viernes, 2 de agosto de 2019

ROJO: CRÍTICA DE CINE


En coproducción entre Argentina, Francia y Brasil, Rojo, cuenta con guion y dirección de Benjamín Naishtat.

Son los años 70 en Argentina. Claudio (Darío Grandinetti) espera a su esposa sentado en una mesa de un restaurante, completamente lleno. Desde una esquina, un desconocido (Diego Cremonesi) comienza a agredir a Claudio verbalmente. Claudio decide dejarle la mesa pero cuando menos se lo espera, le llamará mal educado, entre otras palabras, el desconocido entra en ira y de las palabras pasan a la acción, finalmente, el extraño, es expulsado del local. Claudio volverá a sentarse en la mesa y tras llegar su mujer Susana (Andrea Frigerio) y cenar, salen del restaurante. De camino a casa, en mitad de la carretera se les aparece el forastero del restaurante, lanzándole piedras y rompiendo los cristales del auto, desde el momento en que Claudio sale del coche y se enfrenta a su agresor, todo cambiará en su vida.

Rojo es un demoledor y cruel retrato de la Argentina de los 70, años en los cuales la violencia estaba a la orden del día, aunque tampoco es que haya cambiado mucho tras el paso de las décadas. Una historia a través del matrimonio formado por Claudio y Susana y un crimen, que espera resolver el detective Sinclair (Alfredo Castro). Una obra que aun siendo interesante, presenta serias lagunas en su guion.

Benjamín Naishtat, nace en Buenos Aires, ciudad en la que vive  y trabaja actualmente. Estudió  en la Universidad del Cine en Argentina y luego realizó un postgrado en artes contemporáneas en Le Fresnoy – Francia. Ejerce como actor, productor, montador, guionista y director, sin duda un joven polifacético.  Entre sus trabajos nos encontramos con los cortometrajes: “Estamos bien” 2007, “El juego” 2010 o “Colecciones” 2013, hasta llegar a su primer largometraje “Historia del miedo” 2014, continuó con “El movimiento” 2015 y ahora llega a nuestras pantallas con “Rojo” un inquietante thriller en tiempos de la dictadura Argentina en los años 70
Una obra retro, con una extraordinaria ambientación gracias a la dirección artística de Julieta Dolinsky, que nos sumerge en aquella década ya lejana y por la que desfilarán desde la muerte, a la venganza, al odio, los secretos, la violencia, los silencios que cortan como cuchillos, las miradas que atraviesan como balas, la complicidad entre sus habitantes, los miedos ante lo visto o creer haber visto  e incluso la exposición de hacer ver con qué facilidad una persona se puede deshacer de otra; todo ello desde la excelente fotografía de Pedro Sotero. 

Una película, en la cual una vez más, despuntan las magníficas actuaciones. Interpretaciones que se convierten en el sello de identidad de Argentina, todos correctísimos en sus personajes, destacando al trio protagonista y por orden de aparición comenzaré con Darío Grandinetti, en el papel de Claudio, un hombre tranquilo y pacífico que tras lo vivido una noche, se verá envuelto en un torbellino de situaciones. La siempre espectacular Andrea Frigerio, encarnando a la esposa de Claudio y para terminar y no menos importante, el extraordinario Alfredo Castro como el detective Sinclair, en algunos momentos me recordó la gran Colombo. Es una pena, que con el excelente casting con que cuenta el filme, Benjamín haya caído en el grave error de no cuidar más el guion, pues por momentos la historia de diluye hasta el punto  en que no se vuelve a recuperar.

Mi nota es: 6

ESTRENO en ESPAÑA: 2 de Agosto

REPARTO: Darío Grandinetti, Andrea Frigerio, Alfredo Castro y Diego Cremonesi.

PRODUCTORA: Ecce Films// Bord Cadre Films// Desvia Produções// Pucara Cine // Sutor Kolonko.

DISTRIBUIDORA en ESPAÑA: A Contracorriente Films.

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