Basándose
en la novela de Nic Pizzolatto, Galveston, está adaptada por Jim Hammett y dirigida por Mélanie Laurent.
Roy
Cady (Ben Foster) es un asesino a
sueldo en New Orleans. Recibe la noticia de que padece una enfermedad en los
pulmones y toma la determinación de no hacer caso al médico. Se replantea su vida y decide regresar a su pueblo de Galveston. Por el camino se encuentra con una joven, Raquel Arceneaux (Elle Fanning) con problemas personales, accediendo a llevarla con él y protegerla.
La
ópera prima de Mélanie Laurent, se presenta como una road movie, por la américa
más profunda, para mayor gloria de sus dos protagonistas. Un filme que te
va atrapando de una forma un tanto extraña, pues con pocos elementos, logra que el
espectador esté expectante ante todo lo que les está sucediendo, sabiendo que
algo negativo les va a pasar y no querer que así sea.
Mélanie consigue crear una atmósfera especial en el transcurso de ese viaje, en las cortas e
intensas conversaciones, en cómo nos ofrece con cuentagotas la historia de ambos
personajes y lo que sus vidas encierran; en esa semana viviendo en un aparta-hotel, donde
la dueña les avisa que conoce a muchos policías, pero que no se mete en lo que
sucede dentro de las habitaciones. Entre Texas y Luisiana, esa América profunda
rodeada de grandes espacios desérticos, de calor infernal y de habitantes solitarios cuyas
historias arrastran como al viento el polvo reinante.
Laurent
dirige con serenidad, sin prisas, porque en esos lugares el tiempo permanece inalterable. Nada cambia, ni la gente ni el paisaje, con instantes para la
vida y otros para la muerte. Nuestros personajes nos contagian de esa sensación, porque en
realidad ambos lo llevan en su ADN.
Esos
dos elementos de los que me gusta hablar en cada reseña, están más presentes
que nunca, pues ante la ausencia de acción, salvo en un momento determinado,
son ellos los que nos explican el porqué. La impecable fotografía de Arnaud
Potier, recrea unos escenarios naturales que nos hacen pensar cuan equivocado
se puede estar sobre lo que se nos pretende vender de Norte América, como el país de las oportunidades y lo que en
realidad esconde entre sus Estados y ciudades. Y la banda sonora de Marc
Chouarain, acompañando a la naturaleza agónica que les rodea, sin saber lo que les puede
deparar el día siguiente, aunque presientan esa monotonía de la
cual Roy y Raquel, desean huir.
Un
thriller no exento de traiciones, venganzas, asesinatos, chantajes, pero que curiosamente quedan en la trastienda, ante la búsqueda de lo que les depara el destino a nuestros héroes “huérfanos” donde la
pobreza, el abandono y la dejadez, formarán parte de sus existencias.
Tras
el fundido a negro, vuelve a iluminarse la pantalla para narrarnos lo que ha sucedido pasados 20 años. Un
encuentro que desvelará parte de lo que ya conocemos y resolverá el drama con el
que nos ha mantenido durante todo el metraje.
Un
nuevo filme para lucimiento de sus dos personajes principales. Ben Foster está impecable,
interpretando a un personaje resignado ante la noticia de la enfermedad y
buscando la redención en el camino. Elle
Fanning representa a una mujer luchadora, sufridora y enérgica, en un
cuerpo y estado que se perfila, engañosamente, como vulnerable. Dos pesos
pesados que logran que una historia tan sencilla, cobre todo el interés en el
espectador.
Mi
nota es: 7,5
ESTRENO
en ESPAÑA: 7 de Diciembre
REPARTO:
Ben Foster, Elle Fanning, Lili Reinhart, María Valverde, Beau Bridges, Robert
Aramayo, Adepero Oduye, Rob Steinberg, Jamel Chambers, Heidi Lewandowski, Jay
DeVon Johnson, Michael Ray Escamila, Rhonda Johnson Dents, Christopher
Amitrano.
PRODUCTORA: Low Spark
Films// Jean Doumanian Productions.DISTRIBUIDORA en ESPAÑA: Alfa Pictures.
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