miércoles, 26 de mayo de 2021

ARMUGAN. EL ULTIMO ACABADOR: CRÍTICA DE CINE

 

ARMUGÁN, el último acabador, está dirigida y escrita por Jo Sol. “Hay dos cosas que no se pueden contemplar sin parpadear: El sol y la muerte.

Vemos a Anchel (Gonzalo Cunill), portando a la espalda a Armugán (Íñigo Martínez Sagastizábal), por caminos de montañas. Ambos viven en una pequeña cabaña con ovejas. Armugán es un hombre que ayuda a morir a la gente, no matándola, sino con su presencia, el contacto con el moribundo y con la música, liberando a la persona del miedo a la muerte. Anchel es su acompañante en la vida, quien lo cuida, lo desplaza de un lado a otro sobre su espalda y quien aprende el oficio de ser el último acabador.

La figura del acabador, era un antiguo oficio bastante común en pueblos del mediterráneo y de los pirineos, cuya misión era acompañar al moribundo en ese viaje entre la vida y la muerte. “Armugán, el último acabador”, está rodada en Huesca, entre la Comarca de Sobrarbe: Ascaso, Boltaña, Muro de Bellón, Cañón de Añisclo, Vió, Santa María de Buil, Murillo de Gállego, Belchite y Zaragoza. El filme ha contado, entre otros colaboradores, con el apoyo del Gobierno de Aragón, la Diputación Provincial de Zaragoza y Tú Huesca. Ha sido filmado en castellano y aragonés.

El guionista y director, Jo Sol, autodidacta, se inició en el documental en los años 90 con creaciones audiovisuales para diferentes artistas y compañías de arte visuales y escénicas, entre los que encontramos a La Fura dels Baus o Sol Picó. Ha realizado documentales antropológicos en México, Cuba y la India. A finales de los 90 regresa a Cataluña y dirige el telefilm “Renda Antiga” y el cortometraje “0`7 YA!”. En el año 2000 llega “Tatawo”, continuando con “El taxista ful” 2005, el documental “Fake Orgasm” 2010, “Vivir y otras ficciones” 2016 y en 2020 dirige “Armugán, el último acabador”. Atrás quedan las videocreaciones realizadas en Asía,  la realización y producción, con guion propio de la serie televisiva “Trèvols de 4 fulles” 2018 o la exposición “La noche incandescente” con material muy interesante, vinculado con la filosofía.

En un magnífico blanco y negro, Jo Sol, nos ofrece su nuevo largometraje tomando como temas principales: vida y la muerte. Un filme intimista, personal, de silencios que dicen más que las palabras, de esa espiritualidad que con emociones diferentes, transita entre el nacimiento y la muerte. El comienzo de la vida y el final de la misma. Ambas siempre perseguidas por cierto temor, aunque en la primera este bañada con la luz de la felicidad y la segunda, con las sombras de la tristeza. “Armugán” se sitúa en esa segunda fase o deberíamos decir, la fase terminal del ser humano y para que ese descanso sea total, se acude a un hombre, quien a solas con el moribundo, en silencio, tocándole las plantas de los pies y haciendo sonar una flauta confeccionada con una gran pluma, le ayudará a emprender el nuevo camino.

Un filme situado en medio de las montañas, que bien podrían representar la inmortalidad, pues ellas siempre permanecen inalterables, erguidas, silenciosas, misteriosas, solitarias, vigilantes, custodias, protectoras… dotando a sus habitantes de lo necesario para la subsistencia y de un carácter especial, marcado por la paciencia, la firmeza, la frialdad y la calidez, el recogimiento y el silencio; compartiendo con los elementos y las estaciones, secretos de otros tiempos. Una película bucólicamente triste y  magníficamente retratada por Daniel Vergara, en cuadros que nos invitan a la reflexión, a la contemplación, al conocimiento e incluso a comprender la vida de esas personas con un nexo en común, Armugán, el sabio que guía hacia la paz que precisan sus seres queridos, al abandonar este mundo.

Armugán, el último acabador, encierra la historia de dos hombres muy diferentes entre ellos; por un lado, quien da nombre a la película, un hombre de pequeña estatura con una importante discapacidad, que le impide permanecer en pie y realizar determinadas actividades esenciales, demostrando una gran fuerza de voluntad y descubriendo, a media que lo vamos conociendo, su elevada carga espiritual; por el otro nos topamos con Anchel, de aspecto alto, fornido y rudo; asumiendo la misión de cuidar de Armugán y un día, continuar con su legado; pero cuya espiritualidad es más cuestionable. El filme alcanza el punto más dramático, cuando una madre les hace una petición, la reacción de los dos hombres, es totalmente antagónica, llevándonos hacia un final poético y romántico. Gonzalo Cunill e Íñigo Martínez Sagastizábal, nos ofrecen dos interpretaciones potentes y creíbles.

Resumiendo, un filme envuelto en silencios en pro de las creencias, los rituales, el misticismo, los simbolismos, la muerte y la vida, que nos induce a recapacitar sobre la eutanasia. Rodeado de maravillosos paisajes en un escrupuloso blanco y negro y una dirección contenida. Un filme no apto para un público convencional, pero sí, para quien desee disfrutar del cine en esencia.

“La vida no me quiere vivo, me quiere tener vivo”

Mi nota es: 6

ESTRENO en ESPAÑA: 28 de Mayo.

REPARTO: Gonzalo Cunill, Íñigo Martínez Sagastizábal, Núria Lloansi, Diego Gurpegui y Nuria Prims.

PRODUCTORA: La Bendita Produce// Shaktimetta Producciones.

DISTRIBUIDORA en ESPAÑA: Noucinemart.

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