miércoles, 18 de noviembre de 2020

ONDINA: CRÍTICA DE CINE


La coproducción entre Alemania y Francia, ONDINA, está dirigida y escrita por Christian Petzold.  “Prometiste amarme para siempre”

Ondina (Paula Beer) es historiadora trabajando en el Centro de Desarrollo Urbano de Berlín, en donde da conferencias sobre cómo ha ido evolucionando la ciudad desde el siglo pasado a la actualidad, a través de maquetas. Ondina se reúne con su pareja Johannes (Jacob Matschenz) en la terraza de un bar cercano, para hablar sobre su relación, es en ese momento cuando él le comunica que está con otra mujer. Ella le dice que si la abandona, le tendrá que matar.

Cuando Johannes se va, ella se introduce dentro del bar, con lágrimas en los ojos. Mira a un gran acuario, tras escuchar su nombre, en su interior además de peces, se encuentra la figura de un buzo (submarinista) y en ese instante aparece Christoph (Franz Rogowski), quien se presenta a ella. Entre ambos surge un flechazo, viviendo un apasionante romance hasta que…

En la mitología griega, se les llamaba Ondinas a las ninfas acuáticas Náyades de gran belleza que habitaban en los lagos, ríos, estanques y las fuentes. Muchas son las leyendas sobre estos personajes y entre estas, aquella que narra  que cuando un hombre sufre por amor no correspondido y las llama por su nombre, la ninfa acude para consolarlo; pero si el hombre la traiciona, ella deberá darle muerte y regresar a su medio, un medio, el agua, que se nos presenta como un lugar donde la paz lo invade todo, desde la contemplación  del acuario, el buzo en su interior, pasando por la presa y finalizando en una piscina en la cual,  la leyenda se cumplirá.

Christian Petzold, estudió Literatura y Teatro en la Freie Universität de Berlín y se especializó en Dirección en la Academia Alemana de Cine y Televisión también en Berlín. Trabajaría como ayudante de realización  para directores como Harun Farocki y Hartmut Bitomsky. Sus primeros trabajos como director los desarrolló en la televisión con su debut en el telefilme “Pilotinnen” 1995, para continuar con “Cuba Libre” 1996 y “Die Beischlafdiebin” 1998.  Su debut en la gran pantalla llegó en el 2000 con “The State I Am In” al que siguieron “Wolfsburg” 2003, “Fantasmas” 2005, “Yella” 2007, “Jerichow” 2008, “Bárbara” 2012, “Phoenix” 2014, “En tránsito” 2018 y este año nos ofrece “Ondina” 2020. Atrás quedan otros telefilmes como, “Toter Mann (Something to Remind Me)” 2001, “Dreileben: Etwas Besseres als den Tod” 2011 y  “Police Call 110: Kreise” 2015. Ha obtenido premios muy importantes gracias a sus trabajos.

Está claro que Petzold no deseaba presentarnos una tragedia griega, en el amplio sentido de la palabra, sino un drama muy bien medido y comedido. Desde el primer minuto, la pantalla se apodera de una extraña, maravillosa y fascinante atmósfera para crear una historia de amor abrazada por la muerte, la esperanza, las traiciones, el abandono y la soledad, no exenta del perdón y del olvido; y dejando de momento aparte al director y a los actores de los que hablaré más tarde, este fenómeno que el espectador percibe desde la butaca, como si fuera acunado mientras le relatan una fábula de otros tiempos, es debido a la sublime música de Johanna Sebastian Bach y la envolvente fotografía de Hans Fromm, creando un clímax único y relajante, mientras se disfruta de la narración.

La pareja que ya sedujo a la pantalla en la anterior película de Petzold, “En Tránsito” con un Franz Rogowski excepcional y una Paula Beer arrolladora, aquí vuelven a ser protagonistas y la complicidad entre ambos no solo perdura, sino que se vuelve más sensitiva, seductora y erótica. Paula en su personaje de Ondina está espectacular y más bella que nunca. Sus ojos, sus labios, sus manos, todo su cuerpo habla e interactúa con el medio, como la ninfa que es y la mujer que desea ser, a través de las emociones que percibe, otorgándola dolor y felicidad según de quien se rodee. Por momentos segura y en otros tan frágil, como una copa de cristal. Por otro lado, Franz Rogowski, nos regala un Christoph romántico, como llegado de una época indeterminada, seductor, conquistador, detallista, bromistas y risueño; utilizando como única arma, su verdad y su medio, el agua como lugar de trabajo (buzo soldador). Ambos llenan la pantalla, cuando están juntos, de un amor pasional.

Christian Petzold, nos vuelve a sorprender para bien con una obra que germina desde la propia vida, desde el corazón y el alma más sensible, que solo los soñadores y los románticos con mayúsculas, poseen. Trata a sus personajes con una delicadeza asombrosa y cada escena con exquisita elegancia. Poético el momento en que Ondina nada agarrada al gran bagre en ese mundo submarino que el propio Petzold mandó decorar con plantas, arcos, muros y  turbinas, en las profundidades de ese lago natural, para recrear la realidad en la que trabaja Christoph y el medio natural de Ondina; gracias también a los apropiados efectos visuales, con los que ha contado. Un drama en el que Christian incluye algunas gotas de humor, como el instante en que Christoph reanima a Ondina al ritmo de “Staying Alive” de los legendarios Bee Gees. No os quiero contar más, quiero que la disfrutéis y si sois románticos y aún conserváis ese espíritu libre, esta es vuestra película.

Mi nota es: 8,5

ESTRENO en ESPAÑA: 20 de Noviembre

REPARTO: Paula Beer, Franz Rogowski, Maryam Zaree y Jacob Matschenz.

PRODUCTORA: Schramm Film, Les Films du Losange, ZDF, Arte, arte France Cinéma, Canal+, Ciné+

DISTRIBUIDORA en ESPAÑA: Golem Distribución.

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