Si con una palabra tuviera que
definir mi estado de ánimo al encenderse las luces de la sala donde he visto “Mi amigo el gigante”, sería sin duda:
Decepción.
Partamos de que alguno dirá, que es
un producto típico para niños y lo es sin duda, pero hasta ahora estábamos
acostumbrados a que todas las películas que Steven Spielberg dirigía hacia un público más joven, eran disfrutadas
también por los mayores; y os aseguro que cuando voy al cine puedo ser el más
niño del mundo, de hecho, hoy mismo, unas horas antes de ver esta película,
había visionado “Buscado a Dory” de la que hablaré en otra crítica.
“Mi amigo el gigante” es una
adaptación del cuento “The BFG” de Roald
Dahl, donde una niña huérfana, Sofía (Ruby
Barnhill) una noche descubre a un gigante en la ciudad (Mark Rylance) y éste se la lleva al país de los gigantes, para que
no descubra su existencia. Sofía comprobará que su nuevo amigo es repudiado por
los demás gigantes por ser un bonachón y vivir rodeado de los sueños que ha ido
captando, con su gran “trompeta”, a
través de los años y que guarda como un gran tesoro. Vive en definitiva,
atemorizado por los suyos, en su mundo de fantasía.
Debo decir que desconocía este cuento
y que aunque la historia es tierna y con esos mensajes claros que le gusta a
Spielberg dejar clavados en los corazones de los adultos, mientras entretiene a
los más pequeños, esta vez a mi juicio no lo ha conseguido, y no lo ha
conseguido porque con toda esa calidez humana, la historia se queda fría. Con
toda esa ternura que desprende, la historia no es creíble y es que el guión de Melissa Mathison, hace aguas y Steven no ha sabido salvarlo.
No, no estamos ante el nuevo ET del
siglo XXI como algunos han afirmado, sin ningún pudor. ET nos hizo vibrar, nos
hizo reír, nos hizo soñar, nos hizo llorar, nos hizo amar… Este gigante no lo
consigue e incluso con la impecable actuación de Mark Rylance, quien se ha puesto de nuevo a las órdenes de Steven
tras “El puente de los espías” que le valió el Óscar como mejor actor
secundario; y es que nada tiene que ver una historia con la otra, ni un
personaje con el otro.
Nadie puede negar el gran despliegue
de medios con los que cuenta el director. Los decorados naturales fundidos con
los escenarios virtuales, y los efectos visuales y caracterizaciones, que rozan la perfección; pero a Spielberg se
le ha olvidado transportarnos a su mundo de sueños, al que nos acostumbró con
su “Tiburón” “Encuentros en la 3ª fase” la ya mencionada “ET” o “Parque
Jurásico” El que nos conmovió con “La Lista de Schindler´s” o el reciente
thriller “El puente de los espías” Steven no es la primera vez que tiene un
tropiezo en su carrera como director y un director de su altura, no se puede
permitir estos descuidos.
Para finalizar destacaré la banda
sonora de John Williams y de la
Fotografía de Janusz Kaminski.
Mi nota es de un: 5
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