El director mexicano Amat Escalante nos ofrece, La región salvaje donde comparte guion
con Gibrán Portela, en una historia
macabra y perturbadora.
El comienzo de la imagen de un
meteorito en el espacio, salta a una habitación de madera sin muebles y sucia, donde
una chica desnuda, Verónica (Simone Bucio)
disfruta de un orgasmo con algo de aspecto fálico, de gran tamaño y vivo, que
se arrastra por el suelo tras salir de la vagina de la chica, hasta desaparecer
de plano. Un ser llegado de otro planeta, que aún no se nos muestra, que tras
el acto, la ataca. Ella abandona la cabaña entre la niebla con una seria
mordedura en un costado.
Alejandra es una joven madre con dos
hijos y ama de casa (Ruth Jazmín Ramos)
quien vive con su marido Ángel (Jesús
Meza) en una pequeña ciudad de México.
En dicha ciudad, Verónica es atendida
por un joven médico, Fabián (Eden
Villavicencio), que resulta ser hermano de Alejandra. Mientras Fabián cura
a Verónica, le pregunta si sabe si el perro que la ha mordido tenía la rabia, ella
le dice que no, ocultándole la realidad de su atacante. Desde la llegada de
Verónica comienzan a cambiar las cosas en el pueblo, sobre todo cuando les
comenta que en el bosque, en una cabaña aislada, existe algo que no es de este
mundo, pero que es la respuesta a todos los problemas.
Escalante junto a Portela, firman un
guion con guiños a películas de terror, principalmente de género b, dando
una vuelta de tuerca a todas ellas, creando de esta forma una historia
original, entre atmósferas densas y bien definidas las unas de las otras,
osando jugar con un supuesto invasor alienígena, generoso en complacer
sexualmente a quien le visita en su estancia.
El sexo, los celos, el deseo, las
mentiras, los miedos, la hipocresía, la familia, los tabús, la soledad… van
desfilando por la gran pantalla durante los cien minutos de metraje, a través
de unos personajes muy particulares, que si bien a primera vista nos pueden
parecer mundanos, el resultado está algo alejado de esa realidad.
Narrativa pausada pero efectiva,
manteniendo al espectador con la mirada fija para no perder detalle, de lo que
puede venir y en ocasiones no llega, pero curiosamente no defrauda dicha
ausencia, desconociendo el verdadero motivo. Los cortes tan radicales entre
escena y escena o las interpretaciones, que aunque en ocasiones carecen de
fuerza escénica, resultan creíbles en un relato con tintes de terror
psicológico.
Estamos ante una película que bien podríamos
definir, de culto, de esos filmes que sin saber
por qué, te va atrapando en sus redes. Una de esas obras que hay que
dejarse llevar, haciendo concesiones y entrar juntos en el laberinto de ese
mundo cargado de crítica social tan presente en el actual México y
Latinoamérica como son, el machismo y la homosexualidad. La figura del macho
puesta al descubierto, ante el aún presente sometimiento de la mujer.
La fotografía “sucia” y por momentos
grotesca a cargo de Manuel Alberto Claro,
contrasta con la claridad y nitidez que ofrece a los instantes cercanos y
cotidianos del día a día de los personajes, en esas ocasiones en que parece que
nada les va a alterar, en un mundo donde nada avanza. Todo ello entre planos
sencillos que se ajustan a la perfección con los momentos que la música
compuesta por Igor Figueroa y Fernando Heftye, suena elevando de
esta forma, la tensión en el ambiente.
Interesante para cinéfilos curiosos y
adultos.
Mi nota es: 7,5
ESTRENO en ESPAÑA: 15 de SEPTIEMBRE
PRODUCTORA: Comproducción:
México – Dinamarca – Francia – Alemania – Noruega – Suiza; Mantarraya
Producciones/ Adomeit Films/ Bord Cadre Films/ Le Pacte/ Match Factory Productions/
Mer Film/ Pimienta Films/ Snowglobe Films.
DISTRIBUIDORA en ESPAÑA: Noucinemart
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