Para algunos el pistoletazo de salida de las navidades son los anuncios publicitarios que cada año aparecen con mayor prontitud: juguetes, colonias, todo tipo de regalos, sin olvidar los turrones. Para otros es el anuncio de la lotería de navidad, que por cierto este año es impresionante, una pequeña joya. Los adornos de la ciudad y de nuestras casas es otra muestra augurando dichas celebraciones y quienes creen que lo es este puente, llamado por unos de la Constitución y otros de la Inmaculada. Para mí aún queda en el recuerdo, de forma grata y tierna, la imagen de mi madre mientras pelaba la primera mandarina. Año tras año ejecutaba el mismo gesto, cerraba los ojos y disfrutaba del aroma que desprendía dicha fruta, luego sonreía diciendo: llega la navidad.
Para este blog, ya como tradición tras el pasado año, primero en que estrené este lugar de encuentro entre quienes quieren acercarse a él, es el cuento de navidad.
Este año he intentado recordar un cuento que escribí en el año 85 y que ganó el primer premio en un certamen ese mismo año. El original se encuentra entre otros muchos en mi casa de Torrelavega, pero lo recuerdo casi como el día que lo escribí. Pues me trae muchos recuerdos. Algunas palabras seguramente han cambiado, pero su esencia y la mayoría de las frases, estoy seguro que no.
Espero sea de vuestro agrado.
Un fuerte abrazo.
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