The Quiet Girl está escrita y dirigida por Colm Bairéad, basándose en una historia de Claire Keegan. “Una casa en la que hay secretos es una casa avergonzada”
Cáit (Catherine Clinch) es una niña tímida, nacida en una familia disfuncional formada por sus padres Dan (Michael Patric), Mary (Kate Nic Chonaonaigh) y sus hermanas. Mary, está nuevamente embarazada. Cáit vive una vida de soledad y silencio, incluso en el colegio, siendo considerada como un bicho raro. Al llegar el verano, sus padres deciden que pase unos meses con unos familiares lejanos, Seán (Andrew Bennett) y su esposa Eibhlín Cinnsealach (Carrie Crowley) que viven solos. Cáit pasará del infierno en el que se ha criado al cielo, pues en el nuevo hogar, recibe el cariño y los cuidados, que nunca había tenido. Este giro tan drástico en su vida, cambiarán también el carácter retraído de la pequeña.
El guionista y director, Colm Bairéad, estudió en el Instituto de Tecnología de Dublín, cine y radiodifusión, pero mucho antes, desde muy pequeño se enamoró del séptimo arte y su padre lo apoyó, mostrándole películas mudas, musicales de Hollywood y el cine negro de la década de los 40. Con una videograbadora, que adquirió la familia, comenzó a experimentar en la realización de cortos. Tras finalizar sus estudios, se inició en el cortometraje. Entre sus trabajos podemos ver: “Screwed” 2003, “Mac an Athar” 2005 y “Finscéal Phåidí” 2009. Episodios para las series “Mi na Meala” 2007, “Údar” y “Ceart agus Coir” en 2011, “Scéal” 2013, “Finné” 2018, la miniserie “The Joy” 2015, el telefilme “Murdair Mhám Trasna” 2018 y en cuanto al documental, “Lorg na gCos: Súil Siar ar mise Éire” y “Frank O, Connor: Idir Dhá Shruth” 2016. El pasado año, debutó con el largometraje de ficción con “The Quiet Girl” 2022.
La narración nos ofrece un final abierto, instante en el que el espectador esboza una lánguida sonrisa, poco antes de fundir a negro, deseando, desde la butaca, lo mejor para la joven, pues nos ha cautivado, arrancado lágrimas y manteniendo el corazón en un puño, entre las pocas y acertadas palabras que pronuncia a lo largo del metraje, que compensa con las innumerables expresiones, tanto faciales como corporales. Con cada gesto y silencio, nos descubre la prisión en la que su alma vive y que durante el verano que pasará junto al matrimonio Cinnsealach, su ser florecerá, brillará y respirará entre el perfecto bálsamo, de afecto correspondido.
Un filme amargo, como lo son todos en los que el drama se ceba en los más indefensos, los niños; con ecos del amor verdadero, combatiendo contra la opresión. La entrega sincera, en busca de la redención por un pasado doloroso, encarándose al presente esperanzador y enigmático. Una película rabiosamente triste, que atraviesa hasta la última de nuestras fibras.
The Quiet Girl, canta a la vida y a la importancia de compartir una caricia, una sonrisa o unas palabras amables; en definitiva, un motivo por el que sentirse querido y protegido. Grita al tormento, al abandono, al miedo, al despotismo, a la pobreza y a la holgazanería, en la figura de ese hombre que no es capaz de agacharse para recoger lo que no ha sabido sujetar entre sus brazos y mucho menos, el sacar a una familia adelante. La vida rural en la Irlanda de los años 80 que nos invita a reflexionar en nuestro siglo XXI, entre la luz que llena de ilusión un hogar y las tinieblas que tiñen de oscuridad el otro. Un filme tan realista que duele y en el que los secretos, no tienen razón de existir, pero sí el silencio como protesta y abrigo a la identidad.
Alguna vez me habréis leído o escuchado que no hacen falta muchos personajes para completar y potenciar una buena escena, pero sí contar con un guion sólido, que narre una buena historia con la que se logre desarmar o colmar de júbilo al espectador, The quiet girl, es una de ellas. Un filme austero marcado por una dirección sutil, una extraordinaria fotografía de Kate McCullough, tomando como base el formato 3/4, para recrearse, entre minuciosos detalles, encuadres intimistas, sobrecogedores y bucólicos y con todo ello, arropar a unos personajes perfectamente escritos, pero aun mejor interpretados. Destacando a Catherine Clinch en el papel de Cáit, que roba cada plano, cada escena, con su naturalidad innata y junto a ella, Carrie Crowley y Andrew Bennett, encarnando con absoluta credibilidad a ese matrimonio que arrastran, un doloroso pasado.
Mi nota es: 8
ESTRENO EN ESPAÑA: 24 de febrero
REPARTO: Catherine Clinch, Carrie Crowley, Andrew Bennett, Michael Patric, Kate Nic Chonaonaigh, Carolyn Bracken, Joan Sheehy, Tara Faughnan, Neans Nic Dhonncha y Eabha Ni Chonaola.
PRODUCTORA: Inscéal// Broadcasting Authority of Ireland// TG4// Fís Éireann/Screen // Screen Ireland.
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: La Aventura Audiovisual.
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