A cuatro manos
cuenta con guion y dirección del alemán, Oliver
Kienle. Un thriller perturbador, elegante y absorbente, que te mantiene
pegado a la butaca.
El prólogo nos muestra a dos hermanas,
Sophie y Jessica, la una con 8 años y la otra con 6, están tocando el piano a
cuatro manos, cuando llaman al timbre de la casa. Al abrir la puerta, entran a
la fuerza unos hombres con intención de robar, en el forcejeo, los padres
de las niñas mueren, mientras ellas permanecen ocultas, sin ser vistas por los ladrones.
La historia nos sitúa 20 años más
tarde. Jessica padece un grave trastorno de agresividad y paranoia, esperando
el momento de la venganza. Ve el peligro en cada esquina, en cada local, en
cada centímetro de la calle; ha prometido cuidar siempre de su hermana Sophie, quien
se ha convertido en una gran concertista, la cual desea vivir una vida normal y
olvidarse del pasado. Los asesinos de sus padres salen de la cárcel tras
cumplir 20 años de condena, es entonces cuando Jessica...
Las enfermedades mentales, los
recuerdos de una infancia marcada por la tragedia, el deseo de olvidar, la
venganza y la violencia como defensa, el juego de las identidades, lo real y lo
ficticio jugando con el subconsciente; serán algunos de los temas que Kienle nos
narra en su nueva obra. Un director conocido por la exitosa serie alemana “Bad
Banks”
Oliver se apoya en la magnífica puesta
en escena y el virtuosismo innato para mostrar lo que desea que el público vea,
en el instante en que él decide que sea visto. Nunca se anticipa. Sus
movimientos resultan precisos, como los efectuados durante una partida de
ajedrez sobre el gran tablero de la vida o la exactitud de las notas, sobre las teclas del
piano. Manipula a sus personajes a su antojo y de esta forma poder despistar al
espectador más avispado, para evitar que piense más de lo deseado hasta el
final de la obra, e incluso en esta ocasión le hará dudar al escuchar las
últimas palabras, de uno de los personajes.
Si la puesta en escena en este filme
es muy importante, no lo es menos el montaje con cortes drásticos que elevan el
dramatismo de la cinta, provocando una mayor inquietud en el espectador. La gran
fotografía de Yoshi Heimrath, rica en matices tanto en los encuadres de sus planos detalle,
generales, vistas aéreas; así como la selección en el color e iluminación, y no podemos obviar a la infatigable compañera de toda obra filmada, la
música, bajo la batuta de Heiko Maile,
reforzando la obra.
El peso del filme, una vez más, recae en las interpretaciones y en esta ocasión, si bien cada uno de los
actores resultan convincentes, no sería justo si no destacara a las dos
protagonistas femeninas: Frida-Lovisa Hamann y Friederike Becht.
Mi nota es: 8
ESTRENO en ESPAÑA: 13 de septiembre
REPARTO: Frida-Lovisa Hamann, Friederike Becht, Christof Letkowski, Detlef Bothe,
Burak Yigit, Agnieszka Guzikowska, Heiko Pinkowski, Petra Bischoff, Ulrike
Beerbaum, Petra Hartung, Verena Konietschke, Nina Mohr, Joana Wegele y Daniel
Reimling
PRODUCTORA: Erfttal Films/ Niama Film/
Pantaleon Films/
DISTRIBUIDORA en ESPAÑA: Cinemaran.
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