Nosotros no nos mataremos con pistolas, está dirigida por María Ripoll con guion de Antonio Escámez y Víctor Sánchez Rodríguez, basándose en la obra del propio Víctor. “Es lo que hay”
En la casa de un pueblo, Blanca (Ingrid García Jonsson) ha invitado a sus amigos a comer paella, Elena (Elena Martín), Miguel (Joe Manjón), Marina (Lorena López) y Sigfrido (Carlos Troya). Los cinco llevan años sin verse pues como suele suceder, el destino les llevó por caminos diferentes. Ya entrados en la treintena sienten que la juventud se les escapa de entre los dedos y que los recuerdos y vivencias, les golpean con fuerza.
María Ripoll, estudió en la Universidad Politécnica de Cataluña y en La Fémis, estudios cinematográficos. Sus inicios estuvieron relacionados con rodajes, ayudante de dirección, colaborando con importante directores hasta que en 1988 dirige su primer corto “Bar” 1987 para continuar con “Kill Me Later” 1993. En 1997 junto a otras compañeras dirige el filme “El dominio de los sentidos” y ya en solitario debuta con el largometraje “Lluvia en los zapatos” 1998 al que han seguido “Tortilla Soup” 2001, “Utopía” 2003, “Tu vida en 65`” 2006, “Rastro de Sándalo” 2014, “Ahora o nunca” 2015, “No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas” 2016, “Vivir dos veces” 2019, “Guerra de Likes” 2021 y este año nos ofrece “Nosotros no nos mataremos con pistolas”. Para televisión ha participado en “Nova ficció” 1997, en la serie documental “50 años de” 2009 y en el video documental “Cromosoma cinco” 2013.
Hay una parte del nuevo cine español, afortunadamente no todo, que me provoca tedio absoluto. Es como si las nuevas generaciones de directores y guionistas, de ambos sexos, no tuvieran otro afán que presentarnos sus problemas y frustraciones- vaya por delante que bien contado me parece correcto- y más cuando lo narrado lo hemos visto mil veces desde diferentes puntos de vista, incluso terminando en una fiesta similar a la que Ripoll nos ofrece. Digo esto, porque algunas mentes deben creer que los aprietos ante la falta de trabajo o de trabajos mal pagados, de infidelidades en la pareja, de enfrentarse a la soledad y al mundo, de la pérdida de un tiempo que no volverá o un ser amado y los miedos de no verse con fuerzas para dar un paso adelante, son dramas que solo han o están viviendo ellos, cuando con problemas parecidos y mayores, ya lidiaron las generaciones anteriores. Nadie ha dicho jamás, que la vida fuera fácil.
Veo muy bien que el cine joven hable de sus problemas, pero por favor, con un poco más de consistencia, que muchas de las películas que llegan a la gran pantalla, están cortadas por el mismo patrón, sin olvidar las situaciones y los diálogos cada vez más absurdos. Estamos ante un filme que bien se podría dividir en dos partes, la primera con ese toque teatralizado en el interior de la casona en donde se genera el drama, en la que se reúnen y entre comida, bebida y drogas, nos hablan de ellos, sin profundizar en ninguna de las materias que tratan, ni siquiera con uno de los temas más preocupantes en la sociedad española, el suicidio entre los jóvenes, pues más del 25% aseguran haber tenido pensamientos suicidas, sin olvidar a quienes lo llevan a cabo. Aquí lo tratan hasta de forma grotesca, haciéndonos creer que el alma de la amiga que ha muerto, habita en el cuerpo de una gallina. La segunda parte, comienza cuando salen a la fiesta del pueblo y en una transformación absoluta saltan del drama al deseo, ya que la mayoría buscarán esos rincones en los cuales darán rienda suelta a sus apetitos carnales, pues en realidad, se necesitan para continuar sus caminos.
El hándicap de esta película es el descuidado guion, que presenta una serie de temas y los deja en el aire, como quien da brochazos, en un lienzo blanco, sin ningún control, esperando que la obra surja milagrosamente. Nos saca de situación con esos extraños guiños al wéstern, jugando con algunos planos y notas musicales del género, que sinceramente, no entiendo, pues si la idea es crear comicidad o intriga, no lo consigue; así como el intento de concienciarnos sobre la España vaciada, quedándose en una simple anécdota con la pintada en un muro, la verbena que han organizado en el pueblo o la presencia de un hombre que vende papeletas para sacar dinero y hacer frente a la huelga que están sufriendo. Es un error pretender abarcar tantos temas, cuando no se tiene la intención de desarrollarlos y exponerlos con tiempo.
Para finalizar, aclaro que aunque los actores intentan levantar el proyecto, el filme pincha, pues Ripoll da la sensación que tira la toalla prácticamente transcurridos los primeros 30 minutos de la proyección, dejándola a su suerte. Es una pena, que una premisa interesante, se desperdicie de esta manera.
Mi nota es: 5
ESTRENO EN ESPAÑA: 17 de junio.
REPARTO: Ingrid García Jonsson, Elena Martin, Joe Manjón, Lorena López y Carlos Troya.
PRODUCTORA: Turanga Films// À Punt Media// Un Capricho de Producciones// TV3
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: Filmax.
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