El pasado
viernes en la sala El Umbral de Primavera, el argentino Pablo Finamore nos
presentó una adaptación del cuento “El Salvaje” de Horacio Quiroga. Una obra de
gira por Europa, y que en estos momentos hace su recorrido por las principales
ciudades de España.
El Salvaje
cuenta la historia de la especie humana, del hombre (salvaje) que aún no se
decide a abandonar el árbol como cobertizo de protección. A través de los ojos
del “Salvaje” visualizaremos el entorno donde se cuestiona si la naturaleza no
se ha equivocado colocándole en dicho lugar, pues a diferencia de las demás
especies a las que está acostumbrado a ver desde la altura, él es muy inferior.
Su cobertizo
comienza a derrumbarse ante sus ojos, en una metáfora romántica, al comprobar
que el salvaje cobra conciencia de su existencia real, creciendo en sus dudas
al encontrarse un buen día con una familia (hembra, macho y cachorros) que
cazan y se refugian en cuevas. Se cuestiona porqué el aún está allí arriba, el
porqué de su aislamiento y porqué pasar frío cuando sus semejantes, se refugian
de la intemperie.
Pablo
finamore, da vida al Salvaje presentándose ante el público con un escenario
exento de adornos, y con un mono blanco como vestimenta. Nada debe interferir
entre el espectador y el relato que nos va a contar, de la historia que desea
presentarnos hasta canalizar, con cada gesto, mirada y movimiento, la verdadera
esencia del Salvaje y créanme, que lo consigue. De un momento a otro dejamos de
ver a Pablo para encontrarnos ante el Salvaje, más aún con el perfecto uso del
lenguaje verbal y corporal que se desprende del ser de Finamore, al ser
dominado por el Salvaje y de este modo sentiremos el frío, la lluvia caer sobre
nosotros, la lucha por la supervivencia, los miedos que le rodean, hasta llegar
al grito desgarrador cuando la naturaleza le exige que despierte y se adapte al
ecosistema, que se abre camino ante sus ojos.
La dirección
de Román Lamas está perfectamente equilibrada en tiempo de exposición y
dramatización del personaje. La música de Luis Reales se mezcla con el cajón
que Pablo toca en ocasiones, con sonidos tribales que nos adentran aún más, en
la historia
Quiroga nos
regala con sus palabras, un cuento antropológico y Finamore lo transforma en
una deliciosa y dolorosa aventura, la aventura de la vida, del descubrimiento, de
la supervivencia, del encuentro con nuestra identidad ya perdida.
Obra muy
recomendada para todos los amantes del teatro; del teatro en su pura esencia.
En Madrid sólo
queda una función, el 15 de enero a las 20:00 horas en la sala El umbral de
primavera. C/Primavera 11. Metro Lavapies.
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