miércoles, 24 de julio de 2019

EL EMPERADOR DE PARÍS: CRÍTICA DE CINE

Jean-François Richet dirige, El emperador de París compartiendo guion con Eric Besnard.

Eugène-François Vidocq (Vincent Cassel) es un legendario ladrón, quien se ha evadido en varias ocasiones de la cárcel. Tras ser apresado de nuevo, es encerrado en un barco-prisión, del que nadie ha escapado vivo. Tras una revuelta, él junto a Nathanaël de Wanger (August Diehl) son arrojados al mar, encadenados y con pesos en las piernas. Vidocq tras liberarse, ayudará a Wanger y ambos sobreviven. Wanger desea ir con él, pero Vidocq rechaza su ofrecimiento, pues él siempre trabaja solo.
 
Pasan los años y Vidocq se ha convertido en un mercader de tejidos. Conocerá a Annette (Freya Mayor), de quien se enamora, pero el pasado vuelve cuando Vidocq es reconocido y apresado. Consigue un trato con el jefe de policía Joseph Pouché (Fabrice Luchini) y se encontrará con Nathanaël, el preso al que salvó la vida, años atrás. Y hasta aquí puedo escribir.
Richet nos sitúa en la Francia de principios del siglo XIX, en el momento en que Napoleón es coronado Emperador. Parte de los personajes que nos irá mostrando durante la narración, son reales y aunque la película se presenta como una biografía de Eugène-François Vidocq, en realidad lo que se conoce de este hombre, en su gran mayoría, proviene de un escritor anónimo.
Jean-François Richet, director, productor y guionista, entre otras profesiones, nació en una familia humilde, trabajando durante años en una fábrica. Comenzó a interesarse por el séptimo arte, viendo cine ruso, sobre todo de su realizador favorito: Sergei Eisenstein y estudiando en L´ École Supérieure de Réalisation audiovisuelle de París. Su ópera prima la dirigió en 1995 “État des lieux”, a la que le han seguido títulos como: “Ma 6-T va crack-er” 1997, “De l´amour” 2001, “Asalto al distrito 13” 2005, “Una semana en Córcega” 2015 o “Blood Father” 2016, hasta llegar a la actualidad.
El emperador de París cabalga entre la leyenda, la historia y la ficción que Richet ha incluido, para convertir esta historia, en una gran aventura donde reinan las traiciones, los deseos de venganza, el poder, la lucha por la libertad, la violencia, la pobreza donde hasta las ratas son un manjar y la riqueza de las clases altas y acomodadas. Se toma sus licencias históricas para recrear a uno de esos héroes que todo pueblo tiene en sus países de origen y Richet ha elegido a este ladrón, escapista de las cárceles y que con su astucia e inteligencia, logró un gran cargo como fue el de Director de la Seguridad Nacional. Un personaje que inspiró a Víctor Hugo para los personajes principales de Los Miserables o a otro gran escritor como fue Edgar Allan Poe.

Desde el primer fotograma, somos conscientes del presupuesto tan importante con el que ha contado esta película. La ambientación a través de los soberbios decorados de Emile Ghigo y el cuidadísimo vestuario de Pierre-Yves Gayraud, son muestra de ello, a lo que tenemos y debemos añadir, la extraordinaria fotografía en la mirada de Manuel Dacosse y la banda sonora en la partitura de los maestros Marco Beltrami y Marcus Trumpp.
Y una vez más dejo para el final las interpretaciones. Creo que viendo el elenco actoral que compone este filme, nos podemos hacer una idea.  Está claro que por encima de todos destaca la brillante actuación de Vincent Cassel, dando vida a Vidocq y a un impecable Fabrice Luchini como Pouché. En el lado femenino Freya Mavor y Olga Kurylenko,  ambas magníficas como Annette y La baronesa, respectivamente.
Un filme que he disfrutado como una película de aventuras con toques históricos, sin profundizar. Si el director quiso ir más allá, no lo sé, pero que la película es entretenida y  visualmente espectacular, también.
Mi nota es: 7,5

ESTRENO en ESPAÑA: 26 de Julio
REPARTO: Vincent Cassel, Freya Mavor, Denis Menochet, Fabrice Luchini, Olga Kurylenko, August Diehl, Denis Lavant, Patrick Chesnais,  Jérôme Pouly, James thiérrée, y Vladimir Ostermann.
PRODUCTORA: Mandarín Productión // Gaumont // France 2 Cinema.
DISTRUIDORA en ESPAÑA: Selecta Visión.

martes, 23 de julio de 2019

MIDSOMMAR: CRÍTICA DE CINE


Midsommar es el nuevo y extraordinario trabajo del guionista y director Ari Aster.

Dani (Florence Pugh) está preocupada por su hermana bipolar, por los mensajes recibidos a su correo electrónico, a los cuales no contesta. Llama a su pareja Christian (Jack Reynor) quien vive con sus amigos, uno de ellos está empeñado en que Dani no es la chica indicada para él. En una de esas llamadas, Dani pide auxilio entre gritos de dolor. Han encontrado  a sus padres muertos en la cama y a su hermana con una mascarilla tapando su boca y  nariz, sentada en el suelo contra la pared.
Christian y sus amigos Josh (Will Poulter), Mark (William Jackson Harper) y Pelle (Vilhelm Blomgren)   tienen planeadas unas vacaciones a Suecia, a una aldea donde cada 90 años se celebra un festival dedicado al Solsticio de Verano. La idea ha sido propuesta por Pelle, quien conoce el lugar, al haberse criado en él. Una festividad que dura 9 días. Christian decide llevar a Dani, para que pueda olvidar el trauma vivido.
El director y guionista estadounidense, Ari Aster nació en Nueva York. Se graduó en El American Film Institute (Instituto Americano del Cine) donde conocería a muchos de los que más tarde serían sus colaboradores. Ya desde joven estaba obsesionado por el cine de terror. En una ocasión comentó que su ofuscación por el cine de terror le llevaba a agotar la sección del género en cada video club que se encontraba.  Debutó con el cortometraje “TDF Really Works” 2011, al que siguieron “The Strange Thing About the Johnsons” 2011, “Beau” 2011, “Munchausen” 2013, “Basically” 2014, “La cabeza de tortuga” 2014 y “C´est La Vie” 2016. Sorprendió con su ópera prima en el largometraje “Hereditary” el pasado año y ahora nos llega “Midsommar” Un filme hechizante desde el minuto cero, hasta su final. Una obra inquietante y espeluznante,  a plena luz del día.
En Hereditary ya nos ofrecía su particular mirada al cine de terror, no buscaba el grito fácil, ni las carreras sin fin, ni las caídas, ni el gore por el gore y mucho menos  una banda sonora estridente a nuestros oídos, que rellenase la historia. Se alejaba de las sombras y oscuridades que no sugerían nada y de ver pasar los minutos, sin más. Todo debía de tener  sentido. Daba mayor importancia a sus personajes, su identidad, vulnerabilidad y aquello que trastornaba sus mentes, sin saber la razón o creer no saberlo. Y ahora,  a lo ya mencionado, aporta una gran novedad, el terror psicológico y visual a plena luz del día, en campo abierto y sin nada que distraiga a nuestra mente. Se presenta ante la audiencia como un mago desnudo, en un escenario sin trucos, ni telas que cubrir lo que otros ocultan.
Lo más inquietante, sin la menor duda y sobresaliente, es la puesta en escena. Una vez pasado el prólogo en la ciudad, Ari nos transporta a pleno campo, a un lugar idílico, puro de toda contaminación, con cielos azules, con escasas construcciones hechas de madera donde todo se comparte, entre espacios comunales para dormir, al igual que sus alimentos. Vestimentas cómodas en un blanco perfecto, con adornos cuando se realiza algún ritual. Un lugar donde todos parecen ser felices, entre risas de niños correteando entre la hierba, quienes estudian en pequeños grupos, el aprendizaje de la magia, entre amarres de amor, el conocimiento de las runas y los elementos de la naturaleza. Los juegos para nombrar a la reina de la primavera, las mujeres preparando las comidas y los hombres ejerciendo otras labores.

De entrada, cuando se traspasa ese gran círculo de madera que recuerda al sol con sus rayos, nos hace sentir que entramos  en el paraíso, ante la bienvenida de sus gentes, aparentemente apacibles. Pero el gran mago Ari, esconde algo entre sus mangas invisibles, un ritual que se celebra durante 9 días y cada 90 años y entonces, un escalofrío, recorre la sala.  
Midsommar es una obra muy visual y de ello se encarga el maestro de fotografía, que ya trabajo con  Ari en su anterior filme, Pawel Pogorzelski. Una fotografía dotada de una gran plasticidad, jugando de forma inteligente con el color, los ligeros difuminados o pérdida de foco,  cuando quiere que nos detengamos en algo en concreto, olvidándonos del resto y sobremanera, con la riqueza de planos, destacando los generales y panorámicos, con una fascinantes profundidad de campo, para que nada se pierda a nuestra vista, pues todo está exquisitamente coreografiado. Miremos donde miremos, siempre está sucediendo algo, aunque nos parezca insignificante, por la sencillez en que está expuesto. Los planos a vista de pájaro nos hacen volar sobre el lugar en el que nos encontramos, hasta culminar con los medios o cortos, perfilando  los detalles con los que nos impactará y aterrará. Está claro, que la complicidad entre Pawel y Ari es absoluta, ambos saben qué mostrar y con qué sorprender.

Uno de los elementos importantes de este filme, son las drogas. Desde su prólogo sabemos que nuestros protagonistas consumen estupefacientes y cuando llegan al lugar de vacaciones, lo primero que les ofrecen son pastillas y setas alucinógenas, para continuar más adelante con algunas bebidas preparadas por los lugareños, las comidas ritualizadas e incluso el polvo que soplan sobre el rostro de unos u otros. Lo más curioso es que Ari, que no nos ha ofrecido pastillas, ni bebida ni ha soplado sobre nuestros rostros ningún tipo de sustancia, nos hace caer en un estado de hipnotismo y placidez que va calando en nuestra mente, siendo conscientes de lo que estamos viendo; atrapándonos, incluso, en los momentos más demoledores y viscerales. Consigue que nos olvidemos del tiempo y que no podamos apartar la mirada de la gran pantalla. Una extraña sensación se apodera del espectador si conecta con el filme  desde el principio y ese efecto, no desaparecerá hasta el final. Solo quien tiene las ideas tan claras, como Aster, es capaz de tal virtuosismo, en ese espacio limitado que comprende  la campiña, con una acción ofrecida a cuenta gotas y una parafernalia en torno a rituales ancestrales, cautivarnos  durante dos horas y veinte minutos de metraje, en un viaje confuso, delirante y perturbador. Y aquí quiero matizar. Solo si el espectador conecta con la historia, logrará disfrutar de ella, de principio a fin, pues de nuevo hay que avisar, que no es una película de terror al uso, sino de ese terror psicológico, "inteligente" y que sabe calar hasta lo más profundo.  
Un filme hechizante desde el minuto uno, incluso cuando pasamos de lo bucólico a lo violento, a ese primer contacto con el terror, en el cual vemos arrojarse a dos personas y estrellarse contra las rocas, visualizando seguidamente, sus cabezas reventadas y la sangre salpicándolo todo. Es en esos primeros instantes, cuando la venda cae de nuestros ojos... o no. Una obra no exenta de misticismos, de banquetes de hermandad, de rituales sexuales o de sacrificios de sangre y fuego, entre las misteriosas notas de la banda sonora de  Bobby Krlic.

Finalizo hablando de las actuaciones. Un acertado casting para unas correctísimas y creíbles interpretaciones, sin las cuales la obra no existiría, ellas son la razón de Midsommar, pero por encima de todas, destaca Florence Pugh, encarnando a un personaje traumatizado, perturbador y oscuro.

“La vida rural y bucólica, nunca escondió tanto terror” “Bienvenido a Midsommar, bienvenido a un infierno muy personal”

Mi nota es: 9
ESTRENO en ESPAÑA: 26 de Julio
REPARTO: Florence Pugh, Jack Reynor, Will Poulter, William Jackson Harper, Ellora Torchia, Archie Madekwe, Vilhelm Blomgren, Julia Ragnarsson, Anna Ǻström, Anki Larsson, Lars Väringer, Katarina Weidhagen van Hal
PRODUCTORA: B-Reel Films// Parts and Labor.
DISTRIBUIDORA en ESPAÑA: DeaPlaneta.

lunes, 22 de julio de 2019

VENGANZA BAJO CERO: CRÍTICA DE CINE


La coproducción entre el Reino Unido, Noruega, Estados Unidos, Canadá y Francia, Venganza bajo cero, está dirigida por Hans Petter Moland y cuenta con guion de Frank Baldwin.
Nels Coxman (Liam Neeson) vive tranquilamente en una cabaña de montaña, junto a su esposa Grace Coxman (Laura Dern) y su hijo adolescente. Su trabajo consiste en conducir una quitanieves. Un día recibe la noticia de que su hijo ha muerto por una sobredosis, dictamen que no cree y empieza a investigar, viéndose en medio de dos bandas de narcotraficantes, dirigidas por Trevor Calcote “El Vikingo” (Tom Bateman) quien tiene un hijo pequeño junto a su esposa Aya (Julia Jones) y Toro blanco (Tom Jackson), jefe de  una tribu india.
El director danés, Hans Petter Moland, tras obras como “Un hombre bastante bueno” 2010, la tercera entrega de “Los casos del departamento Q: Redención” 2016 o “Uno tras otro” 2014, regresa para dirigir un remake de esta última película mencionada, en esta ocasión contando con un nuevo guionista, Frank Baldwin. Un filme en el cual las muescas por muerto, no se marcan en la culata de un revolver, sino en la propia pantalla de cine, con símbolos como la cruz cristiana, la judía, un águila o el de la paz, según el personaje que muere.
Tal vez algunos se preguntarán porqué Moland, ha rodado el remake de uno de sus filmes más recientes, pues “uno tras otro” se estrenó en 2014. La razón es muy sencilla  y además no es la primera vez que Hollywood, que en tantas ocasiones ha dado evidencias de escasez de ideas para acometer nuevos proyectos, versiona éxitos de otros países; es por ello que su director se ha puesto nuevamente tras la cámara, para realizar esta historia con actores norteamericanos y con Liam Neeson en el papel de Nels.
Un filme donde la venganza se descontrola y todo deja de tener sentido, con un humor  muy negro y un enfoque tarantiniano, incluso en el detalle de que sus personajes no usen sus nombres, sino un determinado apodo. "Sí tienes un apodo, eres alguien". Toda la historia se desarrolla en un plácido pueblecito de montañas nevadas, donde la vida del tranquilo quitanieves, se ve alterada tras el asesinato de su hijo.
Una obra que atrapa al espectador entre correctas interpretaciones, a través de un disparatado guion, incluso en los personajes del frío y calculador Liam Neeson o la irritante Julia Jones. Las conversaciones, los golpes de efecto o los actos de ejecuciones entre los unos y los otros, que aunque ya lo hemos visto en filmes similares, sigue despertando más de una sonrisa; sobre todo, cuando tras cada muerte, se rubrica con el nombre del asesinado. Destacaría escenas como la entrada de Nels en una impoluta y cuidadísima tienda de vestidos de novia, la masacre en medio de la nieve con máquina quitanieves incluida o la sobreactuación controlada por parte de Tom Bateman; en el lado opuesto, no entendí muy bien el momento gay entre los  dos mafiosos. Me parece correcto y aplaudo que la diversidad sexual, cada vez se vea con más naturalidad en el cine, pero no que esté impostada.
Hay que destacar, además de la correcta dirección y las interpretaciones, el montaje a cargo de Nicolaj Monber, creando el dinamismo que la obra precisa y la espléndida fotografía de Philip Øgaard, entre elegantes encuadres, donde algunos nos recuerdan a bellas postales invernales.
No es una obra original en su planteamiento, ni pretende serlo,  pero lo que sí se puede asegurar, es que la diversión y el entretenimiento, están asegurados.
Mi nota es: 8
ESTRENO en ESPAÑA: 28 de junio.
REPARTO: Liam Neeson, Laura Dern, Emmy Rossum, Julia Jones, William Forsythe, Elysia Rotaru, Tom Bateman, Aleks Paunovic, John Doman, Domenick Lombardozzi, Raoul Trujillo, Ben Hollingsworth, Emily Bruhn, Nathaniel Arcand, Victor Zinck Jr., Arnold Pinnock, Wesley Maclnnes, Chris Logan, Bradley Stryker, Tom Jackson, Micheál Richardson, Elizabeth Thai, Loretta Walsh, Glen Gould, Jim Shield, Nels Lennarson, Dani Alvarado, Ben Sullivan y Lucy Ssuubi.
PRODUCTORA: StudioCanal// Paradox Films.
DISTRIBUIDORA en ESPAÑA: A Contracorriente Film.

domingo, 21 de julio de 2019

AYLA: LA HIJA DE LA GUERRA: CRÍTICA DE CINE

Basada en un hecho real, Ayla: La hija de la guerra, está dirigida por Can Ulkay con guion de Yigit Güralp.

Estamos en 1950, Süleyman (Ismail Hacioglu/ Çetín Tekindor) vive en Alejandreta, Turquía, está enamorado de Nuram (Damia Sönmez), que cada día lo espera a la puerta de su casa, cuando él va al cuartel junto a sus amigos en bicicleta, pero alguien más ama a Süleyman, ella es Nimet (Meral Çetinkaya).  Süleyman, es un joven  noble y de gran corazón. Al llegar un día a la 39 división de infantería a la que pertenece, le comunican a él y a otros compañeros, que deben salir rumbo a Corea del Sur, donde es destinado a la unidad motorizada.

Formará parte de un grupo en el que se encuentran: Ali, su mejor amigo (Ali Atay), Sadik (Caner Kurtaran), el teniente Mesut (Murat Yildirim) y el teniente Lee (Johnny Young). Una noche se internan en un bosque para evitar el ataque del enemigo, cuando se encuentran un campo lleno de muertos, entre ellos, Süleyman escucha un sollozo y descubre a una niña. La toma en brazos, llevándola con él a la base militar turca, allí la pequeña será protegida por todos, pero la relación entre Süleyman y Ayla, como él la llamará al desconocer su verdadero nombre, se convertirá en un amor fraternal.


Un drama en el escenario de la Guerra de Corea, basado en hechos reales. Un encuentro entre una niña coreana y un joven militar turco y los lazos que van surgiendo durante los años en que la pequeña convive con los militares, con el beneplácito de los surcoreanos, a quienes han ido a ayudar contra corea del norte y su aliada China. Una historia tan hermosa, que la guerra queda en las sombras, aunque veamos la crudeza de la misma.

Como ya va siendo habitual en mis reseñas, toca hablar del director. Can Ulkay, se graduó en arte, cine y televisión. Trabajó para la TRT, la televisión de Estambul, entre los años 1985/94, participó en spot publicitarios para televisión y en 2017 dirigió junto a Mutlu Karadogan “Children of Sarikamis” un drama histórico. Aun teniendo dos películas rodadas, la una en 2018, con Ketche “Muslum” y en este año “Turkish Ice Cream”, la  que ahora llega a las pantallas de todos los cines españoles y sin la menor duda, una sorpresa muy agradable para el público, es “AYLA, la hija de la guerra” Un enternecedor drama, que va calando minuto a minuto, ante la presencia de la maravillosa jovencita. La auténtica reina de la película. Los actores que la acompañan, ofrecen una verdad que traspasa la pantalla, sobre todo los dos actores que encarnan a Süleyman: Ismail Hacioglu y Çetín Tekindor.

Una historia real que sucedió en Corea del Sur y donde Süleyman, antes de regresar a su tierra natal y no pudiéndose llevar a la pequeña, por la burocracia entre los países, le promete que volverá a buscarla, pero su vuelta  a Alejandreta, no será como él se espera. ¿Qué sucederá con nuestra pequeña?

Una obra con una espectacular fotografía a cargo de Jean-Paul Seresin, entre planos bucólicos y dramáticos, entre los cambios de estaciones y los estallidos de las bombas, entre el día y la noche; dotando a cada instante de una luz especial y un color retro, que logra que las imágenes hablen por sí mismas, junto a la dramática banda sonora de Fahir Atakoglu. Ambos imprescindibles para mostrar una historia llena de amor, de sentimientos, de emociones, de entrega, de protección y de humanidad, por un lado y por el otro, contemplar el horror de la guerra, las pérdidas, los abandonos de los más pequeños quedándose huérfanos, de los egoísmos personales, del amor que siempre espera y del inexorable paso del tiempo, doloroso cuando las “heridas” no quedan cerradas. Narrado con maestría, delicadeza y temple por Ulkay.

Un filme que también nos alerta, que según informes de UNICEF hay 28 millones de niños como le sucede a nuestra protagonista, Ayla, que han sido castigados por la guerra en todo el mundo y que 1,5 millones de ellos, viven actualmente en Turquía.

Para terminar me quedo con una hermosa frase que dice Nimet  “Tu niña es ahora mi niña y tu promesa mi promesa”

Mi nota es. 7,5
ESTRENO en ESPAÑA: 19 de Julio

REPARTO: Çetín Tekindor, Ismail Hacioglu, Kyung-Jin Lee, Ali Atay,  Murat Yildirim, Damia Sönmez, Taner Birsel, Meral Çetinkaya, Caner Kurtaran, Johnny Young, Kim Seol, Murat Yildirim, Cade Carradine, Kim Byoungsoon, Meral Çetinkaya, Mehmet Esen, Altan Erkekli, Caner Kurtaran, Büsra Develi, Sinem Uslu, Nilgün Kasapbasoglu, Erkan Petekkaya, Burç Kümbetlioglu, Claudia Memory Monroe, Duygu Yetis, Ali Barkin, Esra Dermancioglu, llber Gurtunca, Koray Ergun, Toygan Avanoglu, Mine Teber, Kang Yeon Jeong, Halil Kumova, Chaby Han y Mert Hepcan.  

PRODUCTORA: Dijital Sanatlar Production.
 
DISTRIBUIDORA en ESPAÑA: European Dreams Factory.

KARMA FILMS PRESENTA NOVEDADES EN DVD/BR JULIO 2019

sábado, 20 de julio de 2019

UTOYA: 22 DE JULIO: CRÍTICA DE CINE

Erik Poppe dirige, Utoya: 22 de Julio con guion de Anna Bache-Wiig y Siv Rajendram.

Kaja (Andrea Berntzen) es una joven de 18 años, está pasando el verano junto a su hermana pequeña Emilie (Elli Rhiannon Müller Osbourne) y otros compañeros en un campamento en la isla noruega de Utoya. A través de los móviles se enteran de la explosión de una bomba,  unas horas antes, que ha afectado a la oficina del ministro de Estado y del Ministerio de Justicia y Seguridad Pública en Oslo, lo que desconocen es, que el terrorista de ultraderecha Anders Behring Breivi, está en la isla con la intención de llevar a cabo una gran masacre.  
Un thriller dramático, duro, abrumador y devastador; narrado en tiempo real con cámara en mano, provocando de esta manera, un mayor impacto y realismo, en el espectador. El filme comienza 12 minutos antes del nefasto atentado, en el que murieron 77 personas y hubo más de un centenar de heridos. Con sangre fría y mucho temple, Poppe nos presenta su versión de los hechos.

El noruego, Erik Poppe, es uno de los directores más experimentados de su país. Comenzó su carrera como fotógrafo para el periódico  “Verdens Gang” el diario más importante de Noruega y en la agencia de noticias “Reuters” cubriendo noticias nacionales y conflictos internacionales. Tras un percance, decidió ingresar en el Dramatiska Institutet de Estocolmo, especializado en Cine, Radio, Teatro y Televisión, graduándose como director en el año 1991. Trabajó para otros realizadores como director de fotografía, “EGGS” de Bent Hamer 1995  y en 1998 presentó su ópera prima “Schpaaa”  obteniendo un gran éxito; continuaría con “Hawaii, Oslo” 2004, “Aguas turbulentas” 2008, “Mil veces buenas noches” 2013, “La decisión de Rey” 2016 y tras el documental sobre el profesor Per Fugelli “Yo muero” en 2017, nos llega esta demoledora película.
El 22 de Julio de  2011, es un día que Noruega no olvidará jamás y que Poppe desea mostrar al público, no solo de su país, sino al mundo entero, para que tampoco lo haga. Una obra entre el documental y la ficción, pues nuestra protagonista Kaja, que será el hilo conductor de lo que va a suceder, es un personaje ficticio, como el resto de sus compañeros.
Con cámara en mano, como ya he comentado, el director nos intenta sumergir en el epicentro de la historia con absoluto realismo, realizando una recreación de los hechos a través de un dudoso plano secuencia. Un tiroteo que no cesa en ningún momento, hasta el final de la obra. Seremos partícipes de las estrategias que tanto Kaja como sus compañeros, buscarán para no ser alcanzados por un proyectil y aquí digo que intenta, porque si bien durante gran parte del metraje, lo logra, la monotonía y los pocos e innecesarios diálogos que nuestra protagonista mantiene con sus compañeros, provocan que por instantes, nos saque de la historia. Me he preguntado si no será porque nuestra mente así lo requiere o por la forma en que discurren los acontecimientos en la gran pantalla, sea como sea, no exime al filme de causar una agobiante y asfixiante claustrofobia,  más cuando al asesino no se le ve en ningún momento, pero sí las carreras frenéticas de los jóvenes y los rostros de algunos de ellos.
Cada nota de la dolorosa banda sonora a cargo de Wolfgang Plagge,  convive de forma precisa con los gritos de los jóvenes, las cortas conversaciones, las respiraciones, los sonidos de la naturaleza, las carreras y los tiros que se van introduciendo en nuestra cabeza, hasta  desear que cesen.

“No deseo abrir nuevas heridas, sino acompañar al largo proceso de curación” (Erik Poppe)
Mi nota es: 6,5
ESTRENO en ESPAÑA: 19 de Julio

REPARTO: Andrea Berntzen, Aleksander Holmes, Brede Fristad, Ada Eide, Sorosh Sadat, Elli Rhiannon Müller Osbourne, Torkel Dommersnes Soldal,  Solveig Koløen Birkeland, Magnus Moen e Ingeborg Enes Kjevik.
PRODUCTORA: Paradox Film 7 // Programme MEDIA de la Communauté Européenne// Nordisk Film// Norsk Filminstitutt.
DISTRIBUIDORA en ESPAÑA: Caramel Films España.