jueves, 12 de noviembre de 2020

EL AÑO QUE DEJAMOS DE JUGAR: CRÍTICA DE CINE



La coproducción entre Alemania y Suiza, EL AÑO QUE DEJAMOS DE JUGAR, está dirigida por Caroline Link, compartiendo guion con Anna Brüggemann.

Berlín 1933. Anna Kemper (Riva Krymalowski) y su hermano Max Kemper (Marinus Hohmann) disfrutan junto a otros niños, de una fiesta de disfraces en la cual algunos de ellos van vestidos de nazis. Tras la fiesta regresan a casa junto a sus padres: Arthur Kemper (Oliver Masucci), un importante periodista judío. Su madre  Dorothea (Carla Juri), compositora y concertista de piano y Heimpi (Ursula Werner) la cuidadora y sirvienta de la casa.

Debido a las columnas políticas que Arthur escribe en el periódico y la noticia del ascenso de Hitler al poder, decide abandonar el país y refugiarse en Zurich, por miedo a ser detenido por el nuevo régimen. Pocos días más tarde se reunirán con él, el resto de la familia. Zurich será solo el comienzo de la odisea que tendrán que vivir, siendo las siguientes paradas: París y posteriormente, Londres.

“Als Hitler das rosa kaninchen stahl” (“Cuando Hitler robó el conejo rosa)” mal traducida como tantas veces en nuestro país por “El año que dejamos de jugar”. La obra está  basada en la novela semi-autobiográfica de Judith Kerr, que como queda claro en la reseña, se centra en los años del ascenso de Hitler al poder, al unirse al partido político Deutsche Arbeiterpartei (DAP)

La directora de cine, Caroline Link, estudió cine en la Academia de Cine y TV de Múnich, entre los años 1986/1990, pasando a trabajar como asistente de dirección y guionista. Algunos de sus primeros trabajos como directora fueron con la serie de televisión “El investigador” 1984, el cortometraje “Bunte Blumen” 1988 y codirectora del documental “Das Glück Zum Anfassen” 1989 hasta llegar a su ópera prima para la gran pantalla, “Más allá del silencio” 1996, continuando con “Ana y Luisa y Antón” 1999, “En un lugar de África” 2001 con la que ganó el Oscar a Mejor Película de Habla no Inglesa y otros premios internacionales. “Hace un año en invierno” 2008, “Destino Marrakech” 2013, “Este niño necesita aire fresco” 2018 y el pasado año “El año que dejamos de jugar”, que se estrena ahora en nuestras salas.

Anna será la narradora de la historia de su familia y todo lo que ha dejado atrás, preguntando constantemente cuándo volverán a casa, pues aunque el drama que están viviendo, por la persecución de su padre y la escasez de medios, se presenta en una narración amable y hasta cierto punto relajante, buscando con ello sacar el lado más positivo de las situaciones; ella desea regresar a su hogar junto a Heimpi y su conejito rosa, no siendo consciente de que el destino les ha puesto en una nueva encrucijada, en la que las emociones y la vulnerabilidad, estarán a flor de piel. Una historia bien narrada que sabe “jugar” con la forma de pensar de los más jóvenes y los adultos, por igual. En realidad, abandonar ese conejito de peluche rosa, es el símbolo, en gran parte, del cambio que experimentará Anna desde el momento en que abandona su casa en Berlín, para refugiarse en los diferentes países, junto a su hermano y padres. Un tránsito en el cual va dejando tras de sí, su niñez e inocencia, adaptándose a las nuevas costumbre e idiomas y con ello, madurar emocional, ante los acontecimientos que está experimentando en países europeos que tuvieron una gran trascendencia durante la II Guerra mundial, como lo fueron: Suiza, Francia y el Reino Unido; siendo Francia la única ocupada, por los nazis.

El año que dejamos de jugar, cuenta con una impecable dirección, un magnífico ritmo, logrando que la película no decaiga en ningún momento y lo más loable, llegar al final, dejando al espectador con ganas de más. Ofrece unas cuidadas y excelentes interpretaciones, destacando a su actriz principal, Riva Krymalowski que da vida a Anna, para continuar con Oliver Masucci y Carla Juri, encarnando a los padres. Mención especial también merece, Ursula Werner en su corto pero emotivo y resignado papel de Heimpi y el joven Marinus Hohmann, como Max, aunque en parte quede ensombrecido por la fuerza escénica que impregna Riva, a su personaje.

Película, a mi gusto, tratada con excesiva delicadeza, en la cual se disfruta de la historia de esta familia, pero quedan demasiado edulcorados los acontecimientos, por la realidad  que ya se respiraba en Europa, ante el régimen presente en  Alemania y, aunque la guerra aun no había estallado, los judíos ya sufrían los primeros acosos, importantes. Un filme que presenta una elegante fotografía bajo la mirada de Bella Halben, a quien acompaña la banda sonora de Volker Bertelmann.

Mi nota es un: 7

ESTRENO en ESPAÑA: 13 de Noviembre.

REPARTO: Riva Krymalowski, Oliver Masucci, Carla Juri, Justus von Dohnanyi, Marinus Hohmann, Ursula Werner, Rahel Hubacher, Peter Bantli, Hannah Kampichler, Anne Bennent, Luisa-Céline Gaffron, André Szymanski, Anne Schäfer, Benjamín Sadler, Michele Cuciuffo, Raban Bieling, Ingo Ospelt, Hans-Caspar Gattiker, Andreas Matti, Katharina Schlothauer y Nils Wolf.

PRODUCTORA: Warner Bros// Film Productions Germany// Sommerhaus Filmproduktionen// Mia Film.

DISTRIBUIDORA en ESPAÑA: A Contracorriente Films.

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