En coproducción entre
Argentina, Francia y Brasil, Rojo, cuenta
con guion y dirección de Benjamín Naishtat.
Son los años 70 en
Argentina. Claudio (Darío Grandinetti)
espera a su esposa sentado en una mesa de un restaurante, completamente lleno.
Desde una esquina, un desconocido (Diego
Cremonesi) comienza a agredir a Claudio verbalmente. Claudio decide dejarle
la mesa pero cuando menos se lo espera, le llamará mal educado, entre
otras palabras, el desconocido entra en ira y de las palabras pasan a la acción,
finalmente, el extraño, es expulsado del local. Claudio volverá a sentarse en la mesa y tras
llegar su mujer Susana (Andrea Frigerio)
y cenar, salen del restaurante. De camino a casa, en mitad de la carretera se
les aparece el forastero del restaurante, lanzándole piedras y rompiendo los
cristales del auto, desde el momento en que Claudio sale del coche y se
enfrenta a su agresor, todo cambiará en su vida.
Rojo es un demoledor y cruel retrato de la
Argentina de los 70, años en los cuales la violencia estaba a la orden del día, aunque
tampoco es que haya cambiado mucho tras el paso de las décadas. Una historia a
través del matrimonio formado por Claudio y Susana y un crimen, que espera resolver
el detective Sinclair (Alfredo Castro).
Una obra que aun siendo interesante, presenta serias lagunas en su guion.
Benjamín Naishtat,
nace en Buenos Aires, ciudad en la que vive y trabaja actualmente. Estudió en la Universidad del Cine en Argentina y
luego realizó un postgrado en artes contemporáneas en Le Fresnoy – Francia.
Ejerce como actor, productor, montador, guionista y director, sin duda un joven
polifacético. Entre sus trabajos nos
encontramos con los cortometrajes: “Estamos bien” 2007, “El juego” 2010 o
“Colecciones” 2013, hasta llegar a su primer largometraje “Historia del miedo”
2014, continuó con “El movimiento” 2015 y ahora llega a nuestras pantallas con
“Rojo” un inquietante thriller en tiempos de la dictadura Argentina en los años 70
Una obra retro, con una
extraordinaria ambientación gracias a la dirección artística de Julieta Dolinsky, que nos sumerge en
aquella década ya lejana y por la que desfilarán desde la muerte, a la
venganza, al odio, los secretos, la violencia, los silencios que cortan como
cuchillos, las miradas que atraviesan como balas, la complicidad entre sus
habitantes, los miedos ante lo visto o creer haber visto e incluso la exposición de hacer ver con qué
facilidad una persona se puede deshacer de otra; todo ello desde la excelente
fotografía de Pedro Sotero.
Una película, en la cual
una vez más, despuntan las magníficas actuaciones. Interpretaciones que se
convierten en el sello de identidad de Argentina, todos correctísimos en sus personajes, destacando al trio protagonista y por orden de aparición comenzaré con Darío Grandinetti,
en el papel de Claudio, un hombre tranquilo y pacífico que tras lo vivido una
noche, se verá envuelto en un torbellino de situaciones. La siempre
espectacular Andrea Frigerio, encarnando
a la esposa de Claudio y para terminar y no menos importante, el extraordinario
Alfredo Castro como el detective Sinclair, en algunos momentos me recordó la
gran Colombo. Es una pena, que con el excelente casting con que cuenta el filme, Benjamín haya caído
en el grave error de no cuidar más el guion, pues por momentos la historia de
diluye hasta el punto en que no se vuelve a recuperar.
Mi nota es: 6
ESTRENO en ESPAÑA: 2
de Agosto
PRODUCTORA: Ecce
Films// Bord Cadre Films// Desvia Produções// Pucara Cine // Sutor Kolonko.
DISTRIBUIDORA en
ESPAÑA: A Contracorriente Films.
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