martes, 16 de abril de 2019

GRACIAS A DIOS: CRÍTICA DE CINE

Gracias a Dios es el nuevo filme del director y guionista, François Ozon, donde sin buscar la polémica sí invita al debate, sobre un tema tan en boga como es la pederastia.
Alexandre Guérin (Melvin Poupaud) está felizmente casado, viviendo con su esposa Marie (Aurélia Petit), sus cinco hijos y  desempeñando un importante trabajo. Un día, de forma casual, se entera de que el sacerdote Bernard Preynat (Bernard Verley) de la Diócesis de Lyon, que abusó de él cuando era un boy Scout, sigue trabajando con niños. Teme por sus dos hijos más jóvenes, como posibles víctimas del pederasta y decide tomar cartas en el asunto.
Conocerá a François Debord (Denis Menochet) y a Emmanuel Thomassin (Swann Arlaud) que sufrieron los mismos abusos que él. Entre los tres, apoyados por sus mujeres y familiares, formarán: La Asociación Palabra Liberada, para recaudar fondos, compartir experiencias con otras víctimas y desvelar todos los engaños que la Iglesia ha estado ocultando sobre este grave problema. Las consecuencias de los testimonios, no dejarán a nadie indiferente.
El título de la película surge a raíz de la frase que el ex arzobispo de Lyon y aun cardenal francés, Philippe Barbarin, en un "arrebato" de sinceridad soltó a la prensa: “Gracias a Dios todos los casos han prescrito” cuando se le preguntaba por su implicación en el encubrimiento del padre Bernard Preynat ante los abusos sexuales a decenas de  niños entre los 9 a los 12 años, tanto en su parroquia como en los campamentos de scouts, entre finales de los 70 a principios de los 90. Todo quedo silenciado por las jerarquías eclesiásticas, pues recordemos que Barbarin, fue nombrado cardenal por el Papa Juan Pablo II y  es gran amigo del actual Papa Francisco, quien lo ha defendido siempre.
Lo primero que me llamó la atención, además de la narración tan notable, audaz y directa que nos presenta François, es la fotografía que expone en su nuevo trabajo, bajo la mirada del fotógrafo Manuel Dacosse, del que recordamos en su anterior filme “El amante doble” 2017. La fotografía, en las obras de François, se caracteriza por la elegancia, el color, la iluminación, entre cuidados y delicados planos, mientras en “Gracias a Dios” ofrece una fotografía más austera. Ante la pregunta que le efectué, durante la rueda de prensa sobre este cambio tan llamativo, entre otros puntos comentó: “He querido dar mayor importancia a la palabra, que a la imagen” y desde luego que lo ha logrado. Esta fotografía, en apariencia más sencilla, consigue que nos sumerjamos en la impactante historia que nos está narrando, creando una sobrecogedora atmósfera.
Ozon deseaba plantear en su nuevo filme,  la vulnerabilidad en el hombre, pues la fragilidad y debilidad en la mujer, ya  las había mostrado en varias ocasiones, sin ir más lejos, la mencionada “El amante doble” 2017 o “Frantz” 2016. Dos ejemplos actuales, en los cuales la vulnerabilidad femenina, se plasmaba desde perspectivas muy diferentes. Durante la investigación se encontró con: “La Asociación Palabra Liberada”, una asociación dedicada a las víctimas de abusos sexuales en los niños, interesándose por el tema hasta crear esta ficción basada en hechos reales y cuyos protagonistas, serían tres hombres, muy distintos entre ellos, pero compartiendo un mismo pasado. En la rueda de prensa también dejó claro que no buscaba provocar escándalo, sino el debate sobre un tema tan actual e importante como es la pederastia, la cual se encuentra presente en muchas instituciones de nuestra sociedad, entre ellas la Iglesia y la propia familia.
Con un problema de estas características entre manos, François Ozon, vuelve a demostrar su maestría y elegancia. No hay nada escabroso que ver, ni siquiera en los flashback de los tres protagonistas,  recordando sus encuentros con el susodicho cura, cuando eran niños. Insinuaciones las que queramos, con una absoluta franqueza, y es que François nos tiene ya bien acostumbrados a que en sus tramas la tensión se palpe, las imágenes hablen por sí mismas y los diálogos marquen el camino. No hay nada gratuito, ante una obra  tan sólida.
Un filme reflexivo a través del dolor, de los miedos, los traumas, la vulnerabilidad e incluso la impotencia; cuidadosamente construido desde la raíz, donde todas las piezas del puzle encajan a la perfección, gracias a su extraordinario guion y su soberbia dirección. Cada palabra, cada gesto, cada plano, está porque es necesario que así sea.
He dejado para el final, las impecables interpretaciones por parte de todos y cada uno de los que intervienen, pero es de ley reconocer a sus tres actores principales, representando a tres de los tantos niños que sufrieron dichos abusos. Denis Ménochet, encarnando al ateo, por motivos más que sobrados, a Melvil Poupaud el hombre cauto y creyente y Swann Arlaud cuyo pasado quedó marcado como a fuego en su ser.
Mi nota es: 8.5
ESTRENO en ESPAÑA: 17 de Abril
REPARTO: Melvil Poupaud, Denis Menochet, Swann Arlaud, Eric Caravaca, François Marthouret, Bernard Verley, Josiane Balasko, Hélène Vincent, François Chattot, Frédéric Pierrot, Martine Erhel, Aurélia Petit, Julie Duclos, Jeanne Rosa y Amélie Daure.
PRODUCTORA: Mandarin Procution// Scope Pictures.
DISTRIBUIDORA en ESPAÑA: Golem Distribución.

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