martes, 22 de diciembre de 2020

SAINT MAUD: CRÍTICA DE CINE

 

Saint Maud está escrita y dirigida por Rose Glass. “Un filme inquietante, femenino y muy personal”

Maud (Morfydd Clark) es una joven solitaria, introvertida con cierto grado de enajenación, que decide dedicar su vida a Dios, con quien afirma hablar, tras haber sufrido un episodio traumático. Trabaja como enfermera y cuidadora a domicilio. Su paciente Amanda (Jennifer Ehle) es una ex famosa bailarina que en la actualidad sufre una grave enfermedad terminal con linfoma en su última etapa, postrada en cama o limitada a moverse en silla de ruedas.

Amanda mantiene relaciones sexuales con una joven, Carol (Lily Frazer) a quien Maud reprende y pide que no vuelva por la casa, porque Amanda necesita tranquilidad y salvar su alma, que está descuidando con sus actos. Amanda, en medio de su fiesta de cumpleaños, se burla de Maud y esta la abofetea, siendo despedida.

La actriz, guionista y directora, Rose Glass, estudió en el London Collage of Communications, en donde dirigió sus primeros cortometrajes y adquirió experiencia trabajando en diferentes sets profesional, continuó sus estudios en La Escuela Nacional de Cine y Televisión del Reino Unido, en la cual realizó diversos cursos de especialización así como su graduación y la dirección de su primer éxito con el cortometraje “Room 55” 2014, aunque anteriormente había realizado “Moths” 2010, “Storm House” 2011 y “The Silken Strand” 2014. Ahora nos presenta su ópera prima en el largometraje, “Saint Maud”.

Saint Maud es un filme perturbador coronado por la enfermedad, la fe y el sexo, quienes convergen en un mismo punto, elevando la tensión emocional y erótica a partes iguales, bajo una atmósfera claustrofóbica y oscura. Un nuevo filme femenino cuya columna vertebral sustenta su actriz principal, Morfydd Clark encarnando a Maud. Una joven que navega entre la locura y la cordura, entre los fantasmas del pasado, la obsesión y los deseos reprimidos que como en tantas ocasiones, se refugian en la fe. Una fe llevada a los límites de la ofuscación, ocasionando no solo daño en los demás, sino en ella misma. Morfydd está magnífica, tan creíble que duele, que aterra y por la que se siente compasión, al ser conocedores de su enfermedad. Un personaje tan demoledor que no sabremos hasta el mismísimo final, si lo que estamos viendo y experimentando junto a ella, es verdad o imaginación.

Un filme confuso como la mente de la protagonista y  lúcido, como sus actos. Ha contado con una gran partner, Jennifer Ehle, dando vida a Amanda, la antítesis de Maud. Una mujer no creyente, postrada en cama o sentada sobre una silla de ruedas, invadida por los miedos y los recuerdos del pasado, cuya vida social y sexual sigue manteniendo activa, dentro de sus posibilidades. Una interpretación tan sólida que logra equilibrar la balanza cuando están juntas, en escena. La cara y la cruz de una moneda cuyo destino es la desgracia, la soledad y el sufrimiento.

“Saint Maud” es una de esas películas cuya lentitud se agradece, pues es necesaria para intentar descubrir lo que se esconde en el laberinto de esa mente desequilibrada, desencadenando las emociones, frustraciones y sensaciones, que el espectador que logre entrar en la historia, padecerá junto a las dos protagonistas; pues lo que también debe tener claro el público acostumbrado al género de terror convencional, es que no está ante un filme al uso. “Saint Maud” se incorpora a esa nueva ola de películas y realizadores que con pocos elementos, mucha imaginación y un guion bien construido, nos ofrecen una nueva dimensión del terror; gracias también a productoras y distribuidoras como A24 que en los últimos años nos viene sorprendiendo con filmes muy importantes a nivel general y en especial en este género como: “La bruja” 2016 de Robert Eggers,  “El sacrificio de un ciervo sagrado” 2017 de Yorgos Lanthimos, “Hereditary 2018  o “Midsommar” 2019, ambas de Ari Aster. Ahora Rose Glass, por méritos propios con su primer largometraje, se codea y pasa a “juega” en la misma liga que estos y otros afamados directores.

El filme se apoya con gran acierto en la inquietante banda sonora de Adam Janota Bzowski y la hechizante fotografía de Ben Fordesman. Desde estas líneas invito al espectador, no acomodado, a entrar en la tormenta de nubes negras y plomizas que sobrevuelan la cabeza de la protagonista e internarse en ese torbellino doloroso, emocional y físico, en el cual no faltarán los simbolismos como las alas traslúcidas, las levitaciones en la soledad, las chinchetas en los zapatos, las voces en el silencio o las auras celestiales; buscando siempre la redención, hasta el demoledor e inmolador último plano.

Mi nota es: 8

ESTRENO en ESPAÑA: 23 de Diciembre

REPARTO: Morfydd Clark, Jennifer Ehle, Turlough Convery, Lily Knight, Lily Frazer, Faith Edwards, Rosie Sansom, Marcus Hutton, Noa Bodner, Jel Djelal, Jonathan Milshaw y Linda E. Greenwood.

PRODUCTORA: Escape Plan Productions// BFI Films Fund// A24.

DISTRIBUIDORA en ESPAÑA: Sony Pictures Releasing de España.

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