Zenit
comunicación nos informa que FlixOlé restaura y estrena La Laguna Negra,
la película maldita de crimen y castigo en la España rural
FlixOlé recupera la
película maldita del cine español: La Laguna Negra (1952), la
historia de un terrible crimen con la que el también olvidado director, Arturo
Ruiz-Castillo, enseñó el lado más oscuro de un país marcado por la envidia y la
violencia. Restaurado en los laboratorios de la plataforma, este título
invisibilizado durante décadas se estrenará en su catálogo el próximo viernes,
8 de noviembre.
FlixOlé rescata así la
que es una de las primeras adaptaciones de Antonio Machado, presentada en las
salas de cine en la dictadura franquista. Hablar entonces del literato de la
Generación del 98 resultaba peliagudo. Más aún si quien lo hacía tuvo vínculos
con el entorno republicano durante la contienda, como fue el caso de
Ruiz-Castillo. Pese a ello, el realizador se aventuró a llevar el romance La
tierra de Alvargonzález (incluido en el poemario Campos de Castilla)
a la gran pantalla para representar la cultura popular y leyendas del interior
peninsular.
Bajo el título La
Laguna Negra, el director se sumergió en los versos machadianos y extrajo un
oscuro y brutal drama. En la serranía de Urbión, los hermanos Martín (José
María Lado) y Juan (Tomás Blanco), instigados por la mujer del primero,
Candelas (Maruchi Fresno), acaban con la vida de su padre y hunden su cadáver
en el lago para heredar su hacienda. Vecinos y autoridades sospechan que tras
la desaparición del hombre están implicados sus vástagos, quienes culpan de
ello a un inocente buhonero.
El espíritu del difunto
persigue a Juan, cuyo sentimiento de culpa comienza a poner nerviosos a Martín
y a su esposa, mientras una maldición parece caer sobre las tierras y vidas de
todos ellos. Miguel (Fernando Rey), el menor de los tres hermanos regresa a su
hogar después de hacer fortuna en las américas. El joven y rico indiano
intentará desvelar las incógnitas en torno a la desaparición de su progenitor
con la ayuda de Ángela (María Jesús Valdés), mujer de Juan y con quien tuvo una
relación en el pasado.
Crónica
de la España negra
Como ya hiciera Machado
en su romance, Ruiz-Castillo construyó una crónica de la España negra que
intercalaba el costumbrismo con pasajes bíblicos, conviviendo las romerías, casas
labriegas y habladurías de los lugareños con el castigo divino para aquellas
gentes a las que corroe la envidia (la sangre de Caín). Los personajes se
desenvuelven de esta manera en un clima de suspense constante, donde el odio,
la avaricia y la crueldad afloran entre escarpadas cumbres.
Para lograr la
ambientación lúgubre que impregna la cinta, el rodaje se trasladó a las tierras
que inspiraron las estrofas del poeta (cambiando los Picos de Urbión por la
Sierra de Gredos). Ello implicó el hospedaje del reparto, técnicos y ayudantes
en refugios de montaña, lo que conllevó además numerosas horas de viaje en
autocar e, incluso, a caballo de todo el equipo.
Al arduo trabajo que
contribuyó a acercar el áspero y hostil paisaje se sumó la solvencia técnica
para narrar el que, hoy en día, es uno de los pocos ejemplos cinematográficos
de la poesía castellana. En plena madurez creativa, el director desplegó todo
un abanico de recursos con los que transmitió la mirada amarga de un país al
que la violencia había sacudido ferozmente con sus luchas civiles.
Una
joya oculta del cine español
Esta rareza del cine de
la época contó con numerosas dificultades hasta ver la luz, comenzando por su
filmación, la cual se retrasó dos años debido a cuestiones económicas. No
exenta de roces con la censura, integrantes de la Junta de Clasificación
mostraron su disconformidad respecto al contenido del largometraje, llegando
incluso a tachar de “desagradable” el guion; paradójicamente, elogiaban la
calidad de la cinta. Finalmente, ésta se estrenó de tapadillo en algunas
provincias españolas, y no llegó a las salas de la capital hasta un año después
de concluir el rodaje.
La discreta acogida del
título en sus inicios, así como la ausencia del mismo en la historia del
séptimo arte español, convirtieron a La Laguna Negra en una joya
oculta del audiovisual. Una situación que también experimentó el propio
Ruiz-Castillo, quien ha quedado como uno de los cineastas malditos del panorama
nacional. Ello a pesar de haber formado parte de la denominada generación de
‘renovadores’ (integrada por realizadores como José Antonio Nieves Conde,
Manuel Mur Oti y Antonio del Amo) que optaron por hacer un cine de marcada
preocupación social y estéticamente vanguardista, distanciándose así de las comedias
blancas, películas folclóricas y epopéyicas que promovía el franquismo.
Con la incorporación de
la renovada versión de La Laguna Negra al catálogo de FlixOlé, la
plataforma pone a disposición del público una obra de difícil acceso al tiempo
que confía en traer a la memoria al autor del filme y continuar con su decidida
apuesta por dar a conocer las mejores películas españolas restauradas en una
calidad de imagen y sonido inmejorables.
La plataforma está
disponible en Smart TV, tabletas y teléfonos IOS y Android, Fire TV, Orange TV,
ZapiTV, Amazon Prime Vídeo, Movistar Plus+ y a través del ordenador, además
las películas se pueden descargar para verlas sin conexión
a internet en cualquier dispositivo móvil.
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