
Porque al paso de los años, he formado una enorme familia por elección con
grandes y valiosos amigos como Alejandro, Margarita, Hanzel, Sergio Manuel,
Yanelli… a quienes atesoro con enorme arraigo.
Amor.
Porque, como bien reza el dicho “amores van y amores vienen”. Vivo el momento.
La felicidad y el amor está plasmado en pequeñas dosis dentro de nuestro andar
por esta vida.
J.S.- ¿Qué es lo que más te inquieta de la sociedad
que vivimos?
I.M.- La doble moral. La falta de respeto. La desigualdad.
Estamos
viviendo una actualidad en donde se genera un conflicto único y exclusivamente
por estupideces. Se pide respeto para lo que unos piensan, pero no se otorga lo
mismo para los demás. Hemos construido un sistema social donde, como autómatas,
vivimos bajo el estado de la moda o lo trendy, y si no entras en ese condominio
impuesto, eres excluido. Es preferible celebrar cuando alguien gana una guerra,
un conflicto, que celebrar un acto de amor.
Me inquieta que ese mundo tan descompuesto lo estamos dejando en
herencia a las nuevas generaciones. Y esas generaciones prefieren hacer oídos
sordos a toda esa situación sin saber que eso les afecta directamente.
J.S.- ¿Piensas que la cultura está
poco valorada?
I.M.- Le hemos dado mayor profundidad en valor a situaciones fugaces. Es
preferible sentarse en familia o en pareja, en una tarde de domingo, o en los
momentos en los que pueden reunirse, y en cambio, todos pegados al móvil. Ya no
existen las pláticas sobre alguna exposición que haya impactado tanto en un
museo o del libro que acabas de leer. No son todos, pero sí una enorme
generalidad. Sin embargo, el gusto por los museos, por la lectura, por el cine,
el teatro; es más por obligación o para tomarse la selfie, que para
reflexionar. Súmale que la apuesta hacia verdaderos proyectos culturales, es
muy poca.
J.S.- Entramos poco a poco en
materia. Estudias área de Técnico de
Informática-Administrativa. ¿Hasta qué punto consideras que la informática
es importante en el ámbito laboral?
I.M.- Es una herramienta demasiado útil. Es un vehículo. Sin embargo, se ha
desvirtuado y utilizado para emprender una guerra sin sentido. Los
conocimientos que se tienen sobre el mundo informático es cada día más
arrasador, y si a esto le sumas que hay empresas que se dedican a comprar bases
de datos para enviar publicidad innecesaria a los usuarios, molestándolos en
sus momentos privados, o, en el peor de los casos, utilizar dicha información
para delinquir, me parece aborrecible.
La
informática nos facilita muchísimo y nos evita tener montones de papeles sin
sentido y ya todo lo puedes subir a la nube y en cualquier lugar puedes tener
acceso a él.
J.S.- Tras estos estudios realizas “Ciencia de la comunicación” ¿Qué te
llevó a esta profesión?
I.M.- Siempre tuve claro que no quería una profesión que me mantuviera
postrado y detrás de un escritorio el resto de mi vida. Hay gente que es muy
buena resolviéndonos la vida y haciendo ese trabajo. Pero no es para mí.
Busqué
varias opciones y me topé con esta carrera profesional donde me permitiría
absorber varios conocimientos. Amo la licenciatura que cursé. Aprendí
fotografía, radio, televisión, periodismo… también, a entender las diferentes
problemáticas que tenemos como personas o como empresas para entablar una
comunicación de calidad.
A veces no
entendemos que una comunicación fluida, de calidad, sin vicios, puede evitar
tantos conflictos.
Hoy en día,
todos esos conocimientos me han servido para aplicarlas en los diversos roles
profesionales que desempeño y mira que me ha funcionado muchísimo.
J.S.- Tomo un pequeño fragmento
tuyo: “Los escritores somos como una pluma que vuela y vuela a través de los
bellísimos y hasta escabrosos caminos de la creatividad, la imaginación y los
senderos de la realidad misma” ¿Qué es para ti escribir?
I.M.- Es el oxígeno que requiere mi
imaginación. Es darles voz a esos silencios arraigados en mi alma que
constantemente gritan sin cesar. Es mi pasión. Es una necesidad. Es mi vida.
J.S.- Tus primeros trabajos los
realizas en Ciudad de México en revistas como “Praxis” Periódico político “Sobre
la Marcha”. “Un espacio para Jóvenes
con Experiencias Similares, México” y “Ángeles
nocturnos” entre otros. ¿Qué te aportaron estos primeros trabajos?
I.M.- Bueno, la colaboración que realicé para la revista Praxis fue el año pasado:
entrevisté a un muralista mexicano. Las demás si fueron en mis inicios. Aprendí
lo que no debo hacer, a escribir mejor. Sobre todo, me brindaron un ejercicio
constante del periodismo.
En
específico, con el periódico Sobre la
Marcha, de corte político, conocí lo que es llevar una publicación de esa
envergadura. Fue una labor titánica, pero de mucho aprendizaje. Todo, en mi
trayectoria como periodista y escritor, me ha dejado enormes lecciones muy bien
aprendidas.
J.S.- Pronto te mueves hacia otros
puntos de la América Latina y de esta forma escribirás en “AGMagazine” (Rosario, Argentina) “Órbita” (Venezuela) “Magazín MRTV” (Chile) o “Gente 10” (San José, Costa Rica) ¿Cómo
surgen estas colaboraciones más internacionales?
I.M.- Cuando me dan la oportunidad de publicar un texto de mi autoría en la
ciudad de México el 15 de diciembre del 2004, y de ahí, eso se convirtió en
columnas mensuales y, posteriormente, semanales. Anodis, la agencia de noticias que me brinda esta oportunidad, se
difundía a través de internet. Editores de las revistas que mencionas me
leyeron y se pusieron en contacto conmigo vía e-mail para que colaborara en sus
publicaciones. Y comencé a escribir sobre política y sociedad. Hasta que uno de
ellos me dijo que había visto que escribía historias cortas en México, y que
por qué no escribía algo para ellos, en Argentina. Así lo hice. A los cinco
días de haberse publicado esa novela corta, me envían las estadísticas que
arroja el sistema (donde se sabe cuántas personas leyeron tal o cual texto) y
decía que la habían leído poco más de un millón de personas. Y de ahí, no volví
a escribir más sobre política y sociedad, sino novelas cortas.
J.S.- J.S.- Has entrevistado a
personalidades como Julieta Lujambio
Fuentes (Periodista y escritora) Carlo
Coccioli Duranti (Escritor, pintor y periodista italiano) Franco Tempesta (Embajador de Italia en
México) Christian Moire (Agregado
cultural y encargado del libro de la Embajada de Francia en México) Thalía (Cantante, actriz) Miguel
Rodarte (Actor de teatro, TV y cine) Josu
Iturbe (Escritor español) y Edmundo
Escamilla (Historiador gastronómico) entre otros muchos. ¿Cómo preparas
cada entrevista?
I.M.- Soy metodista: investigo, recolecto, selecciono y comienzo la labor de
desmenuzar la información para así generar dudas. Las dudas se convierten en
preguntas que le hago a mis entrevistados. No soy un periodista improvisado.
He tenido la
fortuna de entrevistar a más de 50 personalidades de disímiles ámbitos y mi
trabajo ha sobresalido porque no busco la información amarillista, no busco
crear morbo, busco conocer a los personajes sin invadir su vida privada;
finalmente, eso no es de mi incumbencia.
J.S.- En esto nos parecemos –
Sonrisa – Como periodista que se precie, no puede olvidar los medios
audiovisuales, en tu caso te decantaste por la radio. Programas como “Metáforas al viento” en Ciudad de
México como locutor, guionista y productor o “El vicio de las letras” programa al que regresas ahora. Hablemos
primero de ¿Qué sientes cuando estás con un micrófono delante y sabiendo que a
través de las ondas y sin ver tu imagen, te siguen miles de personas?
I.M.- Una enorme responsabilidad. Hace poco decía en mis redes sociales que
me parecía absurdo que, si antes los líderes de opinión eran personas
destacadas, especialistas, académicos, gente preparada, hoy en día los llamados
“influencers” son aquellos que sólo suben videos a youtube sin tener
conocimientos de lo que hablan, sólo se dirigen a su audiencia para
desacreditar a tal o cual persona. No digo que todos, porque me he topado con
gente que verdaderamente aporta demasiado con sus comentarios, incluso, hasta
me he tomado el atrevimiento de decir que esos videos deberían mostrarlos en
las escuelas.
En mi caso,
con poco más de 12 años de labor periodística y literaria, tengo una enorme
responsabilidad con lo que digo, escribo y hago. Pero he descubierto, con el
paso del tiempo, que la radio es como un libro, porque la gente no te ve, mucho
menos a tus invitados, entonces, busco despertar la imaginación de mis
radioescuchas mediante la descripción minuciosa de lo que está sucediendo. Les
entrego un programa de calidad con invitados de calidad.
J.S.- Recientemente, como comentaba
en la pregunta anterior, has regresado al programa de “El vicio de las letras” como locutor, guionista y productor. Por
el título se intuye de que va el programa, pero haznos un breve resumen de su
contenido y si se puede escuchar desde España.
I.M.- El vicio por las letras es un programa que se transmite todos los
martes, y a partir del 21 de mayo, de 5 a 6 de la tarde (tiempo de la ciudad de
México) a través de Promo Estereo,
una empresa que brinda contenidos de mucha calidad y que me ha abrigado con
enorme cariño dentro y fuera de sus instalaciones. Y sí, se puede escuchar en
España a través de www.promoestereo.com
Este
programa está diseñado para brindar un contenido donde partamos de un tema
central, y de ahí lo desmenuzamos en los libros: lo que se ha hablado acerca de
ese tema, si los personajes que habitan en dicha obra literaria se dedicaban a
este menester. Por ejemplo, si hablamos de las tradiciones mexicanas, buscamos
los títulos literarios, documentales o informativos que nos hablen sobre dicho
tema, o que sus personajes tengan que ver con esa tradición. Le hacemos un
enorme soporte con los invitados que tenemos en vivo y de ahí va tornando el
programa. No sin antes dar el concepto real que nos brinda La Real Academia Española de la Lengua sobre ese tema. La música
está seleccionada bajo ese mismo tenor.
No es un
programa sublime, es más bien un programa donde aprendemos todos y a la vez nos
reímos. El vicio por las letras está
pensado y creado con el objetivo de enamorar a los radioescuchas de,
primeramente, la lectura, y de las demás bellas artes.
J.S.- El arte es algo innato en ti,
trabajando en diversos cometidos en el Museo
Nacional San Carlos como Jefe de Programas Públicos y Responsable de
Servicio Social. Mediador de visitas especiales y Noches de Museos. Mediador
interpretativo de exposiciones temporales como “El Rostro de la Mujer en la
Historia del Arte: Un recorrido del siglo XIV al siglo XXI” con grandes
maestros como: Francisco de Goya y Luciente, Ángel Zárraga, Primitivo Miranda,
María Berreda, Luca Giordano, entre otros muchos autores. Nombrar todas tus
actividades dentro del museo se haría largo de escribir. ¿Qué sientes cuando
estás ante una obra pictórica y qué intentas transmitir cuando hablas de ella?
I.M.- Una enorme pasión. Siento que es una ventana al pasado, que es la
portada de un libro y que me permitirá escribir una historia entorno a dicha
imagen. Soy muy sensorial, entonces, orquesto todo lo que hay alrededor de la
obra que tengo enfrente.
Y esa misma
sensación es la que busco imprimir en la gente que me acompaña en los
recorridos, además de brindarles, bajo un lenguaje cálido, información sobre el
autor y la técnica de dicha pieza. Soy de dejarlos reflexionando sobre la obra
y los motivos que tuvo el pintor al hacerla. Que entiendan que no sólo es un
cuadro colgado sobre la pared, que hay mucho trabajo detrás para que esa obra
esté exhibiéndose.
Mi paso por
el Museo Nacional de San Carlos me
dejó enormes aprendizajes, sobre todo, saber que no todo es miel sobre
hojuelas, que a veces una institución como de esa envergadura puede estar
pudriéndose por dentro a consecuencia de la gente que lo maneja y que busca a
como dé lugar deshacerse de la gente que realmente trabaja y conservar a la que
no lo hace. Que ven al museo como una empresa de su propiedad y pueden destruir
la reputación de una persona en dos segundos, y no entienden que el museo es
mucho más que eso.
Comprendí más
sobre la metodología que tienen estos maravillosos recintos y que hay mucha
labor por hacer para que los visitantes realmente tengan una experiencia
significativa, que no sólo sea ir, ver los cuadros, tomarse la selfie y ya. Fue
una experiencia maravillosa para mí.
Siempre tuve
la inquietud por el arte y, hoy en día, he tenido la fortuna de adquirir varias
piezas de reconocidos pintores, fotógrafos, escultores que me acompañan en mi
hogar y que son cómplices de esas noches de bohemia, de mis tristezas, del
nacimiento de mis proyectos, de mis libros…
J.S.- Creaste la empresa de
entretenimiento “Blayre Entertainment”
donde se representaban obras de teatro escritas por ti y espectáculos de
performance, con el grupo musical “Eccóx”
durante 11 años. ¿Por qué motivo abandonaste dicha empresa?
I.M.- Porque ya no sentía la misma pasión que me provocaba al principio.
Pararme sobre un escenario conlleva mucha responsabilidad. Y no podemos
subestimar la inteligencia de los asistentes. Entonces, ellos se dan cuenta
cuando ya no sientes, cuando ya no proyectas pasión. Además, que mi carrera
como escritor estaba en efervescencia y necesitaba dedicarle más tiempo. Blayre Entertainment me dejó enormes
satisfacciones, no sólo monetarias, sino de amistades que aún conservo.
J.S.- Y entramos en una nueva
materia literaria y aquí nos encontramos con un importante glosario, porque has
escrito 5 obras de teatro de las cuales 3 han sido llevadas a las tablas. Entre
los años 2000 al 2015, publicas 15 novelas cortas en diversos medios. Eres
Co-autor del libro “Hojas paralelas”
publicando el conjunto de poemas titulado “Erosión”
en el 2014 y en libro “La primavera… la
sangre algera III” con el microrrelato “No más espectros congelados”
(Finalista en el concurso de microrrelatos “La
primavera” Madrid 2016) Subdirector del área de Traducción (Traductor de
gráficas, adaptador y corrector de estilo en Candiani Dubbing Studios. Distrito federal 2016) Participante en
varios Encuentros de Lectura en Voz Alta. Antes de hablar de tu ópera prima.
¿Nos puedes decir de dónde sacas tiempo y ser capaz de abarcar la diversidad de
trabajos realizados?
I.M.- Honestamente no lo sé. Lo único de lo que estoy convencido es que cada
labor que he desempeñado la he realizado con pasión. Y cuando la pasión existe,
no hay límites de tiempos.
He trabajado
en muchos proyectos que, hoy en día, me han forjado como el profesional que
soy.
J.S.- He dejado casi para el final, tu primera obra
literaria como autor independiente. “Desmoronando
el tiempo” que está compuesta por siete historias cortas para reflexionar
sobre la vida, la muerte y el tiempo. ¿Qué se va a encontrar el lector en ese número
cabalístico que compone tu obra?
I.M.- Justamente me han preguntado en otras entrevistas que si tiene que ver
con algo místico el número de relatos tatuados en esa bella obra literaria. No,
la respuesta es no. No tiene nada que ver.
Cuando el
presidente de la Fundación Pascual
se acerca a mí y me propone hacer un libro, yo tenía el tiempo encima. Tenía, a
la par, mis labores en el museo, conferencias que brindaba de manera
independiente… no podía sentarme a escribir un libro en ese momento. La idea que
me plasmaron en la Fundación, fue que querían publicar un libro de calidad para
cerrar con broche de oro su administración, que ya estaba por culminar para dar
paso a otros personajes que la manejarían (pues son una cooperativa de
trabajadores que se rolan los puestos bajo elección). Entonces, yo estaba
presionado y tampoco quería dejar escapar dicha oportunidad. Así es que me
senté a meditarlo. Y surgió la idea de hacer una compilación de las mejores
historias que haya escrito en esos 10 años de labor periodística y literaria
(en el 2014). Eché mano de las historias que me habían publicado, por ejemplo,
la que tuvo más de un millón de lectores en Argentina, y comencé a escribir
otras historias cortas. Una de ellas fue en las maravillosas playas de Puerto
Vallarta, en México.
Hice una
convocatoria en mis redes sociales para diseñar la portada de este primer
libro, pues tenía muy claro que quería que fuera una obra de arte, un óleo. Y
fue así que surgió la pieza de arte que lleva el mismo nombre de mi libro y
magníficamente trabajada por el artista plástico Darío Mijangos. Esa pieza, que es una de las que forman parte de mi
familia y ocupan un lugar especial en mi casa, fue la que fungió como la
portada.
Me hice de
un equipo de trabajo bastante talentoso, desde el diseñador editorial, el
fotógrafo, las maravillosas plumas que escribieron el prólogo, prefacio y
presentación; sin dejar a un lado a la Fundación
Pascual que se encargó de imprimirlo, ni a quien lo armó. Los
patrocinadores que creyeron en mi trabajo. Familia y amigos que estuvieron en
todo momento echándome ánimos.
Es un libro
que se hizo desde enero hasta junio del 2015 con mucho amor y dedicación, y que
vio la luz el 8 de agosto de ese mismo año. De ahí, hasta la fecha, ‘Desmoronando el tiempo’ me ha dado
muchas satisfacciones. No hemos parado con ese libro. Ha sido un éxito, lo digo
con plena humildad, no sólo por lo más de 28 mil ejemplares vendidos, sino
porque hemos enamorado a tanta gente con estas historias.
Hemos
realizado más de 20 presentaciones entre museos, galerías, restaurantes,
embajadas, hasta en teatros y cines.
J.S.- Siempre he opinado que el
tiempo es el peor invento que ha creado el hombre, pues él nos limita en muchas
ocasiones la libertad de nuestros actos. ¿Cuál es tu opinión respecto al
tiempo?
I.M.- No creo que haya sido un invento del hombre. El hombre sólo le dio el
nombre. Es un fiel acompañante de todo lo vivo y lo que no lo está. El tiempo
lo toma cada quien como mejor le venga en gana. Con el paso de los años, he
aprendido que, sin ayuda del tiempo, la pasión, las ganas, el talento y la
constancia puedes lograr enormes cosas. Si bien, el tiempo es una unidad de
medida intangible, es indeleble, no podemos separarnos de él. Es el que nos
lleva de un extremo al otro: de la vida a la muerte, a desintegrarnos como
materia y seguir como energía.
J.S.- La vida y la muerte. ¿No crees que en
ocasiones, hablamos o nos preocupamos demasiado de la muerte, cuando en
realidad lo que deberíamos hacer es vivir, sin pensar en el final terrenal?
I.M.- Así es. Es una enorme contradicción, porque le tememos tanto a la
muerte cuando sabemos que es un proceso irremediable, indeleble que nos
sucederá tarde o temprano. Todos vamos a morir o despojarnos de este templo
llamado cuerpo. Hemos creado un misticismo erróneo acerca de la muerte. Y la
vida la dejamos a un lado. Somos unos autómatas que vivimos sólo por hacerlo,
no disfrutamos. Pretendemos que la vida es un proceso de banalidad, que vivimos
para tener lujos y comodidades. NO es así. Considero que la vida es aprender de
ella, dejar huella. Y, por supuesto, ayudar a nuestro caparazón llamado planeta
tierra a evolucionar, pues nosotros fuimos dados para el planeta no al
contrario. Pero lo destruimos. Nos destruimos a nosotros mismos. Y no sabemos
si tendremos otra vida después de la muerte, entonces, por qué desperdiciarla
en quejas inservibles, disfrutemos y brindémosle alimento de calidad a nuestro
templo, a nuestro cuerpo, a nuestro planeta. La vida es maravillosa, pero es
prestada. Desempeñemos un mejor papel con esa vida prestada.
J.S.- La vida está llena de miles de
matices por los que sonreír cada mañana al despertar, aunque estemos enfermos,
cansados o angustiados por el tema que nos rodee. ¿Cuál es tu consejo que
ofreces con más frecuencia a los tuyos?
I.M.- Primeramente, no soy quien para dar consejos. Pero si brindo ejemplos
con mi actuar. Disfrutar el sol, la lluvia, los atardeceres, la noche, el
viento. Enojarme cada vez menos por algo que siempre tendrá solución. Decirle y
demostrarle a la gente que me importa que los quiero, y a quienes no forman
parte de mi círculo, mostrarles que los extraños también formamos parte de esa
enorme familia llamada especie humana, animal, vegetal…
Que dejemos
a un lado si somos hombres o mujeres, que nos respetemos por igual, que dejemos
el abrigo del machismo y el feminismo tirado y comprendamos que la clave de
todo no es la tolerancia, sino el respeto. Que somos seres humanos y por ese
único motivo es que merecemos respeto.
J.S.- Reconozco que no he leído tu
obra, pero estos temas me han apasionado desde siempre. ¿Crees en la vida tras
la muerte? Y si la respuesta es positiva. ¿Qué piensas que puede existir en ese
otro lado de la vida?
I.M.- No sé si podría
llamarle vida o no. Pero científicamente somos energía, y la energía ni se crea
ni se destruye sólo se transforma. Y nosotros somos energía. Seremos fieles
acompañantes de otro templo que requiera energía, tras nuestra muerte carnal
J.S.- Vamos terminando, aunque me
pasaría contigo conversando durante horas. Me gustaría saber cuáles son los
nuevos proyectos que tienes en mente, además de tu vuelta a la radio.
I.M.- Sí, además de retomar la segunda temporada de mi programa de radio El Vicio por las letras, estoy
escribiendo mi segundo libro como autor único. A la par, desarrollo proyectos
de tertulias literarias para acercar y enamorar a la gente al mundo
insospechado que sólo los libros nos brindan. Y estoy emprendiendo el camino en
el teatro musical, pues estoy escribiendo una historia que pretendo llevar a
las tablas muy pronto. Sigo brindando conferencias magistrales.
Y estudiaré
la segunda licenciatura en mi andar, ahora en Creación Literaria.
J.S.- Y mi pregunta final y clásica.
¿Qué te hubiera gustado que te preguntara y no he hecho, aunque sé que me dejo
algunas cosillas de tu gran currículum?
I.M.- Sobre las constantes aberraciones que cometen en contra de las mujeres,
de los homosexuales, de las lesbianas, de las personas transgénero,
transexuales, travestis, bisexuales. Y digo aberración, porque no cabe duda que
debe existir tanto odio a lo que no conocen, para actuar de una manera brutal.
El miedo paraliza y el miedo te hace decir y hacer estupideces. Y, ¿cómo se
combate el miedo? Leyendo, informándose, tomando las riendas de nuestro libre
albedrío y no permitir más la manipulación, religiosa, sexual, social,
política.
Sobre el
difícil camino que hay que andar al decidir o encontrarse como escritor. Que,
sin duda alguna, es muy difícil, egoísta por su propio gremio.
Muchas
gracias, Javier por esta inteligente entrevista -lo digo con profundo honor-.
He disfrutado tanto las preguntas como el responderlas. Me he sentido muy a
gusto y, sobre todo, bajo una enorme gratitud por este espacio que me brinda
otro escritor y de tu calibre. Gracias infinitas.
J.S.- Gracias a ti por tu valioso tiempo y
emplazarte para el momento en que publiques la próxima obra, hacer la oportuna
reseña; pues tengo la suerte de que el blog, es leído en muchos países de
Latino América.
Pd.- En las respuestas del amigo
Israel Mendoza Torres, he querido respetar la esencia de la forma en el hablar
y escribir tal y como se realiza en el país hermano, México.