VISITANTE: CRÍTICA DE CINE

Visitante, está guionizada y dirigida por Alberto Evangelio, basada en una historia escrita junto a Marcos Gisbert. “Algunos desvanes no solo guardan recuerdos físico del pasado, acumulando polvo y algunas telarañas”

Tras el prólogo, en el que seremos testigos de un trágico accidente y un extraño fenómeno, la historia nos sitúa dos décadas más tarde en la ciudad, donde vive Marga (Iria del Río). Marga está en proceso de separación de su marido Daniel  (Miquel Fernández) y decide regresar al pueblo, a pasar uno días en la antigua casa familiar. La finca está siendo reconstruida y en ella trabaja Carlos (Jan Cornet), del que se enamora quedando embarazada, pero no será este el único problema al que Marga se deberá enfrentar, pues la casa, guarda secretos que irán saliendo a la luz.

El guionista, productor y director, Alberto Evangelio, comenzó a dirigir cortometrajes con amigos en su etapa del instituto. Estudió Comunicación Audiovisual – Dirección cinematográfica 2001/07 en Valencia, donde tuvo varios compañeros con los que sigue trabajando y a productores que le ayudaron en sus inicios, entre ellos  Javier Abinzano, quien produjo el cortometraje “Theatron” 2005 y con quien fundó la productora “Beniwood Producciones”. Entre sus obras encontramos los cortometrajes “La madre” 2010, “Doncella dormida” 2011, “Alexis” y “La cruz” 2012, “El viaje” 2017,  “Les 7 Llums” 2018 y “Casa” 2019. Este pasado año dirigió el largometraje “Visitante” 2021, que estrena ahora en la gran pantalla. También ha realizado episodios de la serie “Diumenge, paella” 2020.

Enfrentarse a una ópera primera en el largometraje, es un paso de gigante para un director y como ya me habréis leído en alguna ocasión, hay que estar muy seguro y contar con un guion sólido, para que el resultado sea positivo y más, en un género como es el terror, concretamente el terror psicológico, que parece fácil, pero os aseguro que no lo es. A Evangelio no le falta confianza pero sí experiencia, cometiendo errores de principiante y bien que lo lamento, pues la premisa resultaba interesante; pero tras la primera media hora de metraje en la que te encuentras cómodo e intrigado, él mismo se pierde intentando dar vueltas a una historia con la que termina mareándose y quedando preso de ese extraño cubo que lleva a la protagonista de una dimensión a otra y todo ello, por no dar una mínima explicación al espectador, porque no la da, aunque parece intentarlo. Crea un castillo en el aire sin hilos que lo sujeten y termina derrumbándose al llegar a un final que no sabe cómo cerrar.

Decía que lo lamentaba porque, además de ese drama familiar que persigue a la protagonista entre los recuerdos del pasado, un padre enfermo y un matrimonio fracasado, que la acompañan como una sombra maldita; logra crear en cierta manera, una curiosa atmósfera en ese desván,  pues los desvanes, en gran medida, ofrecen espacios muy jugosos para despertar la imaginación y provocar escenas de suspense y terror. Un filme magníficamente fotografiado por Guillem Oliver, pero un proyecto que le ha venido grande a Evangelio, primero por suscitar tanta confusión entre las dimensiones y el deseo de sorprender al espectador dando tantas vueltas de tuerca, que se pasa de rosca; el pretender estirar la historia hasta los 100 minutos de metraje, no teniendo material para ello y descuidar algo muy importante, la dirección actoral, pues los actores están más perdidos, que el espectador sentado en su butaca. Si bien es un trabajo fallido, animo a Alberto Evangelio a continuar, pues que un primer filme salga mal, no quiere decir nada. El rodaje aporta experiencia y espero que muy pronto podamos ver una nueva obra suya, en la gran pantalla.

ESTRENO EN ESPAÑA: 11 de febrero

REPARTO: Iria del Río, Miquel Fernández, Jan Cornet, Sandra Cervera, Inma Sancho, Pep Ricart y Carles Sanjaime.

PRODUCTORA: Beniwood Producciones// Chester Media// Life and Pictures// The Other Side Films.

DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: FILMAX