Basada
en la novela de Ann Patchett, Bel Canto: La última función, está
dirigida por Paul Weitz,
compartiendo guion con Anthony Weintraub
Roxanne
Coss (Julianne Moore), afamada
cantante de ópera, es invitada a una recepción a un país de América del Sur que
se encuentra bajo una dictadura militar, con el objetivo de atraer a un importante
empresario japonés, Katsumi Hosokawa (Ken
Watanabe) gran admirador de Roxanne y de esta forma, convencerle
para que invierta en el país.
Durante
la recepción los invitados se van conociendo, entre ellos Roxanne y Katsumi,
quien le declara su admiración, considerándola la voz más importante de la
ópera. Roxane es interrumpida durante su concierto privado por la
presencia de un grupo de guerrilleros que toman la mansión para secuestrar al
presidente del país, el cual había declinado la invitación. Los guerrilleros
deciden quedarse con los invitados como rehenes, exigiendo a cambio la
liberación de sus compañeros presos.
El
director, guionista, productor y actor de cine y teatro, Paul Weitz, es
conocido por obras como “American Pie” que dirigió junto a su hermano Chris Weitz
y realizador en solitario, con mayor o menor fortuna en filmes como “Gradma”
2015, “Proceso de Admisión” 2013 o “Ahora los padres son ellos” 2010, por poner
algunos ejemplos conocidos en nuestro país. En esta ocasión nos presenta un drama con
gruesas pinceladas de humor negro. Una obra difícil de clasificar, aunque personalmente,
me mantuvo entretenido hasta el final, aunque reconozco también, que le sobran
unos veinte minutos de metraje.
Lo
primero que llama gratamente la atención, en su versión original, es la
variedad de idiomas que escuchamos, predominando el inglés, el español latino e
incluso el japonés, en un reparto multicultural; y aunque existan otros temas importantes como la
manipulación, el régimen dictatorial, el secuestro o la opresión; otros cobrarán
mayor importancia, es el caso del amor intercultural o la diversidad que eleva
los sentimientos y emociones más humanas, sobre el caos social y político que
se respira en el exterior de la mansión.
Una
obra con clara referencia teatral, pues todo sucede en el interior del caserón y escasas
escenas en el exterior, viéndose al ejército y la policía aguardando el
desenlace. Una mansión que trasmite la sensación de prisión para todos,
secuestrados y secuestradores, en detalles como el marcar sobre una pared,
los días que van pasando o el instante en que salen a los jardines y disfrutan
de la luz del sol, después de semanas de confinamiento, con las extrañas reacciones por
partes de todos. ¿Simbolismo de lo que sucede en algunos países
latinoamericanos, en la actualidad?
Lo
mejor que tiene el filme, son sus personajes, de los cuales conoceremos sus
puntos fuertes y débiles. Su vulnerabilidad y decisiones. Sus sueños y
frustraciones. El deseo de libertad, aunque ellos creen sus propias prisiones y sobremanera, la
proyección humana que cada uno desprende, desde el lugar que les ha tocado
vivir.
Lo
peor, el humor que surge en algunos giros, debido a determinadas situaciones
entre rehenes y guerrilleros, sacando al espectador de la historia, pues
dudaremos si lo que estamos viendo es una parodia dramatizada o un drama
político social.
Mi
nota es: 6,5
ESTRENO en ESPAÑA: 22 de Marzo
REPARTO: Julianne Moore, Ken Watanabe, Christopher Lambert, Sebastian Koch,
Thorbjørn Harr, Olek Krupa, Elsa Zylberstein, Johnny Ortiz, Tenoch Huerta, Ryo
Kase, María Mercedes Coroy, Eddie Martinez, Eliud Kauffman, Melissa Navia y
Bobby Daniel Rodriguez.
PRODUCTORA: A-Line Picture//
Depth of Field// Priority Pictures.
DISTRIBUIDORA en ESPAÑA: Diamond
Films España.
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